You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Perico asintió: así es que Tom le hizo abrir la boca y le ver¬tió<br />
dentro el «matadolores». Perico saltó un par de veces en el aire,<br />
exhaló en seguida un salvaje grito de guerra y se lanzó a dar<br />
vueltas y vueltas por el cuarto, chocando contra los muebles,<br />
volcando tiestos y causando general estrago. Después se irguió<br />
sobre las patas traseras y danzó alrededor, en un frenesí de<br />
delei¬te, con la cabeza caída sobre el hombro y proclamando a<br />
voces su desaforada dicha. Marchó en seguida, disparado, por toda<br />
la casa, esparciendo el caos y la desolación en su camino. La tía<br />
Polly entró a tiempo de verle ejecutar unos dobles saltos morta¬les,<br />
lanzar un formidable ¡hurra! final, y salir volando por la ven¬tana<br />
llevándose con él lo que quedaba de los tiestos. La anciana, se<br />
quedó petrificada por el asombro, mirando por encima de los lentes;<br />
Tom, tendido en el suelo, descoyuntado de risa.<br />
Tom, ¿qué es lo que le pasa a ese gato?<br />
No lo sé, tía balbuceó el muchacho.<br />
Nunca he visto cosa igual. ¿Qué le habrá hecho poner¬se de ese<br />
modo?<br />
De veras que no lo sé, tía; los gatos siempre se ponen de ese<br />
modo cuando lo están pasando bien.<br />
¿Se ponen así? ¿No es cierto?<br />
Había algo en el tono de esta pregunta que escamó a Tom.<br />
Sí, tía. Vamos, me parece a mí.<br />
¿Te parece?<br />
Sí, señora.<br />
La anciana estaba agachada, y Tom la observaba con interés,<br />
avivado por cierta ansiedad. Cuando ádivinó por «donde iba» ya era<br />
demasiado tarde. El mango de la cuchari¬lla delatora se veía por<br />
debajo de las faldas de la cama. Tom parpadeó y bajó los ojos. La<br />
tía Polly lo levantó del suelo por el acostumbrado agarradero, la<br />
oreja, y le dio un fuerte papi¬rotazo en la cabeza con el dedal.<br />
87