Cosas del tango y del lunfardo - edUTecNe
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COSAS DEL TANGO Y EL LUNFARDO - Eduardo Giorlandini<br />
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<strong>edUTecNe</strong><br />
si el agraviado dejaba mujer e hijos en nuestro suelo argentino. El dramón se improntó en la letra<br />
de Mario Battistella, en el <strong>tango</strong> ¨Al pie de la Santa Cruz¨:<br />
¨Los pies engrillados,<br />
cruzó la planchada...<br />
La esposa lo mira,<br />
quisiera gritar.<br />
Y el pibe inocente<br />
que lleva en los brazos<br />
le dice llorando<br />
´Yo quiero a papá´ ¨.<br />
Toda forma de agravio a la niñez fue asumida por el poeta popular.<br />
Otra de ellas fue la condición subhumana de trabajo, que el bahiense Juan Carlos Marambio Catán<br />
llevó a la versería tanguera: ¨Acquaforte¨:<br />
¨Y pienso en la vida...<br />
las madres que sufren,<br />
los hijos que vagan<br />
sin techo, sin pan...¨.<br />
El Negro, Celedonio Esteban Flores, tampoco fue insensible ante el dolor de la niñez, en sus versos.<br />
El <strong>tango</strong> es ¨Pan¨:<br />
¨Sus pibes no lloran por llorar<br />
ni piden masitas,<br />
ni dulces, ni chiches, ¡Señor!<br />
Sus pibes se mueren de frío<br />
y lloran hambrientos de pan¨.<br />
La ¨bondad¨ <strong>del</strong> Código Penal, al considerar el hurto famélico y la eximición de pena por tal comportamiento,<br />
ni tuvo aplicabilidad ni solucionó el problema de la injusticia social, generadora de<br />
diversidad de <strong>del</strong>itos contra la propiedad. El mismo poeta, Celedonio, escribió:<br />
¨Se durmieron todos. Cachó la barreta,<br />
se puso la gorra resuelto a robar.<br />
Un vidrio, unos gritos, auxilio, carreras,<br />
un hombre que llora y un cacho de pan¨.<br />
Recorriendo el espectro de la literatura popular argentina, nos encontramos con el chiquillín de<br />
Bachín, con los caniyitas que cubren espacios y tiempos, los menores que trabajan sin educación<br />
ni instrucción, los chicos de la calle, los vendedores ambulantes y los que mendigan. Del mismo<br />
Flores, Julio Sosa dio testimonio de ¨Por qué Canto Así¨:<br />
¨Porque cuando pibe,<br />
porque cuando pibe me acunaba en <strong>tango</strong>s<br />
la canción materna pa´ llamar el sueño,...<br />
Y yo me hice en <strong>tango</strong>s,<br />
me fui mo<strong>del</strong>ando en barro, en miseria ...<br />
en las amarguras que da la pobreza...¨<br />
En la creación poética lunfarda o lunfardesca la queja se hace más ostensible y fuerte. Se advierte<br />
la dosis de rencor, empujado por la violencia que los desvalores de la sociedad incorporaron en<br />
el espíritu <strong>del</strong> ser humano que, empero, siguió con su esperanza, con su Fe y con el acompañamiento<br />
de la Providencia. Pero la creatura humana, débil ante el poder superlativo, vivió la felicidad<br />
<strong>del</strong> amor, de los humildes juegos infantiles en los patios emparrados, de la pelota de trapo en<br />
los potreros, de la flor silvestre en el caminito a la escuelita en el barrio suburbano, de los gorrio-