La figura histórica de Jesús
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LA FIGURA HISTÓRICA DE JESÚS<br />
<strong>Jesús</strong>, sobre todo Santiago, se convirtieron en dirigentes <strong>de</strong> la primera Iglesia.<br />
4 Su asombro ante el comportamiento <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> y su pretensión <strong>de</strong> ser<br />
portavoz <strong>de</strong> Dios fue finalmente superado.<br />
3) Por último, anotamos los "simpatizantes". <strong>Jesús</strong> y sus discípulos,<br />
como hemos <strong>de</strong>mostrado anteriormente, se ganaron algún apoyo <strong>de</strong> personas<br />
que no les seguían. Sólo ocasionalmente dan sus nombres los evangelios.<br />
Uno es Simón el fariseo, con quien cenó; otro, Zaqueo, el recaudador<br />
<strong>de</strong> impuestos (Le 7,36-50; 19,1-10). José <strong>de</strong> Arimatea, miembro <strong>de</strong>l<br />
consejo, que obviamente discrepaba <strong>de</strong> la opinión <strong>de</strong> que <strong>Jesús</strong> <strong>de</strong>bía ser<br />
ejecutado, donó la tumba y enterró su cuerpo (Me 15,42-47). De nuevo<br />
son dignas <strong>de</strong> mención las mujeres. Hay un conjunto interesante <strong>de</strong> pasajes<br />
que las revela en parte como seguidoras que contribuían al sostenimiento<br />
<strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> (supra, pp. 134), pero más como simpatizantes.<br />
Empezaremos con el relato <strong>de</strong> María y Marta <strong>de</strong> Betania en Jn 12,1-8,<br />
y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> dicho relato intentaremos retroce<strong>de</strong>r hasta su probable base <strong>histórica</strong>.<br />
<strong>La</strong> narración <strong>de</strong> Juan discurre como sigue: <strong>Jesús</strong> visitó la casa <strong>de</strong><br />
María y Marta en Betania <strong>de</strong> Ju<strong>de</strong>a, don<strong>de</strong> anteriormente había resucitado<br />
a Lázaro, su hermano. Durante la comida, Marta servía, mientras Lázaro<br />
y los <strong>de</strong>más estaban recostados a la mesa. María entró llevando un frasco<br />
<strong>de</strong> nardo, un perfume caro. Lo <strong>de</strong>rramó sobre los pies <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> y lo secó<br />
con sus cabellos. Judas Iscariote <strong>de</strong>claró que el dinero habría sido <strong>de</strong> más<br />
utilidad si se hubiera dado a los pobres. Pero <strong>Jesús</strong> replicó que esa unción<br />
era para su sepultura, y añadió: "A los pobres los tendréis siempre con<br />
vosotros; a mí, en cambio, no siempre me tendréis".<br />
Esto parece ser un relato compuesto, obtenido <strong>de</strong> la combinación <strong>de</strong><br />
tres historias que en los sinópticos aparecen separadas. 5 Una es la <strong>de</strong> la<br />
4 Sobre Santiago, el hermano <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong>, véanse Hch 15,13; 21,18; Gal 1,19;<br />
2,1-12. Según 1 Cor 15,7, Santiago tuvo, al parecer, una experiencia aparte <strong>de</strong> la<br />
resurrección, y esto es lo que presumiblemente explica su compromiso con el<br />
movimiento cristiano primitivo. Según 1 Cor 9,5, los hermanos (plural) <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong><br />
fueron misioneros. <strong>La</strong> tradición cristiana posterior mencionó a Judas, uno <strong>de</strong> los<br />
hermanos mencionados en Me 6,1-6, como un miembro <strong>de</strong>stacado <strong>de</strong>l movimiento<br />
cristiano. Se le atribuye la epístola <strong>de</strong> Judas <strong>de</strong>l Nuevo Testamento (en<br />
griego [como en español], el autor <strong>de</strong> la epístola se <strong>de</strong>nomina "Judas", el mismo<br />
nombre que llevaban tanto uno <strong>de</strong> los hermanos <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> como el que lo traicionó).<br />
Eusebio, un historiador <strong>de</strong>l siglo IV, cita un relato <strong>de</strong> Hegesipo (siglo II) según el<br />
cual los nietos <strong>de</strong> Judas, el hermano <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong>, eran creyentes y fueron interrogados<br />
por Domiciano hacia finales <strong>de</strong>l siglo I (Eusebio, Historia eclesiástica 3,20).<br />
5 En este pasaje, lo más sencillo es pensar que Juan utilizó a Lucas. Hay, sin<br />
embargo, otras posibilida<strong>de</strong>s, entre ellas la <strong>de</strong> que ambos <strong>de</strong>pendan <strong>de</strong> fuentes<br />
anteriores.<br />
EL COMIENZO DEL MINISTERIO DE JESÚS<br />
149<br />
comida <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> con Simón el fariseo. Una "pecadora" entró, bañó con<br />
sus lágrimas los pies <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong>, los secó con sus cabellos, los besó y ungió<br />
con aceite (Le 7,36-50). En una segunda historia (Le 10,39-42), <strong>Jesús</strong><br />
estaba en una casa con María y Marta, <strong>de</strong> camino a Ju<strong>de</strong>a, pero aún en<br />
Galilea o en Samaría. María se sentó a escuchar al maestro, mientras que<br />
Marta se ocupaba <strong>de</strong> preparar la comida. Cuando Marta se quejó <strong>de</strong>l<br />
comportamiento <strong>de</strong> su hermana, <strong>Jesús</strong> dio su apoyo a María, replicando<br />
que ésta había elegido la mejor parte.<br />
<strong>La</strong> tercera historia, recogida en Mt 26,6-13 y Me 14,3-9, es muy<br />
parecida a la <strong>de</strong> Juan, pero tiene lugar en una familia diferente. <strong>Jesús</strong><br />
estaba en Betania, en casa <strong>de</strong> Simón el leproso, cuando una mujer se<br />
acercó a él con un frasco <strong>de</strong> alabastro <strong>de</strong> perfume muy caro y lo <strong>de</strong>rramó<br />
sobre su cabeza. Como en la historia <strong>de</strong> Juan, los discípulos se indignaron,<br />
<strong>de</strong>clarando que se podía haber vendido el perfume y haber dado el<br />
dinero a los pobres. <strong>La</strong> respuesta <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> fue también como la que se<br />
recoge en el evangelio <strong>de</strong> Juan, pero añadió: "En cualquier parte <strong>de</strong>l<br />
mundo en que se anuncie esta buena noticia, será recordada esta mujer<br />
y lo que ha hecho".<br />
Si analizamos las partes que componen la historia <strong>de</strong> Juan sobre<br />
María y Marta <strong>de</strong> Betania y numeramos las otras historias <strong>de</strong>l 1 al 3,<br />
veremos estas coinci<strong>de</strong>ncias:<br />
Juan<br />
Nombres: María y Marta<br />
Lugar: Betania<br />
Marta servía<br />
María ungió<br />
Los pies <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong>, ungidos con aceite<br />
Pies secados con los cabellos <strong>de</strong> la mujer<br />
Protesta contra el <strong>de</strong>spilfarro<br />
Los pobres los tendréis siempre con vosotros<br />
Sinópticos<br />
Historia n"<br />
2<br />
3<br />
2<br />
cf. 2: María escuchaba<br />
cf. 3: su cabeza<br />
1<br />
3<br />
3<br />
Es probable que estas historias estén basadas en recuerdos, aunque<br />
los <strong>de</strong>talles han sido intercambiados y, posiblemente, embarullados. Pese<br />
a ello, es evi<strong>de</strong>nte que <strong>Jesús</strong> atrajo a mujeres que no eran "seguidoras",<br />
pero que lo admiraban, lo escuchaban con agrado y <strong>de</strong>seaban servirle.<br />
No po<strong>de</strong>mos saber cuántas más hubo, pero <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> estas historias<br />
vemos un gran atractivo humano. Por lo general, los evangelios presentan<br />
a <strong>Jesús</strong> al aire libre, bien viajando <strong>de</strong> un lugar a otro, bien hablando