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220 ARCHIVO GENERAL DE LA NACION
población de este distl'ito; destino regular de todas las regiones
fronterizas en tiempo de hostilidades.
Los haitianos no poseen otros intereses en él sino solamente
algunos establecimientos decaídos de cortes de made:ra.
La población haitiana se compone la mayor parte de
gente de color refugiadas para escaparse de los degüellos
y carnicerías haitjanas; y no cuenta uno por cada cincuenta
ciudadanos dominicanos.
Aunque en el calor de las hostilidades activas, los dominicanos
han arrojado a los haitianos fuera de los pueblos
de Las Caobas e Hincha, sin embargo, una política humana
y conciliadora ha sido adoptada para que los haitianos
tuviesen tiempo de extraer sus intereses.
El cuartel general de los dominicanos se encuentra,
por consiguiente, en el pueblo de Farfán; y a los haitianos
se les ha permitido tener guarniciones en Hincha y Caobas,
con un puesto avanzado en la orilla Norte del río Artiboruto,
por el camino hacia el pueblo de Bánica.
Estas poblaciones precariamente conservadas por el
enemigo no son consideradas por los dominicanos de ninguna
manera como una cesión o renuncia de sus legítimos derechos
y dominio a dicho suelo.
Una cesión cualquiera de aquellos referidos distritos
a Haití no sólo implicaría la pérdida de este impol'tante
territorio, sino que la suerte inevitable de toda la República
Dominicana está envuelta en la cuestión; porque cualquiera
cambio en los límites según han existido y existen
todavía expondría el territorio dominicano a la merced, a
cualquiera hora, de las bárbaras invasiones de los haitianos.
No habría entonces ninguna seguridad, ni ninguna
prosperidad sería jamás permanente ni estable; la mayor
vigilancia y tenacidad de servicio por activo que fuese jamás
·alcanzaría para compensar la pérdida sufrida.
En realidad, ningún dominicano depondría las armas
bajo otras condiciones, sino las de la integridad de los antiguos
límites de linea defensiva entre los dos Estados.