borges-jorge-luis-manual-de-zoologia-fantastica
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CROCOTAS Y LEUCRQCOTAS<br />
CTESIAS, médico <strong>de</strong> Artajerjes Mnemón, se valió <strong>de</strong> fuentes persas para urdir una<br />
<strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> la India, obra <strong>de</strong> valor inestimable para saber cómo los persas <strong>de</strong>l tiempo<br />
<strong>de</strong> Artajerjes Mnemón se imaginaban la India. El capítulo treinta y dos <strong>de</strong> ese repertorio<br />
ofrece una noticia <strong>de</strong>l lobo-perro; Plinio (VIII, 30) dio a ese hipotético animal el nombre<br />
<strong>de</strong> crocota y <strong>de</strong>claró que no había nada que no pudiera partir con los dientes y acto<br />
continuo digerir.<br />
Más precisa que la crocota es la leucocrocota, en la que ciertos comentadores han visto<br />
un reflejo <strong>de</strong>l gnu, y otros <strong>de</strong> la hiena, y otros, una fusión <strong>de</strong> los dos. Es rapidísima y <strong>de</strong>l<br />
tamaño <strong>de</strong>l asno silvestre. Tiene patas <strong>de</strong> ciervo, cuello, cola y pecho <strong>de</strong> león, cabeza <strong>de</strong><br />
tejón, pezuñas partidas, boca hasta las orejas y un hueso continuo en lugar <strong>de</strong> dientes.<br />
Habíta en Etiopía (don<strong>de</strong> asimismo hay toros salvajes, armados <strong>de</strong> cuernos movibles) y<br />
es fama que remeda con dulzura la voz humana.<br />
CRONOS O HÉRCULES<br />
EL TRATADO Dudas y soluciones sobre los primeros principios <strong>de</strong>l neoplatónico<br />
Damascio registra uná curiosa versión <strong>de</strong> la teogonía y cosmogonía <strong>de</strong> Orfeo, en la que<br />
Cronos -o Hércules- es un monstruo:<br />
Según Gerónimo y Helánico (si los dos no son uno solo), la doctrina órfica enseña que<br />
en el principio hubo agua y lodo, con los que se amasó la tierra. Estos dos principios<br />
puso como primeros: agua y tierra. De ellos salió el tercero, un dragón alado, que por<br />
<strong>de</strong>lante mostraba la cabeza <strong>de</strong> un toro, por <strong>de</strong>trás la <strong>de</strong> un león y por el medio el rostro<br />
<strong>de</strong> un dios; lo llamaron Cronos el que no envejece y también Heracles. Con él nació la<br />
Necesidad, que también se llama la Inevitable, y que se dilató sobre el Universo y tocó<br />
sus confines... Cronos, el dragón, sacó <strong>de</strong> sí una triple simiente: el húmedo Éter, el<br />
ilimitado Caos y el nebuloso Erebo. Debajo <strong>de</strong><br />
ellos puso un huevo, <strong>de</strong>l que saldría el mundo. El último principio fue un dios que era<br />
hombre y mujer, con alas <strong>de</strong> oro en las espaldas y cabezas <strong>de</strong> toro en los flancos, y sobre<br />
la cabeza un <strong>de</strong>smesurado dragón, igual a toda suerte <strong>de</strong> fieras...<br />
Tal vez porque lo <strong>de</strong>saforado y monstruoso parece menos propio <strong>de</strong> Grecia que <strong>de</strong>l<br />
Oriente, Walter Kranz atribuye a estas invenciones una proce<strong>de</strong>ncia oriental.<br />
UNA CRUZA<br />
TENGO un animal curioso, mitad gatito, mitad cor<strong>de</strong>ro. Es una herencia <strong>de</strong> mi padre.<br />
En mi po<strong>de</strong>r se ha <strong>de</strong>sarrollado <strong>de</strong>l todo; antes era más cor<strong>de</strong>ro que gato. Ahora es mitad<br />
y mitad. Del gato tiene la cabeza y las uñas, <strong>de</strong>l cor<strong>de</strong>ro el tamaño y la forma; <strong>de</strong> ambos<br />
los ojos, que son huraños y chispeantes, la piel suave y ajustada al cuerpo, los<br />
movimientos a la par saltarines y furtivos. Echado al sol, en el hueco <strong>de</strong> la ventana, se<br />
hace un ovillo y ronronea; ea el campo corre como loco y nadie lo alcanza. Dispara <strong>de</strong><br />
los gatos y quiere atacar a los cor<strong>de</strong>ros. En las noches <strong>de</strong> luna su paseo favorito es la<br />
canaleta <strong>de</strong>l tejado. No sabe maullar y abomina <strong>de</strong> los ratones. Horas y horas pasa en<br />
acecho ante el gallinero, pero jamás ha cometido un asesinato.<br />
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