Revista No 21, Jun 2007 - Corte Suprema de Justicia
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De esta corriente histórica se sustrae quien consi<strong>de</strong>ra que como juez<br />
<strong>de</strong> tutela pue<strong>de</strong> ser el “ojo <strong>de</strong> Dios” que dicte la verdad, el punto final<br />
luego <strong>de</strong> la cosa juzgada.<br />
Pero esta elaboración <strong>de</strong> impecable lógica sobre la cosa juzgada resulta<br />
en ocasiones hiriente; el <strong>de</strong>bate pue<strong>de</strong> ser cerrado por un asaltante<br />
o un tramposo que actúa falsamente como juez vulnerando los<br />
<strong>de</strong>rechos fundamentales <strong>de</strong> una <strong>de</strong> las partes.<br />
Es el riesgo <strong>de</strong> la administración <strong>de</strong> justicia que no lo soluciona el<br />
juez <strong>de</strong> tutela, que a su vez pue<strong>de</strong> ser el asaltante; <strong>de</strong> hecho, por estos<br />
días se ha dictado resolución <strong>de</strong> acusación <strong>de</strong> prevaricato contra un<br />
magistrado por su actuación como juez <strong>de</strong> tutela. Y, es aquí don<strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>be volcarse el juicio <strong>de</strong> la necesidad, para advertir que sí hay medios<br />
judiciales alternativos para <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r al ciudadano <strong>de</strong> los excepcionalísimos<br />
errores judiciales, tanto en lo penal como <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l mismo<br />
proceso ordinario con el recurso <strong>de</strong> revisión. Este mecanismo ofrece<br />
una mayor y eficaz protección colectiva al obrar penal y disciplinariamente<br />
contra la fuente <strong>de</strong> una vulneración <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos, y conducir<br />
las cosas a expulsar el juez <strong>de</strong>l cuerpo judicial.<br />
En el colofón <strong>de</strong> la sentencia C–543 <strong>de</strong> 1992 la <strong>Corte</strong> Constitucional,<br />
en ejercicio <strong>de</strong> una autofagia argumentativa, se preguntó por lo que<br />
no cabía preguntarse luego <strong>de</strong> asentar que era una falacia el error<br />
judicial: ¿Cómo no remediar el falaz error judicial –exagerado y<br />
para casos <strong>de</strong> contornos hábilmente dramatizados– como lo <strong>de</strong>scalifica<br />
la misma sentencia? Y la respuesta es una puerta hechiza <strong>de</strong><br />
una muralla, la <strong>de</strong> que frente a actuaciones <strong>de</strong> hecho imputables<br />
al funcionario por medio <strong>de</strong> los cuales se <strong>de</strong>sconozcan o amenacen<br />
<strong>de</strong>recho fundamentales o cuando una… <strong>de</strong>cisión pueda causar<br />
perjuicio irremediable pueda obrar la tutela contra sentencia; la<br />
incoherencia <strong>de</strong> esta aseveración salta a la vista si, renglones seguidos,<br />
en la parte resolutiva <strong>de</strong> la sentencia se <strong>de</strong>claran inconstitucionales las<br />
normas –artículos 11 y 12 <strong>de</strong>l Decreto 2591 <strong>de</strong> 1991– <strong>de</strong>l Estatuto <strong>de</strong><br />
Tutela que la autorizaban contra sentencias judiciales.<br />
Es también falacia tal pregunta y tal respuesta sobre la que se erige<br />
la tutela contra la sentencia judicial, pues es un juicio inconcluso,<br />
limitando el escenario al juez <strong>de</strong> tutela y <strong>de</strong>sconociendo la existencia<br />
<strong>de</strong> acciones judiciales para juzgar al juez violador <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos, y a los<br />
recursos ordinarios y extraordinarios para remediar errores judiciales<br />
existentes <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l proceso.<br />
De la excepción a lo usual<br />
Es intolerable para la Constitución Política, según lo dictado por la<br />
<strong>Corte</strong> Constitucional, que haya tutela contra sentencia judicial; solo<br />
la admite para casos extremos y excepcionales, esto es, bajo un enfoque<br />
pon<strong>de</strong>rativo no se justifica a la luz <strong>de</strong> la proporcionalidad, que lo<br />
que se acepta como expediente por extraordinario sea patente para<br />
actuaciones ordinarias, cotidianas, para invadir la competencia <strong>de</strong> los<br />
jueces especializados por los <strong>de</strong> otra jurisdicción, o para los <strong>de</strong> rango<br />
inferior dictar cátedra a sus superiores, como lo revela la práctica<br />
judicial. Hay una <strong>de</strong>sproporción entre la protección al <strong>de</strong>recho que<br />
se invoca como vulnerado y el efecto <strong>de</strong>vastador en otros <strong>de</strong>rechos,<br />
principios e instituciones.<br />
Lo que ha ocurrido es que se ha cambiado el “ADN constitucional”<br />
<strong>de</strong> la tutela, como reserva <strong>de</strong> anticuerpos <strong>de</strong> la rama judicial contra<br />
su enemigo: el juez prevaricador, para convertirse en enfermedad<br />
autoinmune, en mecanismo que se acciona indistintamente para<br />
atacar cualquier órgano, sin distinguir aquel monstruoso enemigo sino<br />
a todo juez con quien se discrepe en la interpretación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho.<br />
<strong>No</strong> es esta una <strong>de</strong>scripción exagerada, es la que refleja una situación<br />
usual y corriente. Ciertamente pocos jueces en la República no han<br />
sido accionados en tutela por sus sentencias, y a muchos se les ha<br />
calificado pródigamente como violadores <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos fundamentales.<br />
Se ha <strong>de</strong>pauperado el significado <strong>de</strong> tal señalamiento.<br />
El or<strong>de</strong>n jurídico que se basa en la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia<br />
<strong>de</strong> los jueces <strong>de</strong>saparece cuando alguna <strong>de</strong> sus<br />
<strong>Corte</strong>s proclama que el respeto <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos<br />
fundamentales no se <strong>de</strong>termina a partir <strong>de</strong> la<br />
visión que cada juez tenga <strong>de</strong> ellos sino <strong>de</strong>l<br />
alcance que le fije la <strong>Corte</strong> Constitucional.<br />
Los mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> la tutela según la versión <strong>de</strong>l error<br />
judicial<br />
Aquella pieza que les permite obrar a los jueces contra sentencias<br />
judiciales se innova periódicamente con mo<strong>de</strong>los o nuevos elementos<br />
que amplían el campo <strong>de</strong> acción <strong>de</strong> la <strong>Corte</strong> Constitucional, haciendo<br />
más pesante y <strong>de</strong>sproporcionada la invasión <strong>de</strong> competencias a las<br />
jurisdicciones ordinaria y contencioso-administrativa.<br />
El elemento más proteico <strong>de</strong> la pieza nueva ha sido el <strong>de</strong> la vía <strong>de</strong><br />
hecho; <strong>de</strong> aquel error que solo tiene explicación en una actuación<br />
abusiva y caprichosa <strong>de</strong> un juez, que rompe cualquier atadura con el<br />
<strong>de</strong>recho, la <strong>Corte</strong> Constitucional ha hecho una elaborada doctrina: 2 a)<br />
<strong>de</strong>l error sustancial; b) <strong>de</strong>l orgánico; c) <strong>de</strong>l procesal; d) <strong>de</strong>l probatorio,<br />
y cada uno con su propia dinámica expansiva.<br />
2 <strong>Corte</strong> Constitucional, SU–014 <strong>de</strong> 2001.<br />
9 <strong>Corte</strong> <strong>Suprema</strong> <strong>de</strong> <strong>Justicia</strong> • <strong>Revista</strong> <strong>21</strong>