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Fahrenheit 451 Ray Bradbury Fuego Brillante - Educarchile

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-Oye, Guy, ¿con quién estás hablando?<br />

Una aguja de plata taladró el cerebro de Montag.<br />

-Montag, escuche, sólo hay una escapatoria, diga que se trata de una broma,<br />

disimule, finja no estar enfadado. Luego, diríjase al incinerador de pared y eche<br />

el libro dentro.<br />

Mildred anticipó esto con voz temblorosa.<br />

-Amigas, una vez al año, cada bombero está autorizado para llevarse a casa un<br />

libro de los viejos tiempos, a fin de demostrar a su familia cuán absurdo era<br />

todo, cuán nervioso puede poner a uno esas cosas, cuán demente. La sorpresa<br />

que Guy nos reserva para esta noche es leeros una muestra que revela lo<br />

embrolladas que están las cosas. Así pues, ninguna de nosotras tendrá que<br />

preocuparse nunca más acerca de esa basura, ¿no es verdad?<br />

-Diga «sí».<br />

Su boca se movió como la de Faber:<br />

-Sí.<br />

Mildred se apoderó del libro, al tiempo que lanzaba una carcajada.<br />

-¡Dame! Lee éste. No, ya lo cojo yo. Aquí está ese verdaderamente divertido<br />

que has leído en voz alta hace un rato. Amigas, no entenderéis ni una palabra.<br />

Sólo dice despropósitos. Adelante, Guy, es en esta página.<br />

Montag miró la página abierta.<br />

Una mosca agitó levemente las alas dentro de su oído.<br />

-Lea.<br />

-¿Cómo se titula?<br />

-Paloma en la playa.<br />

Tenía la boca insensible.<br />

-Ahora, léelo en voz alta y clara, y hazlo lentamente.<br />

En la sala, hacía un calor sofocante; Montag se sentía lleno de fuego, lleno de<br />

frialdad; estaban sentados en medio de un desierto vacío, con tres sillas y él en<br />

pie, balanceándose mientras esperaba a que Mrs. Phelps terminara de alisarse<br />

el borde de su vestido, y Mrs. Bowles apartara los dedos de su cabello.<br />

Después empezó a leer con voz lenta y vacilante, que fue afirmándose a

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