agradecimientos a - Universidad del Bío-Bío
agradecimientos a - Universidad del Bío-Bío
agradecimientos a - Universidad del Bío-Bío
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
propiciados por los movimientos feministas que desde mediados <strong>del</strong> siglo XX<br />
comenzaron a promover la necesidad de deconstruir los conocimientos asentados<br />
en el patriarcado e iniciar los estudios de género. La importancia de estos estudios<br />
es que han logrado demostrar que lo que se entiende como hombre y como mujer<br />
no es más que la construcción cultural de las diferencias sexuales y que estas se<br />
encuentran asentadas en los conceptos biologizados de hombre y mujer.<br />
Las primeras investigaciones que surgieron con la reflexibilidad de los<br />
movimientos feministas, estuvieron avocados a visibilizar la condición femenina<br />
con los denominados “estudios de la mujer” y, más tarde, la masculina. Todo esto<br />
con la orientación de discutir la biologización de los géneros y demostrar el<br />
carácter cultural e histórico de los constructos “feminidad” y “masculinidad”. Un<br />
estudio pionero en este ámbito fue el realizado por la antropóloga norteamericana<br />
Margaret Mead (2006) en los Mares de Nueva Guinea. La conclusión de la<br />
investigadora, luego de vivir entre los Arapesh, los Mundugumor y los Tchambuli,<br />
fue que las formas de ser hombre, mujer y de vivir la sexualidad son moldeadas<br />
por lo que cada cultura espera de cada uno, más que por sus condiciones<br />
anátomo-fisiológicas. Otra investigación pionera fue la realizada por Gayle Rubin<br />
(1986) a partir de la cual se logra comprender cómo el vínculo entre género y<br />
sexualidad son hechos biológicos que determinan la identidad, y que pone en<br />
entre dicho la supervaloración de uno u otro sexo, pues la primacía de un sexo<br />
sobre otro no obedece tanto a cuestiones fisiológicas sino que a la existencia <strong>del</strong><br />
sistema sexo–género que <strong>del</strong>imita los espacios público y privado, las funciones<br />
producción y reproducción para uno u otro sexo sobre la base de las<br />
características sexuales, por lo que ya no es posible continuar considerando la<br />
existencia de esencias masculinas y femeninas, ni considerando la<br />
heterosexualidad monógama y reproductora como la única forma normal de<br />
ejercer la sexualidad.<br />
A partir de su corpus de investigaciones, los estudios de género, han visibilizado<br />
que la masculinidad y la feminidad son construcciones sociales y que su práctica<br />
PADRECTOMÍA: OBSTRUCCIÓN Y DAÑOS EN LAS RELACIONES PARENTALES.<br />
Tesis para optar al grado académico de Magíster en Familia, mención Mediación Familiar.<br />
Julia Cecilia Inostroza Delgado.<br />
16