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DOCUMENTOS PARA LA HISTORIA DOMINICANA 321
con un despotismo sin freno, usando el cual ha hollado a
menudo la Constitución y las leyes, y usurpó a las Cámaras
de los Representantes las facultades legislativas, dietando
a su antojo decretos que a mas de su bastardo origen
tienen la tacha de ser contrarios al interés de la República,
como 10 pl'ueba hasta la evidencia la enérgica contestación
que el Congreso Nacional acaba de dar a su último mensaje."
Yo provoco a Santana a que publique esos decretos; a.
que presente un solo acto del Congreso revocando esos en
que dice dañé los intereses generales. Y pOI' 10 demás, sea
cual fuere el estado de depravación a que su tiranía haya
arrastrado las conciencias, estoy cierto de que para el pueblo
las declamaciones en su boca contra un despotismo facticio,
son verdaderas e irritantes blasfemias; porque todos
sabrán distinguir entre un gobm'nante que como yo no firmó
jamás una orden de arresto contra nadie, y él, que después
ele haber decapitado, proscripto y perseguido a varios
de sus conciudadanos, a sus mismos amigos, aparecerá en
los fastos de la República con sus manos manchadas hasta
en la sangre de una mujer.
Basta. Este tirano ciego en su furor ha provacado esta
contienda y este escándalo. Quiera el cielo que no pese sobre
la constel'nada patria la ignominia que pueda producir;
quiera el cielo que, como es mi intención, sólo sirva esta
polémica para despertar de su letargo al pueblo, para enseñarnos
a todos a ser cautos al confiar nuestTos destinos.
Como la mayor parte de los hombres que han procurado
en la América del Sur el bienestal' de sus conciudadanos,
corro todos los azares de una proscripción; pero en
ella me sel'Vírán de consuelo los días de calma y de libertad
que disfrutó el pueblo. Recordaré con orgullo las felicitaciones
repetidas que recibimos de las naciones extranjeras
por nuestra moderación y por nuestros sentimientos
de generosa hospitalidad y adhesión sincera hacia los demás
pueblos cultos. Lamentaré las desgracias de la patria, y
confial'é siempre en que la Divina Providencia, velando por
la salud de esta hel'l1l¡osa región, conservará en sus magná-