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DOCUMENTOS PARA LA HISTORIA DOMINICANA 475
nuestra Patria, varios hombres por naturaleza incouformes
y descontentadizos han mantenido la sociedad llena de
inquietudes, provocando la desobediencía a las autoridades,
divulgando falsas noticias de carácter alarmante, y por ú1timo,
tramando la más bárbara y sangrienta conspiración,
tuyo plan tenía por base principal asesinar a todos los
hombres que dieron y secundaron el glorioso grito del memorable
7 de Julio de 1857.
Tanta ingratitud y perfidia pudiera rebozamos de indignación,
si esa indignación nos fuera permitida en el alto
puesto en que nos hallamos; empero, aunque la Espada d·']
1{L JUSTICIA está siempre pendiente sobre las cabezas de
aquellos que intenten alterar el orden y la tranquilidad pública,
un acto más de benevolencia no quebrantará la fuerza
moral y material en que nos apoyamos.
¿ Cuáles serían para esos hombres los resultados de un
enjuiciamiento, aplicándoles, como ellos merecen, todo el rigor
y severidad de las leyes? Tremenda sería su posición, a
no ser que haciendo uso de las facultades de que constitucionalmente
nos hallamos investidos, declinásemos hoy en obsequio
de la humanidad, como lo hacemos, evitándoles las
tribulaciones de la pena suprema, aunque para ello tengamos
el dolor de imponerles las amarguras del ostracismo,
no como un castigo, sino como una necesidad social exigida
únicamente por las circunstancias.
CIUDADANOS! Esta novedad no debe interrumpir en
nada vuestros quehaceres ordinarios, porque la hora de los
peligros ha pasado; y como es de nuestro deber, nos empeñamos
en que el país continúe su marcha firme y serena
por el sendero del orden y de la libertad.
Los hombres hom'ados, los que no se desbordan de los
limites que les trazan las leyes, tengan la seguridad de que
lIO serán inquietados, sino que por el contrario les daremos
toda la protección que necesiten. Para ello contamos con la
lealtad de los militares de toda la República, como los centinelas
del orden y de la independencia; contamos con la
opinión pública que es nuestra guía, y contamos, pOr últi·
mo, eon la energía que nos da la conciencia del deber.