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City of Heavenly Fire ( PDFDrive.com )

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Cassandra Clare

City Of Heavenly Fire

decisión sobre qué hacer con él. Estoy seguro de que entiendes, ahora

que has visto lo que puedo hacer.‖

Clary se mantuvo quieta. Ella sabía lo importante que era mantener su

cara inexpresiva, no mirar a Jace con pánico, no mostrarle a Sebastian

su rabia y miedo. En lo profundo de su corazón ella sabía lo que él

quería, más que cualquier otro; ella sabía cómo era él, y esa era la mejor

arma que tenía.

Bueno, tal vez la segunda mejor.

-―Siempre he sabido que tienes poder,‖ –Dijo ella, deliberadamente no

mirando a Jace, deliberadamente no analizando su falta de

movimiento, el grueso y espeso camino de sangre que abría paso por

un lado de su cara. Esto siempre iba a pasar; siempre iba a ser ella

enfrentando a Sebastian con nadie más, ni siquiera Jace, a su lado.

―Poder,‖ –Repitió, como si fuera un insulto. –―¿Es así como lo llamas?

Aquí tengo más que poder, Clary. Aquí en esta fortaleza puedo dar

forma a lo que es real.‖ Había empezado a posarse dentro del círculo

que había dibujado, sus manos dieron vuelta casualmente sobre su

espalda, como un profesor entregando una lectura.

-―Este mundo está conectado solo por las más delgadas fibras al

mundo en el que nacimos. El camino a través del Fairie es uno de esos.

Estas ventanas son otros. Paso a través de ese de allí‖ –señaló la

ventana en la derecha, por la que Clary podía ver el oscuro cielo azul

del crepúsculo, y estrellas –―y volverás a Idris. Pero no es así de

simple.‖ Contempló las estrellas por la ventana. ―Yo vine a este mundo

porque era un lugar donde esconderse. Y entonces me di cuenta. Estoy

seguro de que nuestro padre te citó estas palabras varias veces‖ –le

habló a Jace, como si Jace pudiera oírlo –―pero es mejor gobernar en el

Infierno que servir en el Cielo. Y aquí yo mando. Tengo a mis Oscuros

y a mis demonios. Tengo mi fortaleza y ciudadela. Y cuando los bordes

de este mundo estén sellados, todo aquí será mi arma. Piedras, árboles

Amar es destruir y ser amado es ser destruido

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