City of Heavenly Fire ( PDFDrive.com )

Cassandra Clare
City Of Heavenly Fire
―¿Extrañando a alguien?‖
―Sí,‖ dijo Isabelle. ―Nunca pensé que lo sentiría por un chico.‖
―No un chico,‖ dijo Clary. ―Simon. Y él te amó. E importó. Tal vez no
lo recuerde, pero tú sí. Yo también. El Simon que vive en Brooklyn
ahora, es como Simon solía ser hace seis meses atrás. Y no es una cosa
terrible. Él era maravilloso. Pero cambió cuando lo conociste: él se hizo
más fuerte, y se lastimó, y fue diferente. Y ese Simon fue del que te
enamorastes y el que se enamoró de ti, asi que estas de duelo, porque
él se fue. Pero lo puedes mantener vivo un poco al recordarlo. Ambas
podemos.‖
Isabelle hizo un sonido ahogado. ―Odio perder personas,‖ dijo, y había
un filo salvaje en su voz: la desesperación de alguien que ha perdido
demasiado, muy joven. ―Lo odio.‖
Clary aparto la mano y tomó la de Izzy –su delgada mano derecha, en
la que la runa de visión se extendía a través de los nudillos. ―Lo sé,‖
dijo Clary. ―Pero recuerda las personas que has ganado también. Yo te
gané. Estoy agradecida por eso.‖ Apretó la mano de Izzy, fuerte, y por
un momento no hubo respuesta. Luego los dedos de Isabelle apretaron
los suyos. Se sentaron en silencio en el alféizar de la ventana, con las
manos tomadas en la distancias entre ellas.
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Maia se sienta en el sofá del apartamento –su apartamento ahora. Ser
jefe de la manada pagaba un salario bajo, y decidió usarlo para la renta,
para mantener lo que fue el lugar de Jordan y Simon, evitar que tiraran
las cosas a la calle en el desalojo por un propietario molesto.
Eventualmente iría a través de sus pertenencias, empacaría lo que
pudiera, clasificaría por recuerdos. Exorcizar los fantasmas.
Para hoy, sin embargo, ella se conformó con sentarse y mirar lo que le
había llegado desde Idris en un pequeño paquete de parte de Jia
Amar es destruir y ser amado es ser destruido