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DOCUMENTOS PARA LA HISTORIA DOMINICANA 395
que depuestas las armas, celebren los dominicanos la reconciliación
sincera de todos en el regazo de la madre patria.
"Entretanto se repite de ustedes muy obediente y servidor
y B. S. M. Jb. Abn. Jesurun".
Qué habrán dicho los libelistas al recibir esta respuesta
la única que merecian sus exigencias? A qué rincón del
mundo irán a ocultar su vergüenza al ver que la saeta asestada
contl'a Báez se volvió contl'a ellos y les hirió de rechazo?
Si esos hombres, para probar al mundo que el señor
Báez era un desfalcador cometen el mismo crimen que le
imputan, abrogándose la autoridad de reclamar a nombre
de todo un pueblo los fondos pertenecientes a la Nación.
Ahora se nos antoja preguntar: Si esa suma hubiera
en realidad existido, y se la hubieran entregado qué destino
le hubieran dado los libelistas. Nosotros no avanzaremos
la respuesta porque hay cosas que sólo se deben decir al
oído.
Concluyamos.
Refutados los cargos más insignificantes sin haber
omitido una sola frase del libelo, y lutbiendo preferido hablar
el lenguaje de la verdad, desnudo de todo adorno, al
exaltado y cáustico de que se valen los hombres de pasiones;
creemos haber triunfado de la impostura y confundido a
los trece calumniadores de nuestro amigo el Presidente
Báez.
Queda probado que ellos, en su despecho, al ver que
la facción, acaudillada por hombres impotentes, se encuentra
ya en su última agonía, han querido sólo desfogar
su rabia contra el señor Báez porque no abdicó al primer
espanto como lo hubiera hecho un imbécil, sino que ha jurado
resistir hasta el último trance para salvar la sociedad
y las instituciones, amenazadas de muerte por esas pretendidas
libertades que quieren invadirlas.
Hemos llenado nuestro objeto. Quédanos el orgullo
de haber hecho triunfar la razón; sin embargo que el señor
Báez no necesitaba que le justificáramos de tan viles calumnias,
porque él se halla justificado por sus propios he-