Eremitismo em Portugal na época Moderna : homens e imagens ...

Eremitismo em Portugal 127
apesar disso, continuar a atender, como médico, muitas pessoas que, tendo
descoberto «la peña» ou «cavernosa habitación» em que vive, o vão consultar,
tendo mesmo «alçado grandes Cruzes, por las vias que a ella van, por no se
perder los que os buscan» 195 , mas também desejam saber como é a sua nova
vida, se espera nela permanecer, como é a sua caverna e como está adornada,
que foi feito de quadros e «curiosidades» que possuía 196 , etc.. A segunda (a parte
pro do Tratado), é a sua resposta à anterior por ele recebida em 26 do mesmo
mês de Junho, e nela contesta as críticas e responde, de uma maneira mais ou
menos sistemática, às questões que levantavam os religiosos seus amigos, para o
que se apoia tanto na sua experiência que está a viver como em autoridades que
abundantemente cita. E esse desejo de que a carta transmita, efectivamente, a
sua experiência pessoal faz com que, muitas vezes, a ela apele quer para louvar
quer para a descrever a sua nova vida. Assim sendo, o Tratado conteria as
reflexões de um eremita sobre a sua própria experiência, o que, havemos de
confessar, dele faria uma obra rara nos seus dias. No entanto – e bastem quatro
exemplos – quando o vemos dizer que «deste bien gozamos los solitarios que
como aqui son los dias mayores, mas claros, y mas alegres tenemos tiempo para
bien nos ocupar...», percebemos, imediatamente, que está a resumir umas linhas
dos louvores da aldeia por Fr. António de Guevara para quem aí, igualmente,
«el día es más claro, es más desembarazado, es más largo, es más alegre, es más
limpio, és más ocupado...» 197 ; e quando diz que «por lo que tengo alcansado del
mundo estoy por dezir que no ay ningunos hombres oy dia que se tengan entera
amistad, y se guarden verdadera fidelidad, porque cada uno pretende su interez,
y a trueque de hazer su gusto, o acrescentar su hazienda se le da muy poco
ganar, o perder un amigo», sabemos que está a exagerar um poco mais o que Fr.
Antonio diz das cortes: «No lo afirmo, mas sospécholo que en las cortes de los
príncipes son pocos, y muy poquitos los que se tienen entera amistad, y se
guradan fidelidad; porque allí, com tal que el cortesano haga su facto, poco se le
da perder perder o ganar al amigo» 198 ; quando pondera «que no por estar yo en
esta Vida Solitaria quanto al cuerpo separado de algunos de los proximos (que a
Dios plugiera estar de todos) lo estoy quanto al alma, pues en caridad estoy
desean saber que cosa es, hombre solitario, y quieto, y en que diffieren.[...] si es mejor ver gentes y
conversar con los hombres, que ver peñas, y conversar con duras enzinas».
195 Cristoval ACOSTA, Tratado en contra, y pro de la vida solitaria, ed. cit., 9v-10r.
196 Cristoval ACOSTA, Tratado en contra, y pro de la vida solitaria, ed. cit., 13r: «Y en lugar de
aquellos curiosos quadros, y varias curiosidades de que tenieis vuestro estudio, y aposiento lleno
quales son los de que agora le teneis adornado?».
197 Cristoval ACOSTA, Tratado en contra, y pro de la vida solitaria, ed. cit., 19v; Antonio de
Guevara, Menosprecio de corte y alabanza de aldea (Edición de Asunción Rallo), Madrid, 1984,
171.
198 Cristoval ACOSTA, Tratado en contra, y pro de la vida solitaria, ed. cit., 35v; Antonio de
Guevara, Menosprecio de corte y alabanza de aldea, ed. cit., 237.