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City of Heavenly Fire ( PDFDrive.com )

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Cassandra Clare

City Of Heavenly Fire

Jace frunció el ceño. ―Yo estaba, hasta que vagamos en el territorio de

malos anuncios.‖

―Bueno, ¿Qué tipo de cosas te hacen sentir calmado y en paz?‖

Jace quitó las manos de sus rodillas –la posición de loto le estaba

dando calambres en las muñecas– y se echó para atrás sobre sus

brazos. Frio viento sacudió las pocas hojas muertas que todavía

colgaban de los árboles. Contra el pálido cielo de invierno, las hojas

tenían una elegancia sombría, como pluma y bocetos de tinta. ―Matar

demonios‖ dijo él. ―Una buena matanza es muy relajante. Las

desordenadas son irritantes, porque tienes que limpiar luego-‖

―No.‖ Jordan sostuvo sus manos arriba. Debajo de las mangas de su

camiseta, los tatuajes que envolvían sus brazos eran visibles. Shaantih,

shaantih, shaantih. Jace sabía que significaba ‗la paz que sobrepasa todo

entendimiento‘ y que se supone que debes decir la palabra tres veces

cada vez que mencionaban el mantra, para calmar tu mente. Pero en

estos días nada parecía calmar la suya. El fuego en sus venas hizo una

rápida carrera, los pensamiento venían muy rápido también, uno

después del otro como fuegos artificiales.

Los sueños eran tan reales y saturados de colores como pinturas de

óleo. Había practicado fuera de él, horas y horas gastadas en la sala de

práctica, sangre y moretones y sudor y uno que otro dedo quebrado.

Pero no había logrado nada más que irritar a Alec con pedidos de

runas de curación y, en una memorable ocasión, accidentalmente le

había prendido fuego a una viga transversal.

Había sido Simon el que dijo que su compañero meditaba todos los

días y que el aprender el hábito era lo que calmaba los incontrolables

puños llenos de ira que eran parte de la transformación en un lobo.

Desde ahí había sido un corto tiempo antes de que Clary sugiriera que

Jace ―podría intentarlo‖, y aquí estaban ellos, en su segunda sesión. La

primera sesión había terminado con Jace quemando una señal en el

Amar es destruir y ser amado es ser destruido

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