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LECTURA, EXPRESIÓN ORAL Y ESCRITA II<br />
Rosario conoce bien la tortura moral; la de vivir día tras día buscando al hijo desaparecido;<br />
la de la memoria que se exprime gota a gota, todos los días, para tratar de recuperar la<br />
más mínima imagen, el más leve indicio que pueda suscitar una ráfaga de esperanza. Tan<br />
violenta es su esperanza como la tortura a que están sometidos sus hijos, sus esposos, sus<br />
hermanos y ellas mismas, desde hace más de cinco años.<br />
Si sus hombres están encerrados en mazmorras, sótanos o cuartuchos miserables, ellas<br />
viven su cárcel, la viven ahora mismo, aquí dentro de Catedral, amuralladas en su vientre<br />
de sangre quemada. El tezontle las aprisiona y ellas siguen de pie, erguidas, tercas, monótonas<br />
como la lluvia, porque es agosto y en agosto es época de lluvias en México.<br />
Poniatowska, Elena. "Diario de una huelga de hambre".<br />
Todo siguió como si nada<br />
(De la crónica: "El movimiento estudiantil de 1968'1<br />
Después de la masacre, el mismo 2 de octubre, los taxis, los ciclistas, los peatones<br />
pasaban junto a la plaza de las Tres Culturas como si nada hubiera ocurrido. La vida volvió<br />
a una normalidad insultante. Hubo pocas protestas públicas. O el gobierno las silenció, o la<br />
gente estaba aterrada. Raúl Álvarez Garín nos dijo en Lecumberri: "La masacre del 2 de<br />
octubre fue justificada por todos los sectores gubernamentales, los más impúdicos, con<br />
ruidosas declaraciones públicas, y los otros con un profundo silencio cómplice. No se oyó ni<br />
una sola voz oficial de protesta por el asesinato de estudiantes, salvo, fuera del país, la<br />
renuncia de Octavio Paz a la embajada de México en la India". Lo que en otro país hubiera<br />
desatado una guerra civil, sólo conmocionó a un grupo de mexicanos.(...) Nuestro país<br />
regresó al silencio. Unos días más tarde, durante la Olimpíada una señora se abanicaba<br />
con las puntas del rebozo al ver al sargento Pedraza echar los bofes y el hígado mientras<br />
corría a paso de ganso, cuando la periodista María Luisa "China" Mendoza comentó: "Mire<br />
usted nada más señora, hace unos días estábamos aquí viendo lo de Tlatelolco y ahora<br />
presenciamos esta carrera como si nada"; y la señora, que todavía se abanicaba con las<br />
puntas del rebozo, le respondió: "¡Ay, pues ni modo!"<br />
Poniatowska, Elena. Fuerte es el silencio, Crónicas, México, Ed. Era, 1980.<br />
Redacta una crónica de alguna tradición de tu comunidad.<br />
S A E T A 47<br />
NOVIEMBRE 2004