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La figura histórica de Jesús

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148<br />

LA FIGURA HISTÓRICA DE JESÚS<br />

<strong>Jesús</strong>, sobre todo Santiago, se convirtieron en dirigentes <strong>de</strong> la primera Iglesia.<br />

4 Su asombro ante el comportamiento <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> y su pretensión <strong>de</strong> ser<br />

portavoz <strong>de</strong> Dios fue finalmente superado.<br />

3) Por último, anotamos los "simpatizantes". <strong>Jesús</strong> y sus discípulos,<br />

como hemos <strong>de</strong>mostrado anteriormente, se ganaron algún apoyo <strong>de</strong> personas<br />

que no les seguían. Sólo ocasionalmente dan sus nombres los evangelios.<br />

Uno es Simón el fariseo, con quien cenó; otro, Zaqueo, el recaudador<br />

<strong>de</strong> impuestos (Le 7,36-50; 19,1-10). José <strong>de</strong> Arimatea, miembro <strong>de</strong>l<br />

consejo, que obviamente discrepaba <strong>de</strong> la opinión <strong>de</strong> que <strong>Jesús</strong> <strong>de</strong>bía ser<br />

ejecutado, donó la tumba y enterró su cuerpo (Me 15,42-47). De nuevo<br />

son dignas <strong>de</strong> mención las mujeres. Hay un conjunto interesante <strong>de</strong> pasajes<br />

que las revela en parte como seguidoras que contribuían al sostenimiento<br />

<strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> (supra, pp. 134), pero más como simpatizantes.<br />

Empezaremos con el relato <strong>de</strong> María y Marta <strong>de</strong> Betania en Jn 12,1-8,<br />

y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> dicho relato intentaremos retroce<strong>de</strong>r hasta su probable base <strong>histórica</strong>.<br />

<strong>La</strong> narración <strong>de</strong> Juan discurre como sigue: <strong>Jesús</strong> visitó la casa <strong>de</strong><br />

María y Marta en Betania <strong>de</strong> Ju<strong>de</strong>a, don<strong>de</strong> anteriormente había resucitado<br />

a Lázaro, su hermano. Durante la comida, Marta servía, mientras Lázaro<br />

y los <strong>de</strong>más estaban recostados a la mesa. María entró llevando un frasco<br />

<strong>de</strong> nardo, un perfume caro. Lo <strong>de</strong>rramó sobre los pies <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> y lo secó<br />

con sus cabellos. Judas Iscariote <strong>de</strong>claró que el dinero habría sido <strong>de</strong> más<br />

utilidad si se hubiera dado a los pobres. Pero <strong>Jesús</strong> replicó que esa unción<br />

era para su sepultura, y añadió: "A los pobres los tendréis siempre con<br />

vosotros; a mí, en cambio, no siempre me tendréis".<br />

Esto parece ser un relato compuesto, obtenido <strong>de</strong> la combinación <strong>de</strong><br />

tres historias que en los sinópticos aparecen separadas. 5 Una es la <strong>de</strong> la<br />

4 Sobre Santiago, el hermano <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong>, véanse Hch 15,13; 21,18; Gal 1,19;<br />

2,1-12. Según 1 Cor 15,7, Santiago tuvo, al parecer, una experiencia aparte <strong>de</strong> la<br />

resurrección, y esto es lo que presumiblemente explica su compromiso con el<br />

movimiento cristiano primitivo. Según 1 Cor 9,5, los hermanos (plural) <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong><br />

fueron misioneros. <strong>La</strong> tradición cristiana posterior mencionó a Judas, uno <strong>de</strong> los<br />

hermanos mencionados en Me 6,1-6, como un miembro <strong>de</strong>stacado <strong>de</strong>l movimiento<br />

cristiano. Se le atribuye la epístola <strong>de</strong> Judas <strong>de</strong>l Nuevo Testamento (en<br />

griego [como en español], el autor <strong>de</strong> la epístola se <strong>de</strong>nomina "Judas", el mismo<br />

nombre que llevaban tanto uno <strong>de</strong> los hermanos <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> como el que lo traicionó).<br />

Eusebio, un historiador <strong>de</strong>l siglo IV, cita un relato <strong>de</strong> Hegesipo (siglo II) según el<br />

cual los nietos <strong>de</strong> Judas, el hermano <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong>, eran creyentes y fueron interrogados<br />

por Domiciano hacia finales <strong>de</strong>l siglo I (Eusebio, Historia eclesiástica 3,20).<br />

5 En este pasaje, lo más sencillo es pensar que Juan utilizó a Lucas. Hay, sin<br />

embargo, otras posibilida<strong>de</strong>s, entre ellas la <strong>de</strong> que ambos <strong>de</strong>pendan <strong>de</strong> fuentes<br />

anteriores.<br />

EL COMIENZO DEL MINISTERIO DE JESÚS<br />

149<br />

comida <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> con Simón el fariseo. Una "pecadora" entró, bañó con<br />

sus lágrimas los pies <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong>, los secó con sus cabellos, los besó y ungió<br />

con aceite (Le 7,36-50). En una segunda historia (Le 10,39-42), <strong>Jesús</strong><br />

estaba en una casa con María y Marta, <strong>de</strong> camino a Ju<strong>de</strong>a, pero aún en<br />

Galilea o en Samaría. María se sentó a escuchar al maestro, mientras que<br />

Marta se ocupaba <strong>de</strong> preparar la comida. Cuando Marta se quejó <strong>de</strong>l<br />

comportamiento <strong>de</strong> su hermana, <strong>Jesús</strong> dio su apoyo a María, replicando<br />

que ésta había elegido la mejor parte.<br />

<strong>La</strong> tercera historia, recogida en Mt 26,6-13 y Me 14,3-9, es muy<br />

parecida a la <strong>de</strong> Juan, pero tiene lugar en una familia diferente. <strong>Jesús</strong><br />

estaba en Betania, en casa <strong>de</strong> Simón el leproso, cuando una mujer se<br />

acercó a él con un frasco <strong>de</strong> alabastro <strong>de</strong> perfume muy caro y lo <strong>de</strong>rramó<br />

sobre su cabeza. Como en la historia <strong>de</strong> Juan, los discípulos se indignaron,<br />

<strong>de</strong>clarando que se podía haber vendido el perfume y haber dado el<br />

dinero a los pobres. <strong>La</strong> respuesta <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> fue también como la que se<br />

recoge en el evangelio <strong>de</strong> Juan, pero añadió: "En cualquier parte <strong>de</strong>l<br />

mundo en que se anuncie esta buena noticia, será recordada esta mujer<br />

y lo que ha hecho".<br />

Si analizamos las partes que componen la historia <strong>de</strong> Juan sobre<br />

María y Marta <strong>de</strong> Betania y numeramos las otras historias <strong>de</strong>l 1 al 3,<br />

veremos estas coinci<strong>de</strong>ncias:<br />

Juan<br />

Nombres: María y Marta<br />

Lugar: Betania<br />

Marta servía<br />

María ungió<br />

Los pies <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong>, ungidos con aceite<br />

Pies secados con los cabellos <strong>de</strong> la mujer<br />

Protesta contra el <strong>de</strong>spilfarro<br />

Los pobres los tendréis siempre con vosotros<br />

Sinópticos<br />

Historia n"<br />

2<br />

3<br />

2<br />

cf. 2: María escuchaba<br />

cf. 3: su cabeza<br />

1<br />

3<br />

3<br />

Es probable que estas historias estén basadas en recuerdos, aunque<br />

los <strong>de</strong>talles han sido intercambiados y, posiblemente, embarullados. Pese<br />

a ello, es evi<strong>de</strong>nte que <strong>Jesús</strong> atrajo a mujeres que no eran "seguidoras",<br />

pero que lo admiraban, lo escuchaban con agrado y <strong>de</strong>seaban servirle.<br />

No po<strong>de</strong>mos saber cuántas más hubo, pero <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> estas historias<br />

vemos un gran atractivo humano. Por lo general, los evangelios presentan<br />

a <strong>Jesús</strong> al aire libre, bien viajando <strong>de</strong> un lugar a otro, bien hablando

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