Aqui-estamos-Ninas-ninos-y-adolescentes-afroperuanos
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72 | ¡Aquí <strong>estamos</strong>! Niñas, niños y <strong>adolescentes</strong> <strong>afroperuanos</strong><br />
situaciones se expresan de dos maneras: a) apodos o “chapas”, usados en espacios de<br />
diversión o juego, como el recreo, y a la hora de salida; e b) insultos, utilizados en situaciones<br />
de conflicto. En ambos casos, se alude principalmente a las características físicas de las<br />
niñas, los niños y <strong>adolescentes</strong> <strong>afroperuanos</strong>, específicamente al color de la piel, y en<br />
menor medida a las capacidades intelectuales referidas a su condición como <strong>afroperuanos</strong>,<br />
relacionándola de manera directa con supuestas escasas habilidades intelectuales.<br />
Las y los docentes y padres de familia reportaron que las niñas y los niños cambian su<br />
estado emocional (“se ponen tristes”), suelen sentirse avergonzados y, en algunos casos,<br />
ya no quieren asistir a su centro educativo.<br />
“Nos dicen (apodos), a veces nos ponemos resentidos porque nos molesta”.<br />
(Grupo focal con niños, Yapatera)<br />
Entrevistador: ¿Qué tal se llevan los niños (<strong>afroperuanos</strong>) con los otros niños?<br />
Participante: (…) para qué, se llevaban bien, pero al momento que pelean<br />
siempre salen (insultos).<br />
Entrevistador: ¿Siendo niños de qué edades?<br />
Participante: (…) tenían 6 años, ya estaban en promoción (…). Siempre, no<br />
faltan niños que son de una conducta terrible y “ay, mira, la negra que no se<br />
qué”. Entonces, (a la niña) le afectaba. Se ponía triste y estaba llorando.<br />
(Entrevista a docente, Villa María del Triunfo)<br />
Cabe destacar que las y los <strong>adolescentes</strong> <strong>afroperuanos</strong> entrevistados han desarrollado<br />
recursos que les permiten afrontar o sobrellevar los episodios de discriminación racial.<br />
Algunos tienden a ignorar, “tolerar” o no responder (“uno baja la cabeza no más”, “lo<br />
tomas como una broma”); y otros han aprendido a “defenderse”, respondiendo el insulto<br />
verbal con otro igual de ofensivo (“aprendo a desquitarme con palabras, insultando”).<br />
Tanto en el primer caso como en el segundo, las y los <strong>adolescentes</strong> reportaron que estos<br />
episodios les generan molestia e incomodidad.<br />
“Uy, yo pongo chapas [sobrenombres]. (…) Yo me bromeo con un amigo, él me<br />
dice negro (…) yo también le digo negro; si no, te friegas si te molestas (…)”.<br />
(Entrevista a adolescente hombre, San Martín de Porres)<br />
Participante: Sí a veces se molestan, (…) bueno, es la manía de los chicos en<br />
poner apodos, de acuerdo a los rasgos u otros, y en esa edad tienden a tratarse así.<br />
Entrevistador: Cuando al chico afrodescendiente le dicen esos apodos, ¿qué hace?<br />
Participante: Muchas veces se sonríen o, si no, responden con otro apodo, (…) hay<br />
ocasiones que lo dicen de una forma graciosa, (…) a veces los apodos se dan también<br />
de forma cariñosa, como por ejemplo “chocolatito” y otros para llamar la atención.<br />
(Entrevista a docente, Villa María del Triunfo)