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área de la guerrilla y con un mejor éxito manteniendo
a los insurgentes en el lado defensivo. Las fuerzas
armadas se han vuelto más efectivas al atacar la
guerrilla y a su infraestructura y complicando la
logística de sus operaciones en El salvador. Evidencia
de numerosas fuentes indican que los guerrilleros han
sufrido unas significantes bajas en cuanto a personal,
medicamentos y otros bienes. Los guerrilleros
capturados han confirmado las condiciones escasas
sobre las cuales sus bases se encuentran y han
explicado el miedo que sus propios líderes difunden.
Algunos de ellos han confirmado el miedo que ha
provocado los ataques aéreos y el desequilibrio moral
que esto ha causado dentro de las filas de la guerrilla.
Otros han dicho que la mayor efectividad del ejército
y sus creencias de que ya no podrán derrotar a los
militares. Esto ha llevado a un nivel bajo por el hecho
de que los insurgentes han infligido
significativamente menos damnificados en las fuerzas
armadas que en los años precedentes y están
obteniendo menos material.
30. A diferencia de previos años, además cuando
los períodos mejoraron en rendimiento militar fueron
alternados con ciclos de alta efectividad guerrillera. El
balance militar parece haber cambiado de dirección o
de contrapeso en cierta forma para el lado de las
fuerzas armadas. Los esfuerzos de la guerrilla a finales
del año 1983 culminando en una base y la destrucción
de su mayor puente de salida fueron los más grandes
éxitos que fueron capaces de alcanzar. Los
insurgentes han sido capaces de conducir unos
cuantos espectaculares ataques en puntos
estratégicos pero ninguno de ellos ha cambiado la
situación a su favor. Además, los insurgentes no
montaron una mayor ofensiva en 1984.
Aparentemente porque su crecimiento interno tenía
dificultades y el más grande éxito de los militares en
descontinuar sus fuentes de provisión. Sin embargo,
en unas pocas ocasiones durante 1984 los insurgentes
demostraron que ellos aun podía intervenir con duras
bajas y pobre entrenamiento y atacaron unidades del
gobierno de sorpresa.
Continuando con deficiencias militares
31. Muchas deficiencias y debilidades persisten en
los militares, sin embargo, y así continuará socavando
su rendimiento y contribuyendo a sus pérdidas
ocasionales. Las muertes en un choque de helicóptero
en Octubre de dos jóvenes comandantes
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32. Fueron probablemente el resultado de la pobre
seguridad. Después de conducir un estudio de los
restos del helicóptero, especialistas estadounidenses
concluyeron que una bomba había sido plantada
probablemente a bordo del helicóptero. Los militares
también continuaron sufriendo de baja competencia
aérea en mantenimiento pues de toda la flota de
helicópteros solamente la mitad eran unidades
operativas. La seguridad en los puntos estratégicos
como la base de llapango eran de los más pobre y
floja.
33. Los militares eran también muy bajos en
estrategia cuando se trataba de realizar operaciones
de noche. El único avance que se ha logrado en cuanto
a ese aspecto no ha sido de gran impacto como para
negar a la guerrilla que tienen una virtud en
transportar suministros, realojar tropas, y fuerzas
masivas de ataque sorpresa. Aunque han mejorado,
el tiempo y la efectividad del uso de la inteligencia
sigue siendo una deficiencia importante. Aunque más
información está disponible algunos comandantes
son lentos en atacar. La habilidad de los militares para
rearmarse ha mejorado pero siguen siendo pobre en
emboscadas. Y a pesar del progreso que han obtenido
en centralización, planeación y la dirección, el
problema del liderazgo persiste.
Finalmente, la acción cívica y la defensa civil siguen
siendo las peores deficiencias de los militares y el
gobierno. El plan nacional para reconstruir San
Vicente y Usulután y ganar los “corazones y mentes”
de la gente que ha tenido un limitado éxito en San
Vicente y en las zonas rurales de Usulután,
permanecen entusiastas para tomar sus armas y
proteger sus villas y campos una vez la guerrilla se
mueva, pero escases de armas y fondos, y la
inhabilidad de la fuerza armada para dar apoyo y
liderar ha decaído. Y en algunas áreas los
comandantes militares son incompetentes y
desinteresados en montar acción cívica y defensa civil
o en realizar operaciones contrainsurgentes. La
mayoría de programas de defensa civil están
diseñados de una forma que traduce el progreso
realizado por efectivos comandantes de campo en la
permanente pacificación y desarrollo económico en
áreas donde la guerrilla ha estado atrincherada. Esto
requerirá recursos sustanciales, cercana cooperación
entre civiles y autoridades militares, y un claro y
fuerte compromiso para la defensa civil.