Cosas del tango y del lunfardo - edUTecNe
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<strong>edUTecNe</strong><br />
COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO- Eduardo Giorlandini<br />
lianismos o la influencia <strong>del</strong> italiano.<br />
Así, en ¨Flor de Fango¨ leemos:<br />
¨Mina que te manyo de hace rato<br />
perdoname si te bato<br />
de que yo te vi nacer¨.<br />
En otro poema tanguero, ¨Te lo Digo por tu Bien¨:<br />
¨Sangre de pato, avivate fratte mío<br />
te vas a morir de frío si nunca vas a escabiar ...¨<br />
En el <strong>tango</strong> ¨Audacia¨:<br />
¨te han cambiado, ¡pobre piba! Te engrupieron tontamente<br />
bullanguera mascarita, de un mistongo carnaval¨.<br />
Asimismo, en la letra de ¨Lloró como una Mujer¨:<br />
¨Te dio por hacerte el loco<br />
y le pegaste al alpiste;<br />
te espiantaron <strong>del</strong> laburo<br />
por marmota y por sobón¨.<br />
Los primeros versos de ¨Pituca¨, expresan:<br />
¨Niña bien de apellido con ´ritornello´<br />
que tenés, senza grupo, figuración,<br />
que pareces por todo tu ´ventichelo´<br />
la sucursal <strong>del</strong> Banco de la Nación...¨<br />
En ¨Araca la Cana¨:<br />
¨Araca la cana<br />
Ya estoy engriyao.<br />
Un par de ojos negros, me han engayolao,¨<br />
Y, para terminar esta muestra brevísima una palabra que se relaciona con el bandolero italiano<br />
Giuseppe Musolino, cuyos crímenes lo hicieron famoso antes de la primera guerra mundial, incluida<br />
en la milonga ¨La Señora <strong>del</strong> Chalet¨:<br />
¨Que tu viejo el musolino,<br />
tu vieja la lavandera<br />
queden en la ratonera<br />
de ese mishio corralón¨.<br />
8. Consideraciones finales<br />
No pocos autores importantes en la Argentina no apreciaron en su justa dimensión el papel <strong>del</strong><br />
italiano en el idioma nacional y en el <strong>lunfardo</strong>. Manuel Gálvez sostuvo que el <strong>lunfardo</strong> es una<br />
germanía no española sino italiana, que no cuenta ni con trescientas voces y es el vocabulario <strong>del</strong><br />
<strong>del</strong>incuente, no <strong>del</strong> argentino que trabaja. Esto lo escribió en su artículo publicado en 1958, ¨Lo<br />
Español en Nosotros¨.<br />
Raúl Scalabrini Ortiz, en ¨El Hombre que Está Solo y Espera¨ reconoce la importancia de la inmigración<br />
italiana pero dice que el hijo porteño de padre europeo no es un descendiente de su progenitor,<br />
sino en la fisiología que le supone engendrado por él. No es hijo de su padre, es hijo de<br />
su tierra. Afirma que solamente dejaron, los italianos, unos veinte italianismos, porque exacerba<br />
su espíritu nacionalista. Otros estudiosos <strong>del</strong> idioma, como Martín Alonso, en ¨Ciencia <strong>del</strong> Lenguaje<br />
y <strong>del</strong> Estilo¨ llegaron a afirmar que son solamente unos pocos lunfardismos los que ostenta<br />
la Argentina. Pero el profesor Giovanni Meo Zilio, docente en Florencia, miembro de la Academia<br />
Porteña <strong>del</strong> Lunfardo, autor de 17 libros sobre el lenguaje por señas y otros temas, sostiene la<br />
existencia de unos dos mil italianismos. Y, seguramente, esta estadística no corresponde a la<br />
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