30.07.2015 Views

En Peligro - Tu hijo en un mundo hostil - Plough

En Peligro - Tu hijo en un mundo hostil - Plough

En Peligro - Tu hijo en un mundo hostil - Plough

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

La solución cómoda1incluso para refr<strong>en</strong>ar a niños dinámicos que no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> realm<strong>en</strong>te tal trastorno.Además, muchas de las características que se dic<strong>en</strong> ser sintomáticas de esasupuesta <strong>en</strong>fermedad no son otra cosa que la def<strong>en</strong>sa del niño contra <strong>un</strong>a vidademasiado estructurada—<strong>un</strong>a reacción normal que solía llamarse “válvula deescape”—o bi<strong>en</strong>, síntoma de anhelos emocionales insatisfechos. Jeff, <strong>un</strong> viejoamigo, me brinda este ejemplo conmovedor:Jerome, <strong>un</strong> niño de ocho años que vive <strong>en</strong> Seattle, vino a pasar el veranocon nosotros para salir de la ciudad. Cuando llegó, era <strong>un</strong> desastre, a<strong>un</strong>quetomaba Ritalín. A los dos o tres días, poco a poco disminuimos la dosis, yaque t<strong>en</strong>ía sufici<strong>en</strong>te espacio para jugar y no armaba bochinche, sino que élmismo empezó a dominarse. <strong>En</strong> su casa (<strong>en</strong> <strong>un</strong> edificio de apartam<strong>en</strong>tos), loúnico que podía hacer era ver televisión. El cambio fue notable.Cuando el chico llegó, era incapaz de fijar su at<strong>en</strong>ción <strong>en</strong> nada por másde <strong>un</strong> minuto, tan agitado y distraído estaba. S<strong>en</strong>té alg<strong>un</strong>as reglas básicas yle di tiempo. Lo llevé a pasear <strong>en</strong> bicicleta, porque solo se s<strong>en</strong>tía inseguro…Hacia el fin de su estancia estaba tan as<strong>en</strong>tado y feliz que <strong>en</strong> <strong>un</strong> mom<strong>en</strong>tome preg<strong>un</strong>tó si me podía llamar “papá”. Casi me desmayé. Ese chico nonecesitaba Ritalín; lo que le hacía falta era aire fresco —y amor.De vuelta <strong>en</strong> su casa, Jerome muy probablem<strong>en</strong>te habrá recaído. Le habránrecetado más Ritalín para suprimir sus “síntomas”. Y seguimos preg<strong>un</strong>tándonossi alg<strong>un</strong>a vez recibirá la at<strong>en</strong>ción que requiere, ya sea <strong>en</strong> su hogar o <strong>en</strong> laescuela. Por suerte, <strong>un</strong> número creci<strong>en</strong>te de personas plantean esa preg<strong>un</strong>ta.Citemos al psiquiatra y escritor Peter Breggin, conocido por su libro TalkingBack to Ritalin (La refutación del Ritalín).Medicam<strong>en</strong>tos como el Ritalín se consideran <strong>un</strong>a panacea para el tratami<strong>en</strong>tode trastornos emocionales y de conducta… Pero creo que el uso excesivoque se hace de ellos es pavoroso. Cuando el Instituto Nacional de Salud mepidió que participara <strong>en</strong> <strong>un</strong> debate sobre los efectos de esos medicam<strong>en</strong>tos,revisé la literatura pertin<strong>en</strong>te y descubrí que, cuando se administran a animales,éstos dejan de jugar, de manifestar curiosidad, de relacionarse, y notratan de escapar. El Ritalín crea animales dóciles <strong>en</strong> cautiverio… Nosotros<strong>En</strong> <strong>Peligro</strong>

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!