democracia
2006-Contra-la-democracia
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84 Contra la <strong>democracia</strong><br />
esa misma pasión contra la liberalización de sus vínculos con la comunidad. El libre<br />
albedrío se encuentra en contraposición total con la comunidad humana.<br />
La organización en fuerza, en partido, es una etapa indispensable en la negación<br />
humana de la siniestra libertad individual mercantil; es el primer paso hacia una<br />
comunidad dictada por las necesidades humanas, es la prefiguración de una sociedad<br />
que privilegia el amor de la comunidad contra el egoísmo de los individuos.<br />
Cuando definimos, a este nivel, el partido revolucionario, utilizando los términos<br />
etapa y prefiguración, lo hacemos porque la negación organizada del egoísmo capitalista<br />
sólo se realizará en el comunismo, en otras palabras, cuando las contradicciones<br />
de clase hayan desaparecido completamente y el partido, como mediación<br />
hacia la comunidad, ya no sea necesario al fundirse en la existencia de una especie<br />
al fin reunificada.<br />
Afirmar la necesidad de la organización, el partido revolucionario, como lo hicieron,<br />
antes que nosotros, Marx, Bakunin, Pannekoek, los marineros de Cronstadt, Archinov,<br />
Flores Magón, Karl Plätnner, los comuneros, el KAPD... equivale a enfrentar, sin concesión,<br />
la libertad individual que pone el «libre albedrío» como condición previa a toda<br />
acción de partido.<br />
Archinov, el célebre compañero de Makhno, criticó severamente a todos aquellos «anarquistas»<br />
de salón, curas individualistas, que utilizaron el principio de la libertad para justificar<br />
su no participación en la revolución en Rusia a principios del siglo XX:<br />
«Aquéllos que no tienen la pasión de la revolución, que reflexionen, en primer lugar, con<br />
respecto a las manifestaciones de su propio “yo”, en la manera cómo comprenden esta<br />
idea [la liberación del individuo, NDR]. ¡Cada vez que se plantea la organización práctica,<br />
de grave responsabilidad, se refugian en la idea anarquista de la libertad individual<br />
y, escudándose en ella, pretenden sustraerse a toda responsabilidad e impedir toda<br />
organización!»<br />
PIOTR ARCHINOV, Historia del movimiento makhnovista, 1921.<br />
Aquí hablamos de la libertad al mismo nivel de abstracción que la burguesía utiliza cuando<br />
hace el elogio del «libre albedrío». Y es precisamente en contraposición a ese «libre<br />
albedrío» (y a las torturas intelectualoides que se infligieron generaciones de universitarios<br />
tratando sin éxito de hacerlo coincidir y solucionar así el conjunto de problemas éticos<br />
resultantes), que nosotros planteamos el cuadro de la comunidad humana, el<br />
comunismo, como realización dialéctica de la vieja cuestión filosófica escondida detrás<br />
de la famosa oposición entre «libertad» y «necesidad».<br />
A pesar de las desagradables connotaciones cognoscitivas que contiene, reproducimos<br />
a continuación, en conclusión del capítulo, una cita de Engels, extraída de El anti<br />
Dühring, que manifiesta, ya en 1877, la superación de la sacrosanta libertad de apreciación<br />
y juicio.<br />
«La libertad de la voluntad no significa pues otra cosa que la facultad de decidir en conocimiento<br />
de causa. Por lo tanto más el juicio de un hombre es libre sobre una cuestión determinada<br />
mayor es la necesidad que determine el tenor de ese juicio; mientras que la<br />
incertidumbre que reposa sobre la ignorancia, que elige en apariencia entre numerosas posibilidades<br />
de decisión diversas y contradictorias, no manifiesta precisamente por eso más que<br />
su no libertad, su sumisión al objeto que debería justamente someter.»<br />
FRIEDRICH ENGELS, 1878.