democracia
2006-Contra-la-democracia
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De la libertad<br />
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na y que en realidad sólo representa el privilegio de algunos fundado en la esclavitud de todo el<br />
mundo; no de esa libertad individualista, egoísta, mezquina y ficticia, promulgada por la escuela<br />
de J.J. Rousseau, como por otras escuelas del liberalismo burgués, y que consideran el susodicho<br />
derecho de todo el mundo, representado por el estado, como el límite del derecho de cada<br />
uno, lo que siempre y necesariamente concluye con la reducción del derecho de cada uno a cero.<br />
No, yo oigo a la sola libertad que verdaderamente es digna de ese nombre, la libertad que consiste<br />
en el pleno desarrollo de todas las potencias materiales, intelectuales y morales que se<br />
encuentran en estado de facultad latente en cada uno; la libertad que sólo reconoce las restricciones<br />
propias a las trazadas por las leyes de nuestra propia naturaleza; de manera que,<br />
propiamente dicho, no existen restricciones, puesto que estas leyes no nos son impuestas por<br />
algún legislador de afuera, que habita, sea al lado o encima [...] de nosotros.»<br />
MIJAIL BAKUNIN, La comuna de París y la noción del estado, 1870.<br />
Bakunin prosigue insistiendo con más precisión a propósito de esa libertad a la que aspira,<br />
subrayando que no se construye a partir del individuo limitado; extiende claramente la<br />
noción de desarrollo libre del individuo a la comunidad, a la noción de solidaridad.<br />
«Yo comprendo esta libertad de cada uno que, en vez de limitarse como una barrera frente a<br />
la libertad del otro, halla en éste su confirmación y su extensión al infinito: la libertad ilimitada<br />
de cada uno a través de la libertad de todos, la libertad en la solidaridad.»<br />
MIJAIL BAKUNIN, La comuna de París y la noción del estado, 1870.<br />
Pero, esta libertad no cae del cielo. No es un ideal que hay que construir afuera de las contradicciones<br />
del mundo real, y para concluir sus afirmaciones sobre esta definición de la<br />
libertad desde el punto de vista comunista, Bakunin menciona la lucha contra el estado,<br />
contra todos los estados, como el único movimiento que permitirá su realización.<br />
«La libertad que surgirá luego de haber derrocado todos los ídolos celestes y terrestres, que<br />
establecerá y organizará un mundo nuevo, el de la humanidad solidaria, sobre las ruinas de<br />
todas las iglesias y de todos los estados.»<br />
MIJAIL BAKUNIN, La comuna de París y la noción del estado, 1870.<br />
Un siglo más tarde, Bordiga insiste a propósito de la importancia de la organización en<br />
clase, en partido revolucionario, para asumir el proceso liberador, para afirmar el salto de<br />
calidad que constituye el reino de la libertad.<br />
«[El partido revolucionario] representa la sociedad comunista de mañana, y es el sentido del<br />
salto (Marx-Engels) del régimen de la necesidad al de la libertad, que no realiza el hombre frente<br />
a la sociedad, sino la especie humana frente a la naturaleza.»<br />
AMADEO BORDIGA, El contenido original del programa comunista, 1958.<br />
Más allá del proceso de inversión que interviene en la praxis del proletariado cuando<br />
actúa conscientemente como clase, en función de su programa –el comunismo–, Bordiga<br />
hace hincapié en la importancia determinante para la especie humana del paso de objeto<br />
a sujeto, de la transformación de su existencia sometida a la necesidad –la sociedad<br />
capitalista es una expresión de esto–, a una existencia determinada por la libertad.<br />
A este nivel, podemos ampliar el campo de abstracción en el que nos hemos ido situando.<br />
Así concluiremos este texto a partir de un desarrollo histórico de Marx a propósito