borges-jorge-luis-manual-de-zoologia-fantastica
borges-jorge-luis-manual-de-zoologia-fantastica
borges-jorge-luis-manual-de-zoologia-fantastica
- No tags were found...
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
los estoicos en-seíiaron que el universo muere en el fuego y renace <strong>de</strong>l fuego y que el<br />
proceso no tendrá fin y no tuvo principio.<br />
Los años simplificaron el mecanismo <strong>de</strong> la gene-ración <strong>de</strong>l Fénix. Heródoto menciona<br />
un huevo, y Plinio, un gusano, pero Claudiano, a fines <strong>de</strong>l siglo iv, ya versifica un<br />
pájaro inmortal que resurge <strong>de</strong> su ceniza, un here<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> sí mismo y un testigo <strong>de</strong> las<br />
eda<strong>de</strong>s.<br />
Pocos mitos habrá tan difundidos como el <strong>de</strong>l Fénix. A los autores ya enumerados cabe<br />
agre-gar: Ovidio (Metamorfosis, XV), Dante (Infierno, XXIV), Shakespeare (Enrique<br />
VIII, V, 4), Pellicer (El Fénix y su historia natural), Quevedo (Parnaso espaiñol, VI),<br />
Milton (Samson Agonistes, in fine).<br />
Mencionaremos asimismo el poema latino De Ave Phoenice, que ha sido atribuído a<br />
Lactancio, y una imitación anglosajona <strong>de</strong> ese poema, <strong>de</strong>l siglo vnt. Tertuliano, San<br />
Ambrosio y Cirilo <strong>de</strong> Jerusalén han alegado el Fénix como prueba <strong>de</strong> la resurrección <strong>de</strong><br />
la carne. Plinio se burla <strong>de</strong> los terapeutas que pres-criben remedios extraídos <strong>de</strong>l nido y<br />
<strong>de</strong> las cenizas <strong>de</strong>l Fénix.<br />
EL AVE ROC<br />
EL ROC es una magnificación <strong>de</strong>l águila o <strong>de</strong>l buitre, y hay quien ha pensado que un<br />
cóndor, extraviado en los mares <strong>de</strong> la China o <strong>de</strong>l Indostán, lo sugirió a los árabes. Lane<br />
rechaza esta conjetura y consi<strong>de</strong>ra que se trata, más bien, <strong>de</strong> una especie fabulosa <strong>de</strong> un<br />
género fabuloso, o <strong>de</strong> un sinónimo árabe <strong>de</strong>l Simurg. El roc <strong>de</strong>be su fama occi<strong>de</strong>ntal a<br />
las Mil y una noches. Nuestros lectores recordarán que Sim-bad, abandonado por sus<br />
compañeros en una isla, divisó a lo lejos una enorme cúpula blanca y que al día<br />
siguiente una vasta nube le ocultó el sol. La cúpula era un huevo <strong>de</strong> roc y la nube era el<br />
ave ma-dre. Simbad, con el turbante, se ata a la enorme pata <strong>de</strong>l roe; éste alza el vuelo y<br />
lo <strong>de</strong>ja en la cumbre <strong>de</strong> una montaña sin haberlo sentido. El narrador agre-ga que el roc<br />
alimenta a sus crías con elefantes.<br />
En el capítulo 36 <strong>de</strong> los Viajes <strong>de</strong> Marco Polo se lee:<br />
Los habitantes <strong>de</strong> la isla <strong>de</strong> Madagascar refieren que en <strong>de</strong>terminada estación <strong>de</strong>l año<br />
llega <strong>de</strong> las regiones austra-les una especie extraordinaria <strong>de</strong> pájaro, que llaman roc. Su<br />
forma es parecida a la <strong>de</strong>l águila, pero es incompara-blemente mayor. El roc es tan<br />
fuerte que pue<strong>de</strong> levantar en sus garras a un elefante, volar con él por los aires y <strong>de</strong>jarlo<br />
caer <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo alto para <strong>de</strong>vorarlo <strong>de</strong>spués. Quienes han visto el roc aseguran que las alas<br />
mi<strong>de</strong>n diez y seis pasos <strong>de</strong> punta a punta y que las plumas tienen ocho pasos <strong>de</strong><br />
longitud.<br />
Marco Polo agrega que unos enviados <strong>de</strong>l Gran Khan llevaron una pluma <strong>de</strong> roe a la<br />
China.<br />
BAHAMUT<br />
LA FAMA <strong>de</strong> Behemoth llegó a los <strong>de</strong>siertos <strong>de</strong> Arabia, don<strong>de</strong> los hombres alteraron y<br />
magnificaron su imagen. De hipopótamo o elefante lo hicieron pez que se mantiene<br />
sobre un agua sin fondo y sobre el pez imaginaron un toro y sobre el toro una montaña<br />
hecha <strong>de</strong> rubí y sobre la montaña un ángel y sobre el ángel seis infiernos y sobre los<br />
infiernos la tierra y sobre la tierra siete cielos. Leemos en una tradición recogida por<br />
Lane:<br />
10