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La figura histórica de Jesús

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LA FIGURA HISTÓRICA DE JESÚS<br />

los judíos buscaban normalmente la ayuda divina en toda clase <strong>de</strong> dificulta<strong>de</strong>s,<br />

y especialmente cuando sufrían alguna dolencia o lesión.<br />

2) Había otros taumaturgos, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> Dios o los dioses. Del mundo<br />

griego nos ha llegado un sustancioso relato sobre Apolonio <strong>de</strong> Tiana, filósofo<br />

itinerante, reformador <strong>de</strong>l culto y sanador. Existía la creencia general<br />

<strong>de</strong> que tenía el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> curar, y especialmente <strong>de</strong> expulsar <strong>de</strong>monios. Una<br />

vez, estando Apolonio platicando sobre las libaciones -ofrendas <strong>de</strong> vino<br />

<strong>de</strong>rramado en honor <strong>de</strong> los dioses-, se atrajo las burlas <strong>de</strong> un joven, un<br />

"petimetre con tan mala reputación <strong>de</strong> libertino que su conducta había<br />

sido durante mucho tiempo el tema <strong>de</strong> burdas canciones callejeras".<br />

Cuando Apolonio instaba a que las libaciones se <strong>de</strong>rramasen sobre el asa<br />

<strong>de</strong> la copa, por ser esa parte la que probablemente se ha <strong>de</strong>stinado menos<br />

a un uso mortal, "el joven estalló en una fuerte y grosera carcajada que casi<br />

ahogó su voz". Apolonio se dio cuenta <strong>de</strong> que su comportamiento revelaba<br />

una posesión <strong>de</strong>moníaca.<br />

"Y, <strong>de</strong> hecho, el joven estaba, sin saberlo, poseído por el diablo, pues se<br />

reía <strong>de</strong> cosas <strong>de</strong> las que nadie se reía y luego rompía a llorar sin razón<br />

alguna y hablaba y cantaba para sí mismo. Ahora bien, la mayoría <strong>de</strong> la<br />

gente pensaba que era el humor turbulento <strong>de</strong>l joven lo que le llevaba a<br />

tales excesos, pero en realidad era el portavoz <strong>de</strong> un diablo, aunque en<br />

esa ocasión sólo parecía darse a una extravagancia <strong>de</strong> borracho".<br />

Es <strong>de</strong>cir, algunos <strong>de</strong> los espectadores adoptaron una opinión racionalista<br />

sobre el comportamiento <strong>de</strong>l joven. <strong>La</strong> historia continúa: Apolonio se dirige<br />

al <strong>de</strong>monio como un amo a un siervo, le manda salir y mostrarlo con un<br />

signo. El <strong>de</strong>monio prometió tirar abajo una estatua y así lo hizo. El joven<br />

"se frotaba los ojos como si se acabara <strong>de</strong> <strong>de</strong>spertar... y adoptó un<br />

aspecto mo<strong>de</strong>sto... Pues ya no se mostraba licencioso, ni miraba fija y<br />

locamente a su alre<strong>de</strong>dor, sino que volvió a su propio yo... y abandonó<br />

sus trajes <strong>de</strong>licados, sus vestiduras veraniegas y la paz <strong>de</strong> su forma<br />

<strong>de</strong> vida sibarita; se enamoró <strong>de</strong> la austeridad <strong>de</strong> los filósofos, se puso<br />

el manto <strong>de</strong> éstos y, <strong>de</strong>spojándose <strong>de</strong> su viejo yo, en lo sucesivo tomó<br />

la vida <strong>de</strong> Apolonio como mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> la suya" (Filóstrato, Vida <strong>de</strong><br />

Apolonio 4,20).<br />

Los judíos eran especialmente conocidos como taumaturgos. Según<br />

Josefo, heredaron la sabiduría <strong>de</strong> Salomón, <strong>de</strong> manera que sabían cómo<br />

realizar curaciones, especialmente expulsiones <strong>de</strong> <strong>de</strong>monios (como ejemplo,<br />

véase injra, p. 164). <strong>La</strong> enfermedad y el comportamiento irracional a<br />

menudo se atribuían a la posesión <strong>de</strong>moníaca, y quienes sabían expulsar<br />

<strong>de</strong>monios estaban muy solicitados. En una población en la cual los<br />

mentalmente inestables vivían con sus parientes, no en hospitales psiquiátricos,<br />

mucha gente seguía a los que expulsaban <strong>de</strong>monios. Y el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong><br />

LOS MILAGROS 161<br />

la fe, o <strong>de</strong> la mente, sobre el cuerpo es tal que realmente se obraban<br />

curaciones. 3<br />

<strong>Jesús</strong>, como veremos luego con más <strong>de</strong>talle, daba por supuesto que<br />

otros judíos <strong>de</strong> su tiempo podían obrar milagros como los suyos. No<br />

conocemos el nombre <strong>de</strong> ningún taumaturgo judío que actuara en vida <strong>de</strong><br />

<strong>Jesús</strong>, pero sí sabemos el <strong>de</strong> algunos que le precedieron o le siguieron. 4<br />

Hanina ben Dosa, un sanador famoso, vivió en Galilea aproximadamente<br />

una generación más tar<strong>de</strong> que <strong>Jesús</strong>. <strong>La</strong> curación más famosa que se le atribuye<br />

guarda estrecho paralelo con la curación <strong>de</strong>l siervo <strong>de</strong>l centurión por<br />

parte <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> (Mt 8,5-13). El hijo <strong>de</strong>l gran fariseo, Gamaliel, estaba<br />

enfermo con fiebre. Éste mandó a dos <strong>de</strong> sus discípulos <strong>de</strong> Jerusalén a<br />

Galilea para pedir a Hanina que fuera a curar al muchacho. Hanina, en<br />

vez <strong>de</strong> eso, subió al piso <strong>de</strong> arriba y oró. Bajó y les dijo a los discípulos que<br />

se fueran a casa, pues la fiebre había <strong>de</strong>saparecido. Los jóvenes preguntaron,<br />

quizás sarcásticamente: "¿Eres profeta?". Hanina contestó: "No soy<br />

profeta, ni hijo <strong>de</strong> profeta, pero éste es el don con que he sido agraciado.<br />

Si mi oración fluye en mi boca, sé que [el enfermo] es socorrido; si no, sé<br />

que [la enfermedad] es fatal". Los discípulos anotaron el día y la hora <strong>de</strong><br />

la oración <strong>de</strong> Hanina, volvieron a Jerusalén y <strong>de</strong>scubrieron que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> esa<br />

hora el muchacho estaba curado. 5<br />

Antes <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong>, a mediados <strong>de</strong>l siglo I AEC, vivió el famoso "Honi,<br />

el trazador <strong>de</strong> círculos". Honi fue especialmente conocido por rezar con<br />

éxito pidiendo la lluvia. Palestina suele pa<strong>de</strong>cer sequía, y las oraciones<br />

para obtener la lluvia eran una característica <strong>de</strong> la piedad común. Dichas<br />

oraciones iban a menudo acompañadas <strong>de</strong> ayunos, con los cuales se pretendía<br />

llamar la atención <strong>de</strong> Dios sobre el sufrimiento humano y convencerle<br />

para que lo aliviara enviando la lluvia. <strong>La</strong>s oraciones y ayunos<br />

comunitarios a menudo eran eficaces; es <strong>de</strong>cir, finalmente las lluvias llegaban.<br />

6 Aunque la colectividad entera rezaba y ayunaba, algunos individuos,<br />

como Honi, tenían un éxito especial cuando recurrían a Dios. En<br />

una ocasión, Honi rezó para que lloviera, pero al principio sin resultado.<br />

Entonces trazó un círculo, se puso <strong>de</strong> pie <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> él y oró: "Oh Dios<br />

3 Morton Smith, <strong>Jesús</strong> the Magician, 1978, p. 9 [trad. esp.: <strong>Jesús</strong> el mago,<br />

Barcelona 1988].<br />

4 Sobre Hanina y Honi y su importancia para compren<strong>de</strong>r a <strong>Jesús</strong>, véase<br />

Geza Vermes, <strong>Jesús</strong> the Jew, 1973, pp. 62-82 [trad. esp.: <strong>Jesús</strong> el judío, Barcelona<br />

1977].<br />

5 Geza Vermes, <strong>Jesús</strong> the Jew, p. 75; Talmud babilónico, Berakot 34b;<br />

cf. Misná, Berakot 5,5.<br />

6 Véase, por ejemplo, Misná, Taanit 3,9.

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