borges-jorge-luis-manual-de-zoologia-fantastica
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Eneida, en la Farsalia <strong>de</strong> Lucano y en las Metamorfosis <strong>de</strong> Ovidio. Dante lo graba en un<br />
verso:<br />
Su la trista riviera d'Acberonte.<br />
Una tradición hace <strong>de</strong> él un titán castigado; otra, <strong>de</strong> fecha posterior, lo sitúa no lejos <strong>de</strong>l<br />
poio austral, bajo las constelaciones <strong>de</strong> las antípodas. Los etruscos tenían libros fatales<br />
que enseñaban la adivinación, y libros aqueró nacos que enseñaban los caminos <strong>de</strong>l<br />
alma <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong>l cuerpo. Con el tiempo, el Aqueronte llega a significar el<br />
infierno.<br />
Tundal era un joven caballero irlandés, educado y valiente, pero <strong>de</strong> costumbres no<br />
irreprochables. Se enfermó en casa <strong>de</strong> una amiga y durante tres días y tres noches lo<br />
tuvieron por muerto, salvo que guardaba en el corazón un poco <strong>de</strong> calor. Cuando volvio<br />
en sí, refirió que el ángel <strong>de</strong> la guarda le había mostrado las regiones ultraterrenas. De<br />
las muchas maravillas que vio, la que ahora nos interesa es el monstruo Aqueronte.<br />
este es mayor que una montaña. Sus ojos llamean y su boca es tan gran<strong>de</strong> que nueve mil<br />
hombres cabrían en ella. Dos réprobos, como dos pilares o atlantes, la mantienen<br />
abierta; uno está <strong>de</strong> pie, otro <strong>de</strong> cabeza. Tres gargantas conducen al interior; las tres<br />
vomitan fuego que no se apaga. Del vientre <strong>de</strong> la bestia sale la continua lamentación <strong>de</strong><br />
infinitos réprobos <strong>de</strong>vorados. Los <strong>de</strong>monios dicen a Tundal que el monstruo se llama<br />
Aqueronte. El ángel <strong>de</strong> la guarda <strong>de</strong>saparece y Tundal es arrastrado con los <strong>de</strong>más.<br />
A<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> Aqueronte hay lágrimas, tinieblas, crujir <strong>de</strong> dientes, fuego, ardor intolerable,<br />
frío glacial, perros, osos, leones y culebras. En esta leyenda, el Infierno es un animal<br />
con otros animales a<strong>de</strong>ntro.<br />
En 1758, Emanuel Swe<strong>de</strong>nborg escribió: "No me ha sido otorgado ver la forma general<br />
<strong>de</strong>l Infierno, pero me han dicho que <strong>de</strong> igual manera que el Cielo tiene forma humana,<br />
el Infierno tiene la forma <strong>de</strong> un <strong>de</strong>monio."<br />
LOS NAGAS<br />
Los NAGAS pertenecen a las mitologías <strong>de</strong>l Indostán. Se trata <strong>de</strong> serpientes, pero<br />
suelen asumir forma humana.<br />
Arjuna, en uno <strong>de</strong> los libros <strong>de</strong>l Mahabharata, es requerido por Ulupi, hija <strong>de</strong> un rey<br />
naga, y quiere hacer valer su voto <strong>de</strong> castidad; la doncella le recuerda que su <strong>de</strong>ber es<br />
socorrer a los infelices; y el héroe le conce<strong>de</strong> una noche. El Buddha, meditando bajo la<br />
higuera, es castigado por el viento y la lluvia; un naga compasivo se le enrosca siete<br />
veces alre<strong>de</strong>dor y <strong>de</strong>spliega sobre él sus siete cabezas, a manera <strong>de</strong> un techo. El Buddha<br />
lo convierte a su fe.<br />
Kern, en su Manual <strong>de</strong>l budismo indio, <strong>de</strong>fine a los nagas como serpientes parecidas a<br />
nubes. Habitan bajo tierra, en hondos palacios. Los sectarios <strong>de</strong>l Gran Vehículo refieren<br />
que el Buddha predicó una ley a los hombres y otra a los dioses, y que ésta -la esotérica-<br />
fue guardada en los cielos y palacios <strong>de</strong> las serpientes, que la entregaron, siglos <strong>de</strong>spués,<br />
al monje Nagarjuna.<br />
He aquí una leyenda, recogida en la India por el peregrino Fa Hsien, a principio <strong>de</strong>l<br />
siglo y:<br />
El rey Asoka llegó a un lago, cerca <strong>de</strong>l cual había una torre. Pensó <strong>de</strong>struirla para<br />
edificar otra más alta. Un brahmán lo hizo penetrar ea la torre y, una vez a<strong>de</strong>ntro, le<br />
dijo:<br />
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