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Lee el siguiente artículo:<br />
LECTURA, EXPRESIÓN ORAL Y ESCRITA II<br />
Shakespeare se equivocó Asunción del Río<br />
¿Se ha preguntado usted por qué las mujeres podemos hacer tantas cosas? ¿Cómo es<br />
posible que diariamente realicemos jornadas completas de trabajo (con salarios casi<br />
iguales a los del varón) en fábricas, escuelas, oficinas, hospitales..., habiendo dejado la<br />
casa limpia, las camas tendidas, la comida lista; que al volver sirvamos, recojamos la mesa,<br />
arreglemos la ropa, consigamos el material para la maqueta (porque también nos toca<br />
hacer la tarea con los niños), tomemos algún curso de superación personal, otro de<br />
ejercicio y hagamos silencio para que nada perturbe la siesta del señor que llega tan<br />
cansado del trabajo? ¿Por qué somos la única especie que dejando de ser fértil no<br />
desaparece, sino que comienza sus funciones en plan de abuela, es decir, madre sustituta?<br />
Cuando decepcionado por la actitud de su madre exclama Hamlet: "¡Fragilidad, tu nombre<br />
es mujer!", francamente no sabía lo que estaba diciendo. .<br />
Creo que la historia no ha entendido a la mujer y los escasos vestigios de presencia<br />
femenina en labores masculinas durante el pleistoceno, tal vez sean la causa de nuestro<br />
histórico ninguno. ¿Alguien ha pensado en que si no "salimos en la foto" de Altamira o de<br />
cualquiera de los testimonios rupestres donde los varones aparecen en plena cacería, no<br />
fue porque estuviéramos recostadas en la cueva, amamantado críos, sino porque ya desde<br />
entonces andábamos en mil actividades que no nos dejaban tiempo para posar?.<br />
Se ha demostrado que la dieta básica del hombre primitivo no era la carne, sino frutos,<br />
vegetales y semillas, que se dedicaba a recolectar, preparar y conservar la señora de la<br />
casa, mientras la matanza de mamut era más bien ocasional y por eso digna de<br />
perpetuarse en el grabado.<br />
En realidad siempre hemos estado ahí y nada hubiera sido posible sin nuestra presencia,<br />
pues no podemos pensar en una sociedad de adanes perfectos proliferando como hongos.<br />
Pensemos, hombres y mujeres, que no habría subsistencia posible ni civilización sin la<br />
leche materna y sin el alimento del amor que sólo la mujer es capaz de dar, encarnado en<br />
cuidados, educación, salud, protección, lenguaje: herramientas todas para vivir...<br />
Del Río, Asunción. "Shakespeare se equivocó", Las laguneras opinan,<br />
Sección A, pág. 4 de El Siglo de Torreón,<br />
Torreón, Coah., 27 de agosto, 1999.<br />
S A E T A 40<br />
NOVIEMBRE 2004