30.07.2015 Views

En Peligro - Tu hijo en un mundo hostil - Plough

En Peligro - Tu hijo en un mundo hostil - Plough

En Peligro - Tu hijo en un mundo hostil - Plough

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Grandes expectativas3fantasía u otra actividad tranquila, no estructurada, dan al niño la s<strong>en</strong>saciónde seguridad e indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia, y la pausa necesaria <strong>en</strong> medio de las actividadesdel día. El sil<strong>en</strong>cio también contribuye a su desarrollo. Cuando no hay distracciónexterna, a m<strong>en</strong>udo se sume <strong>en</strong> lo que hace hasta olvidarse de cuantolo rodea. El sil<strong>en</strong>cio ha llegado a ser <strong>un</strong> lujo tan grande que son raras lasoport<strong>un</strong>idades de gozar de esa conc<strong>en</strong>tración ininterrumpida. <strong>En</strong> cualquiermedio ambi<strong>en</strong>te—<strong>en</strong> las ti<strong>en</strong>das, el asc<strong>en</strong>sor, el restaurante o el auto—hay <strong>un</strong>incesante murmullo (o estru<strong>en</strong>do) de música y de ruido ambi<strong>en</strong>te.Johann Christoph Blumhardt 2 nos previ<strong>en</strong>e contra la t<strong>en</strong>tación de import<strong>un</strong>arconstantem<strong>en</strong>te a los niños, y recalca el valor de la actividad espontánea:“Ésa es su primera escuela; es como si se <strong>en</strong>señaran a sí mismos. A m<strong>en</strong>udopi<strong>en</strong>so que los niños están rodeados de ángeles… y qui<strong>en</strong> es tan torpe comopara molestar a <strong>un</strong> niño, molesta a su ángel”. No hay nada malo <strong>en</strong> asignarletareas domésticas a <strong>un</strong> niño y exigirle que las cumpla a diario. Pero muchospadres sobrecargan a sus <strong>hijo</strong>s; ll<strong>en</strong>an su tiempo con actividades y los somet<strong>en</strong>a continua t<strong>en</strong>sión, privándolos del espacio necesario para su libre desarrollo.Es hermoso contemplar a <strong>un</strong> niño prof<strong>un</strong>dam<strong>en</strong>te absorto <strong>en</strong> sus juegos;resulta difícil imaginar <strong>un</strong>a actividad más pura, más espiritual. El juego producealegría, cont<strong>en</strong>to y distancia de los problemas cotidianos. Y <strong>en</strong> nuestrosdías, <strong>en</strong> nuestra cultura agitada y espoleada por el tiempo y el dinero, nose puede exagerar la importancia de esos elem<strong>en</strong>tos. El educador FriedrichFroebel 3 incluso afirma que “el niño que juega con int<strong>en</strong>sidad hasta caerse decansancio, cuando adulto será <strong>un</strong> hombre de decisión, capaz de sacrificarsepor su propio bi<strong>en</strong> y el de otros”. Ojalá que la sabiduría de estas palabras nose pierda por completo, pues <strong>en</strong> <strong>un</strong> 40% de los distritos escolares del país haneliminado la hora del recreo por temor a los accid<strong>en</strong>tes que podrían ocurrir yla errónea idea de que el juego es <strong>un</strong> estorbo para la “verdadera” <strong>en</strong>señanza.Conceder a cada niño el espacio que necesita para crecer a su propio ritmo,2Pastor alemán, escritor y m<strong>en</strong>tor, 1805-1880.3Pedagogo alemán, 1782-1852, padre del jardín de infantes.<strong>En</strong> <strong>Peligro</strong>

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!