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En Peligro - Tu hijo en un mundo hostil - Plough

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El niño mercancía1de la vida, tanto pública como privada, puede que el peligro más solapado queam<strong>en</strong>aza a los niños sean los l<strong>en</strong>tes materialistas con los cuales los percibimos.Hay qui<strong>en</strong>es consideran—con <strong>un</strong>a actitud deliberadam<strong>en</strong>te calculadora—quelos <strong>hijo</strong>s son haberes o inversiones. Es evid<strong>en</strong>te, dada la frecu<strong>en</strong>cia de conversacionescomo la que acabo de citar, que muchos futuros padres los consideranbajo criterios aún m<strong>en</strong>os favorables: sus niños han llegado a ser cargas, riesgoso débitos. Vivimos pues <strong>en</strong> <strong>un</strong>a cultura que niega su apoyo a los niños repetidasveces <strong>en</strong> el curso de su vida, y que a m<strong>en</strong>udo los desprecia abiertam<strong>en</strong>te.Hay cierta ironía <strong>en</strong> que el mismo materialismo que <strong>en</strong>g<strong>en</strong>dra esa <strong>hostil</strong>idadhacia los niños, los recibe con brazos abiertos si ti<strong>en</strong><strong>en</strong> dinero para gastar.Cierto que las leyes laborales han prohibido el trabajo de m<strong>en</strong>ores <strong>en</strong> el m<strong>un</strong>dooccid<strong>en</strong>tal, pero nuestra g<strong>en</strong>eración cu<strong>en</strong>ta con su propia forma de esclavitud,tan provechosa como aquélla: el niño consumidor. Los ag<strong>en</strong>tes de publicidad,que asaltan los bolsillos inagotables de adultos cuyo dinero alim<strong>en</strong>ta laeconomía más próspera de la historia, han descubierto el más lucrativo de losmercados: sus pequeños (y no tan pequeños) niños y niñas.Los niños y adolesc<strong>en</strong>tes de hoy son a la vez pedigüeños persuasivos y víctimasfáciles. No cuesta mucho lograr que arrastr<strong>en</strong> a sus padres a las ti<strong>en</strong>das,semana tras semana, mes tras mes, año tras año.Pasa lo mismo <strong>en</strong> las escuelas. <strong>En</strong> los Estados Unidos, <strong>un</strong> número creci<strong>en</strong>tede distritos escolares aceptan inc<strong>en</strong>tivos de ord<strong>en</strong> material y financiero—nuevascomputadoras, artículos deportivos, máquinas exp<strong>en</strong>dedoras—que las grandesempresas como Pepsi ofrec<strong>en</strong> a cambio del derecho exclusivo de v<strong>en</strong>der susmercancías a las ávidas multitudes durante el recreo y a la hora del almuerzo.<strong>En</strong> el m<strong>un</strong>do <strong>en</strong>tero, millones de personas viv<strong>en</strong> <strong>en</strong> condiciones de extremapobreza, mi<strong>en</strong>tras la mayoría de los niños <strong>en</strong> Europa Occid<strong>en</strong>tal y los EstadosUnidos ti<strong>en</strong><strong>en</strong> más—mucho más—de lo que necesitan. Estamos formando<strong>un</strong>a g<strong>en</strong>eración de niños que sólo pued<strong>en</strong> calificarse de mocosos malcriados.Muchos padres se apresuran a culpar la cultura materialista que los rodea, y laininterrumpida dieta de propaganda comercial a que están expuestos los niños<strong>En</strong> <strong>Peligro</strong>

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