City of Heavenly Fire ( PDFDrive.com )

Cassandra Clare
City Of Heavenly Fire
―No tienes que hacer eso,‖ interrumpió. ―No es como que haiga algún
padre que pueda escucharnos.‖ Era algo inusualmente amargo de
parte de Jules, y Emma tragó con dificultad.
―Lo sé,‖ dijo ella finalmente. ―Pero me gusta tener un lenguaje secreto
contigo. Quiero decir, ¿con quien más podemos hablar sobre estas
cosas si no lo hablamos entre nosotros?‖
Él se dejó caer contra la cabecera, volteando la cara hacia ella. ―La
verdad es, no conozco al tío Arthur para nada. Solo lo he visto en las
fiestas. Sé que Helen dijo que ella lo conoce y él estupendo, bueno y
todo, pero ellos son mis hermanos y hermanas. Los conozco. Él no.‖
Cerró sus manos en puños. ―Yo cuidare de ellos. Me encargaré de que
lo tengan todo lo que quieran y nada se los arrebatará.‖
Emma buscó su brazo, y esta vez él se lo dio, dejando sus ojos
entrecerrados mientras ella escribía en el interior de la muñeca con su
dedo índice.
T-E-A-Y-U-D-A-R-É.
Él le sonrió, pero ella pudo ver la tensión detrás de sus ojos. ―Sé que lo
harás,‖ dijo él. Él extendió su mano y sujetó la de ella. ―¿Sabes lo
último que me dijo Mark antes de que lo atraparan?‖ preguntó,
recostándose contra la cabecera. Él se veía absolutamente exhausto. ―Él
dijo, ‗Quédate con Emma‘. Así que nos quedaremos el uno para el otro.
Porque eso es lo que hacen los parabatai.‖
Emma se sintió como si le hubieran sacado el aire de los pulmones.
Parabatai. Era una palabra grande –para los Cazadores de sombras,
una de las más grandes, abarca una de las emociones más intensas que
jamás tendrás, el compromiso más importante que puedes tener con
otra persona que no es sobre amor romántico o matrimonio.
Ella quería decirle a Jules cuando volvieran a casa, había querido
decirle de alguna manera que cuando ella explotara con las palabras en
Amar es destruir y ser amado es ser destruido