Revista No 21, Jun 2007 - Corte Suprema de Justicia
Revista No 21, Jun 2007 - Corte Suprema de Justicia
Revista No 21, Jun 2007 - Corte Suprema de Justicia
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Foto: Archivo Syngenta<br />
que la voluntad jurídica sea espontánea, libre <strong>de</strong> apremios, y refleje<br />
en últimas el verda<strong>de</strong>ro querer <strong>de</strong> los contratantes. Por supuesto<br />
que así expandidas e intrincadas las cosas, es terreno abonado para<br />
que florezca el perjuicio. Millares <strong>de</strong> víctimas por cuenta <strong>de</strong> prácticas<br />
in<strong>de</strong>seadas en el tráfago <strong>de</strong> bienes y servicios. La victimización ha<br />
ganado <strong>de</strong>masiado terreno y es <strong>de</strong> rigor buscar el modo <strong>de</strong> la reparación.<br />
En tiempos como los que ahora corren hay consenso en torno<br />
a la protección <strong>de</strong> las víctimas –tema por cierto <strong>de</strong> palpitante actualidad–<br />
y existen <strong>de</strong>claraciones universales que propen<strong>de</strong>n al efectivo<br />
resarcimiento <strong>de</strong> ellas, sin lo cual, está más que admitido, es difícil<br />
lograr un or<strong>de</strong>n justo y equitativo.<br />
Es lo que suce<strong>de</strong> en el mundo <strong>de</strong>l consumo, punto que hoy concita<br />
nuestra atención. A buen seguro que algo se ha avanzado <strong>de</strong>spués<br />
<strong>de</strong> 1982, empero aún se camina a tientas en asunto que, por cierto,<br />
concierne absolutamente a todos. Si hay una zona en que todos nos<br />
veamos comprometidos, esa es la <strong>de</strong>l consumo. Consumimos cotidianamente.<br />
Y sin embargo, en el país no hay verda<strong>de</strong>ras políticas que<br />
traten esta problemática que, a la verdad, crece a ritmos insospechados.<br />
Es <strong>de</strong> <strong>de</strong>sear que existiera una cultura <strong>de</strong>l consumidor que tenga<br />
por propósito que sepa siquiera cuáles son sus <strong>de</strong>rechos y acciones;<br />
es <strong>de</strong>plorable que todavía existan consumidores y usuarios proclives a<br />
justificar sus <strong>de</strong>sgracias en el consumo a fuerzas oscuras <strong>de</strong>l <strong>de</strong>stino<br />
o el azar, cuando en el fondo lo que se ha cometido contra él es un<br />
típico frau<strong>de</strong>. Una cultura, pues, que tienda a secularizar el punto,<br />
principalmente propiciada por el Estado a quien, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la propia<br />
Carta Política, correspon<strong>de</strong> velar por los intereses <strong>de</strong>l consumidor;<br />
<strong>de</strong>biera pues implementar ambiciosas campañas preventivas, con<br />
amplia divulgación tendiente a conscientizar a los consumidores <strong>de</strong><br />
<strong>Corte</strong> <strong>Suprema</strong> <strong>de</strong> <strong>Justicia</strong> • <strong>Revista</strong> <strong>21</strong><br />
46<br />
El mundo <strong>de</strong> los negocios,<br />
la producción a gran escala y<br />
la oferta <strong>de</strong> bienes y servicios<br />
han acelerado, no solo una<br />
capacidad <strong>de</strong> consumo,<br />
sino hasta una „necesidad‰<br />
creciente y avasalladora <strong>de</strong><br />
consumo consuetudinario.<br />
Las cláusulas <strong>de</strong> los contratos<br />
no se discuten, a menudo se<br />
imponen.<br />
los <strong>de</strong>rechos que les atañen, para que así no se hagan presa fácil <strong>de</strong> las<br />
diversas formas que reviste el frau<strong>de</strong>. De ordinario, el vulgo i<strong>de</strong>ntifica<br />
el frau<strong>de</strong> no más que con incumplimiento <strong>de</strong> garantías y alteración<br />
exagerada <strong>de</strong>l precio, y <strong>de</strong>sconoce otros aspectos que igualmente<br />
hieren sus <strong>de</strong>rechos, en punto por ejemplo <strong>de</strong> los incentivos <strong>de</strong><br />
promociones, utilización ilícita <strong>de</strong> marcas, propaganda <strong>de</strong>lusiva o<br />
engañosa, y <strong>de</strong>rechos como el <strong>de</strong> ser escuchado (verbigracia a través<br />
<strong>de</strong> las asociaciones <strong>de</strong> consumidores) en la toma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones que<br />
lo afecten. Asimismo, no basta que en el Estatuto <strong>de</strong>l Consumidor<br />
haya procedimientos que tiendan a sancionar a productores, fabricantes,<br />
ven<strong>de</strong>dores e importadores, cuandoquiera que inobserven<br />
sus normas, porque hay necesidad <strong>de</strong> que ello se complemente con<br />
una clara política resarcitoria para el consumidor, esto es, la víctima.<br />
En una palabra, el consumidor queda <strong>de</strong>sprotegido con que solo se<br />
sancione a quien lo <strong>de</strong>fraudó. Para cuyo fin es preciso dotarlo <strong>de</strong><br />
mecanismos expeditos y ágiles que haga menos penosos sus reclamos,<br />
los cuales, para malaventuranza suya, en veces prefiere <strong>de</strong>jarlos <strong>de</strong><br />
lado y más bien resignarse, ante todo cuando se trata <strong>de</strong> reclamos<br />
<strong>de</strong> poca monta económica. La gente no <strong>de</strong>nuncia. Y las pocas veces<br />
que lo hace, no se reduce más que buscar a la Policía en busca <strong>de</strong><br />
apoyo, pero esta carece <strong>de</strong> herramientas eficaces para brindárselo,<br />
ante lo cual prefieren la solución sumisa y rápida <strong>de</strong> que simplemente,<br />
verbigracia, le reemplacen el bien. Más vale –dirá– un mal arreglo<br />
que un buen pleito.<br />
Por encima <strong>de</strong> todo, empero, es obligación <strong>de</strong>l Estado educar hacia<br />
un consumo responsable y sustentable; lo primero, para procurar<br />
que el consumo corresponda a las necesida<strong>de</strong>s reales <strong>de</strong>l individuo,<br />
y que, por consiguiente, sea coherente en la materia; y lo segundo,