30.07.2015 Views

En Peligro - Tu hijo en un mundo hostil - Plough

En Peligro - Tu hijo en un mundo hostil - Plough

En Peligro - Tu hijo en un mundo hostil - Plough

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

El niño mercancía1era dejar el despacho de abogados.Hace como diez años, regresaba a casa luego de asistir con <strong>un</strong> colega a <strong>un</strong>acompetición deportiva de los “Cub Scouts”. Mi<strong>en</strong>tras los niños jugaban y sereían <strong>en</strong> los asi<strong>en</strong>tos traseros del auto, mi colega se aclaró la garganta comopara abordar <strong>un</strong> tema espinoso. “David”, me dijo, “estás cometi<strong>en</strong>do <strong>un</strong>grave error al abandonar el bufete. ¿Te das cu<strong>en</strong>ta?” Se refería a mi decisiónde pres<strong>en</strong>tar mi r<strong>en</strong><strong>un</strong>cia con seis meses de preaviso. “No puedes hacer loque te da la santa gana”, continuó. “Ti<strong>en</strong>es cinco <strong>hijo</strong>s. <strong>Tu</strong> deber consiste <strong>en</strong>ofrecerles la mejor vida posible y mandarlos a las mejores <strong>un</strong>iversidades quelos acept<strong>en</strong>. Estás esquivando tu deber”.Dejé pasar <strong>un</strong>os seg<strong>un</strong>dos. Por fin le contesté: “La idea no fue mía. Miint<strong>en</strong>ción no fue n<strong>un</strong>ca trabajar m<strong>en</strong>os de veinte horas por semana. Mishijas me imploraron que r<strong>en</strong><strong>un</strong>ciara”.Era la pura verdad. Durante dos años había combinado veinte horas porsemana de abogacía con <strong>un</strong> tiempo igual de asist<strong>en</strong>cia a <strong>en</strong>fermos de SIDAo cáncer. Ello había sido <strong>un</strong> cambio radical <strong>en</strong> mi vida —la de <strong>un</strong> abogadoque se había pasado la vida <strong>en</strong> aviones, at<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do a cli<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> todo el país,trabajando <strong>en</strong>tre och<strong>en</strong>ta y nov<strong>en</strong>ta horas a la semana. Pero <strong>en</strong>tonces estallóla Guerra del Golfo. Mi trabajo de abogado “a tiempo parcial” se fue a pique,y pronto estaba <strong>en</strong> el mismo trajín de antes.A las seis semanas de ese estado de cosas, <strong>un</strong>a de mis hijas, alumna del sextogrado, desapareció de la escuela —simplem<strong>en</strong>te no estaba cuando fuimosa recogerla. La buscamos durante más de dos horas, y terminamos por llamara la policía. Un amigo la <strong>en</strong>contró sola, llorando, caminando por la carretera.La explicación fue muy s<strong>en</strong>cilla: “Papi, antes, cuando n<strong>un</strong>ca estabas, noimportaba. Pero ahora que estoy acostumbrada a que estés <strong>en</strong> casa, no puedoaguantarlo. Quiero que dejes la abogacía”.Primero int<strong>en</strong>té que otra hija mía, ya <strong>en</strong> el nov<strong>en</strong>o grado, hiciera <strong>en</strong>trar<strong>en</strong> razón a su hermana m<strong>en</strong>or, pero no resultó. Las dos estaban totalm<strong>en</strong>tede acuerdo. Para que se dieran cu<strong>en</strong>ta de lo que pedían, quise demostrarlescuán severas serían las consecu<strong>en</strong>cias económicas y lo puse todo por escrito.T<strong>en</strong>drían que costearse ropa, auto, gasolina, seguro, anuarios escolares, losbailes del colegio, los estudios <strong>un</strong>iversitarios, los viajes, etc. Nada. Lo que<strong>En</strong> <strong>Peligro</strong>

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!