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En la estela de una serie de victorias de la guerrilla el<br />

último otoño, en la cual varios batallones livianos<br />

fueron mutilados po0r los insurgentes, los altos<br />

mandos en el Este, propusieron que el concepto de<br />

batallón de 350 hombres fuera desechado en favor de<br />

batallones que tuvieran la fuerza de casi 600 tropas.<br />

Ellos argumentaron, según los reportes anexados, que<br />

los batallones más livianos no eran lo suficientemente<br />

fuertes o no estaban lo suficientemente bien<br />

entrenados para entrar en operaciones.<br />

Para mediados de febrero según nuestro agregado el<br />

personal del General había aprobado la reorganización<br />

de los batallones livianos en Batallones de<br />

Contrainsurgencia con un más de 400 personas,<br />

aumentado en muchos casos por una compañía de<br />

apoyo de combate de 170 hombres. En el Este donde el<br />

combate había sido más pesado, el comandante de la<br />

fuerza armada está reorganizando batallones de 600<br />

hombres. La Embajada de EU reportó recientemente<br />

que la modernización estaba procediendo.<br />

Comando y Control. La clarificación de las relaciones<br />

del comando apenas ha mantenido el paso con el<br />

desarrollo de la fuerza. Con las nuevas unidades<br />

añadidas, más de 30 organizaciones militares se<br />

volvieron subordinadas del personal de las Fuerzas<br />

Armadas. Este imposiblemente amplio espectro de<br />

control debilitó y volvió inefectivo al Estado Mayor en<br />

manejar el esfuerzo de guerra. Con fuerte estímulo de<br />

los concejeros de EU, la cadena de mando salvadoreña<br />

ha evolucionado hacia un sistema de niveles<br />

intermedios de autoridad. Durante el anuncio de<br />

noviembre del realineamiento de zonas militares, por<br />

ejemplo, el General Vides le recordó a las unidades<br />

subordinadas reportarse a través de los canales de<br />

brigada a los cuarteles de la zona, de acuerdo a reportes<br />

de la Embajada. El desarrollo de batallones de fuerza<br />

local y la degradación gradual de las ranuras de mando<br />

debido a las carencias de los oficiales están difundiendo<br />

el poder independiente de los comandos locales,<br />

estimulando la confianza en la cadena de mando. El<br />

gobierno también ha estado repartiendo apoyo de<br />

helicóptero y artillería a los comandos regionales de<br />

manera informal, aunque sin llegar a la reasignación<br />

formal. La dotación de personal en los niveles<br />

intermedios también ha aumentado, fortaleciendo la<br />

habilidad de los cuarteles de brigada de actuar como<br />

conductos de dos vías para información entre el Alto<br />

Mando y las unidades de campo.<br />

El nuevo patrón, sin embargo, aún no puede ser<br />

considerado una norma institucional. Los batallones de<br />

élite IR, por ejemplo, continúan resistiendo el control<br />

operacional de los comandantes locales. Hasta el<br />

momento, se informa que una jerárquica cadena de<br />

mando ha tomado raíces firmes en esas áreas como en<br />

la 3ra zona militar en el este donde el comandante de<br />

brigada ha sido capaz de ejercer su autoridad con la<br />

fuerza bruta de su personalidad y reputación<br />

profesional.<br />

Coordinación entre Servicios. Alguna continua<br />

independencia operacional de la Fuerza Aérea, Naval, y<br />

Fuerzas de Seguridad Pública también perjudica el<br />

esfuerzo de guerra. Debido a la naturaleza de la lucha<br />

contrainsurgente, el ejército salvadoreño ha recibido<br />

cuotas de asistencia de EU, aumentando la disparidad<br />

entre ese servicio y otros elementos de combate. Las<br />

contribuciones de la Fuerza Aérea a la guerra han<br />

aumentado dramáticamente, pero la coordinación de<br />

planes de alto nivel aún no está pareja. De acuerdo con<br />

los reportes anexos, las solicitudes para apoyo de<br />

combate en el pasado tendían a venir a la Fuerza Aérea<br />

directo de los comandantes de campo, generalmente<br />

por líneas telefónicas comerciales. Con poca dirección<br />

del Alto Mando, los oficiales de la Fuerza Aérea<br />

tomaban sus propias decisiones sobre las prioridades<br />

de la misión. Los cambios en los procedimientos del<br />

Alto Mando están mejorando la coordinación. Las<br />

capacidades de la Naval permanecen tan pobres que<br />

incluso cuando se le involucra en la planeación<br />

operacional –como durante las operaciones del<br />

Jucuaran en septiembre de 1983- no ha sido capaz de<br />

cerrar las rutas marítimas de escape del enemigo.<br />

La integración de la Fuerza Aérea y la Naval en el<br />

proceso de planeación mejoró en noviembre de 1983<br />

con la inclusión de servicios representativos en<br />

reuniones del Estado Mayor. Sin embargo, ni el<br />

poderoso jefe de la Fuerza Aérea, el Coronel Bustillo, ni<br />

ningún oficial naval de alto rango son parte del<br />

fortalecido personal de organización, y el<br />

mejoramiento de la coordinación diaria ha sido lento. A<br />

pesar del pesado involucramiento en el campo de<br />

guerra urbano y rural, las fuerzas Públicas de Seguridad<br />

permanecen fuera de los canales regulares de<br />

planeación. Relegadas del programa de asistencia de<br />

los EU, la Guardia Nacional, la Policía Nacional y la<br />

Policía de Hacienda no han consolidado sus fuerzas ni<br />

realineado sus límites organizativos con agentes del<br />

ejército para reforzar el esfuerzo nacional de la guerra.<br />

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