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43. Habría, por ende, una gran oportunidad más que en
años anteriores de que algunos líderes claves de la
derecha podrían revalorar las ventajas de persistir
indefinidamente en confrontaciones violentas o de
alguna manera acomodándose a nuevas realidades
políticas. Extremistas de la derecha incluyendo a
D’Aubuisson serán probablemente aislados y
reemplazables y si el gobierno provee incentivos
apropiados al PCN, los oponentes de D’Aubuisson en
ARENA y a otros elementos de derecha, algunos se
verán más obligados a abandonar las tácticas de
confrontación. Si Duarte adoptara una estancia más
encaminada a la conciliación conservadora y a los
intereses de los negocios, las oportunidades mejorarían
en el próximo año así que un arreglo que funcione entre
las ramas ejecutivas y legislativas, y entre los sectores
público y privado evolucionará en importantes
problemas nacionales.
44. El más fuerte activo de Duarte es el evidente apoyo
por parte del gobierno de los Estados Unidos, esto
combinado con su interno prestigio y una firme base
política debería permitirle defender las reformas
alcanzadas para así extenderlas ligeramente en áreas
donde las nuevas legislaciones no son requeridas y los
poderes ejecutivos pueden ser empleados. Sin
embargo, está expuesto a sufrir ataques hostiles por
parte de elementos derechistas en el intento de la
Asamblea de defender su interés específico. Duarte,
además, tendrá que incrementar sus esfuerzos para
mantener siempre la alianza de las fuerzas armadas.
Puede probablemente continuar dando una discreta
presión en los altos comandos para destituir a
comandantes incompetentes y oficiales conectados
con escuadrones de la muerte, de este modo, reducir
las probabilidades de un golpe de estado contra su
gobierno.
45. Los “dimes y diretes” de los partidistas políticos
probablemente persistirán y esporádicamente
alcanzarán un algo nivel de desestabilización, solicitado
en algunas veces por el mercurial comportamiento de
Duarte. Uno de los grandes peligros a nuestro parecer
es que se negará a permitir un rol político y económico
a los sectores conservador y privado. Nos preocupa
principalmente que no podrá ser capaz de superar su
fuerte sesgo populista contra las ganancias y gastos
personales y sus hábitos de consumo.
Duarte muestra un poco entendimiento del desarrollo
de estrategias, finanzas y mercado internacional, o los
riesgos del emprendedurismo. De hecho, usualmente
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habla de forma vaga pero muy apasionadamente de
promover el desarrollo de la economía salvadoreña,
promoviendo las manualidades y las micro empresas y
la economía informal. Cuando se encuentra con
personas importantes dentro del sector privado lo que
hace es simplemente leerlas en lugar de buscar
importantes conexiones para aproximarse al
desarrollo.
46. Además, Duarte se mantiene en una considerable
presión por parte de los miembros de izquierda de su
partido y sus tradicionales circunscripciones,
especialmente los grupos trabajadores y los
campesinos, para adoptar activistas y así demandar
políticas como aquellas que él utilizó un poco de años
atrás. Los trabajadores que le han otorgado aportes
sólidos hoy en todas sus campañas, espera reformas
para continuar con su liderazgo. La actividad de unión
creció en 1984 y con desempleo ajo el nivel de empleo
afectando sobre la mitad de la fuerza de trabajo,
esperamos que su agitación incrementará en 1985.
Sería imposible que, sin embargo, para el ir muy lejos
con ciertas aproximaciones, por la oposición que
enfrentaría con los militares, la Asamblea y el sector
privado. Pero incluso la inclinación hacia izquierda por
parte de su administración humedecería los prospectos
para la recuperación de la economía, y levantar a los
espectadores de la acusación. La cual requiere de la
mayoría en la asamblea y la ratificación por la suprema
Corte.
47. Las instituciones políticas y los marcos de referencia
para la resolución pacífica han comenzado a emerger
en El Salvador y el legado de desconfianza y antipatía
tardará años en calmarse. Si duarte hubiese asesinado
las provisiones constitucionales para la sucesión sería
probablemente adherido; al menos inicialmente el
vicepresidente Rodolfo Castillo, un deslucido
demócrata cristiano quien había estado en pobres
condiciones de salud no sería suficiente para poder
llenar un vacío por mucho tiempo, sin embargo, y en un
periodo de creciente inestabilidad sobrevendría.
Creemos que si la oposición para él alcanzó niveles
altos, Castillo podría ser persuadido por los demócratas
cristianos y otras influyentes figuras políticas para
reasignar al presidente.