democracia
2006-Contra-la-democracia
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De la libertad<br />
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4. EL COMUNISMO Y LA REALIZACIÓN DEL REINO DE LA LIBERTAD<br />
«La libertad es el crimen que contiene todos los crímenes. Es nuestra arma absoluta.»<br />
De los muros de París, 1968.<br />
Libre intercambio, libre empresa, libre competencia... El ensañamiento de la economía<br />
por poner delante de cada una de sus categorías la expresión «libre» tiene como objetivo<br />
convencer al ciudadano del carácter acabado de la libertad capitalista. Las referencias<br />
al individuo libre y el libre albedrío perfeccionan políticamente el arsenal ideológico de<br />
la burguesía, y encasillan definitivamente toda reivindicación de la libertad en el cuadro<br />
de la conservación del mundo del capital.<br />
En la actualidad, el individuo se encuentra encerrado en una comprensión de la libertad<br />
definida por los límites de la mercancía. Cuando reivindica «más libertad», su exigencia<br />
se mantiene, la mayor parte del tiempo, al nivel de formulación de uno u otro reproche<br />
que se hace al capital, sin jamás tomar como referencia la destrucción, la superación<br />
de la sociedad capitalista fundada precisamente a partir de un tipo bien definido de<br />
libertad: la libertad mercantil. Para nosotros no se trata de criticar y/o perfeccionar<br />
la libertad mercantil, sino de abolirla. El drama de todos aquellos que la consideran<br />
incompleta es que mantienen la libertad capitalista, la libertad privada, como referencia,<br />
y que cada paso que fortifica esta libertad individual conserva todos los estigmas de las<br />
determinaciones sociales capitalistas. Este proceso los aleja entonces, cada vez más de<br />
la comunidad humana, los separa más de los otros hombres. Más libertad individual<br />
significa en este cuadro más defensa de mi propiedad, mi comercio, mi trabajo, de la<br />
posibilidad de venderme, de existir más como ciudadano, como mercancía, de afirmar<br />
aún más el egoísmo.<br />
Reivindicar más libertad equivale pues a estirar el pescuezo un poco más hacia adelante,<br />
tratando de escapar al aprieta cogotes que nos ata. Podríamos tomar otra imagen, podríamos<br />
comparar los gimoteos ideológicos de «más libertad» a la demanda del cordero de<br />
ampliar su cercado.<br />
La libertad burguesa: una baratija capitalista<br />
La libertad que nos vende el capitalismo constituye la más horrible esclavitud.<br />
Es eso lo que este texto puso en evidencia:<br />
– al denunciar la libertad del proletario de venderse a quien más le convenga como condición<br />
primera que permite al burgués explotarlo;<br />
– al demostrar que la liberación de todo vínculo con los medios de producción representa,<br />
para el proletariado, la indigencia más completa y establece la obligación de vender<br />
su fuerza de trabajo a la burguesía como única posibilidad de supervivencia;<br />
– al explicar que si para la burguesía la libertad ha significado históricamente la supresión<br />
de las trabas que los antiguos modos de producción mantenían contra ella, para el<br />
proletariado esa misma libertad significó la obligación violenta de trabajar para vivir y<br />
la puesta en funcionamiento de «patíbulos, argollas, picotas, garrotes y fosas» para<br />
someterlo, por el terror, a estas nuevas condiciones;<br />
– al desarrollar el hecho de que la libertad bajo el capital se basa en la existencia de la<br />
<strong>democracia</strong>, la existencia de un mercado compuesto de libres vendedores y compradores<br />
de mercancías, en el cual las clases no existen, y que la relación de igualdad, establecida<br />
por la libertad de vender y comprar, oculta la relación de explotación contenida en<br />
el contrato que se hace entre trabajadores y capitalistas;