09.05.2013 Views

La figura histórica de Jesús

La figura histórica de Jesús

La figura histórica de Jesús

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

248<br />

LA FIGURA HISTÓRICA DE JESÚS<br />

A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> estas indicaciones <strong>de</strong> aprobación incondicional <strong>de</strong> la ley y<br />

<strong>de</strong> sus mandamientos básicos, hay otros pasajes que <strong>de</strong>notan acuerdo. Ya<br />

hemos analizado anteriormente el hecho <strong>de</strong> que, tras curar a un leproso,<br />

<strong>Jesús</strong> le dijo que se presentase al sacerdote y ofreciera un sacrificio, como<br />

mandaba Moisés (Me 1,40-45). <strong>Jesús</strong> <strong>de</strong>cía a sus seguidores que, cuando<br />

fueran al Templo, antes <strong>de</strong> presentar el sacrificio <strong>de</strong>bían asegurarse <strong>de</strong> que<br />

estaban reconciliados con aquellos a quienes podían haber hecho daño<br />

(Mt 5,23s) —<strong>de</strong> nuevo, un consejo judío corriente, que refleja una confirmación<br />

<strong>de</strong>l sistema sacrificial—. <strong>Jesús</strong>, obviamente, creía que Isaías y los<br />

<strong>de</strong>más profetas fueron verda<strong>de</strong>ros profetas <strong>de</strong> Dios, puesto que los cita con<br />

aprobación (por ejemplo, Mt 11,2-6). En vista <strong>de</strong>l hecho indiscutible <strong>de</strong><br />

que <strong>Jesús</strong> pensaba que la Escritura judía contenía la palabra revelada <strong>de</strong><br />

Dios, y que Moisés había promulgado mandamientos que se <strong>de</strong>bían<br />

seguir, es probable que no nos resolvamos a aceptar la opinión, corriente<br />

entre los estudiosos <strong>de</strong>l Nuevo Testamento, <strong>de</strong> que <strong>Jesús</strong> se opuso realmente<br />

a la ley judía. Esto es tanto más verdad, por supuesto, cuanto que<br />

los pasajes en los cuales se dan discrepancias acerca <strong>de</strong> la ley no revelan una<br />

oposición directa a ella.<br />

Otros temas legales y posibles puntos <strong>de</strong> conflicto<br />

Acabo <strong>de</strong> indicar que <strong>Jesús</strong> estaba <strong>de</strong> acuerdo y aprobaba la totalidad <strong>de</strong><br />

la Escritura judía ("la ley y los profetas"). Los pasajes don<strong>de</strong> algunos encuentran<br />

oposición a la ley no revelan tal en realidad. Aun cuando pasáramos por<br />

alto la retroproyección y las dudas acerca <strong>de</strong> la autenticidad, solamente<br />

encontraríamos un pasaje en el cual <strong>Jesús</strong> permite una transgresión: Me<br />

7,15-18 ("<strong>de</strong>claró puros todos los alimentos", "lo que entra no pue<strong>de</strong> hacer<br />

impuro"). <strong>La</strong> consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> Hechos, las cartas <strong>de</strong> Pablo y los <strong>de</strong>más evangelios<br />

sinópticos <strong>de</strong>muestra que <strong>Jesús</strong> en realidad no dijo a sus discípulos que<br />

no tuvieran obligación <strong>de</strong> observar las leyes alimentarias.<br />

Si volvemos a la lista que hemos dado <strong>de</strong> posibles tipos <strong>de</strong> discrepancia<br />

(pp. 230s), veremos que la opinión <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> sobre la ley no entra <strong>de</strong>ntro<br />

<strong>de</strong> las categorías a ni b. Es <strong>de</strong>cir, <strong>Jesús</strong> no pensaba que la ley escrita<br />

estaba equivocada y se <strong>de</strong>bía abrogar, ni dijo a sus seguidores que <strong>de</strong>bían<br />

<strong>de</strong>sobe<strong>de</strong>cer aspectos <strong>de</strong> ella. Esto aporta el contexto global en el cual<br />

<strong>de</strong>bemos consi<strong>de</strong>rar la disensión que se dio en Galilea. <strong>Jesús</strong> no estaba<br />

librando un encarnizado combate mortal con los <strong>de</strong>fensores <strong>de</strong> la ley por<br />

cuestión <strong>de</strong> principios. Todos, incluidos <strong>Jesús</strong> y sus discípulos, creían que<br />

Dios dio la ley a Moisés y que había inspirado también las <strong>de</strong>más Escrituras.<br />

Si <strong>Jesús</strong> discrepaba <strong>de</strong> otros intérpretes acerca <strong>de</strong> <strong>de</strong>talles, esas disputas<br />

no eran más importantes que las existentes entre los partidos judíos e<br />

incluso en el interior <strong>de</strong> cada partido.<br />

CONTIENDA Y OPOSICIÓN EN GALILEA 249<br />

Hay, sin embargo, dos puntos en los que <strong>Jesús</strong> afirmaba su propia<br />

autoridad <strong>de</strong> maneras censurables o potencialmente censurables. Estos dos<br />

temas son probablemente semilegales, más que legales en sentido estricto.<br />

El primero es el mandamiento <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> <strong>de</strong> "<strong>de</strong>ja que los muertos entierren<br />

a sus muertos". El segundo es su llamamiento a los "pecadores".<br />

Uno que quería ser discípulo <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> le dijo a éste que lo seguiría,<br />

pero que <strong>de</strong>seaba enterrar primero a su padre muerto. <strong>Jesús</strong> contestó:<br />

"Sigúeme y <strong>de</strong>ja que los muertos entierren a sus muertos" (Mt 8,21-22).<br />

Muchos lectores toman esta respuesta por un aforismo: <strong>de</strong>ja a los (espiritualmente)<br />

muertos que entierren a los (espiritualmente) muertos. Pero tal<br />

aforismo es tan ofensivo que resulta improbable. <strong>La</strong> i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> no enterrar a<br />

los muertos era más repugnante aún para la moral antigua que para la<br />

nuestra. Esa realidad era tan ofensiva que una metáfora basada en ella no<br />

tendría atractivo. Los judíos compartían el aborrecimiento griego a <strong>de</strong>jar<br />

un cuerpo sin enterrar. 15 Según los rabinos, incluso un sacerdote -que normalmente<br />

tiene prohibido enterrar a los muertos, y hasta entrar en un<br />

cementerio, para así no contraer impureza por contacto con cadáveres, que<br />

lo haría inhábil para servir en el Templo- <strong>de</strong>bía enterrar un cadáver si no<br />

había nadie más que pudiera hacerlo. <strong>La</strong> or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> "<strong>de</strong>jar que los muertos<br />

entierren a sus muertos" no sólo era contraria a la sensibilidad humana<br />

normal, sino que estaba también en contra <strong>de</strong> cualquier interpretación<br />

razonable <strong>de</strong> la ley judía, la cual mandaba honrar al padre y a la madre. El<br />

carácter ofensivo <strong>de</strong>l dicho hace improbable que "entierren a sus muertos"<br />

sea una metáfora. Al aspirante a seguidor probablemente se le acababa <strong>de</strong><br />

morir su padre, y <strong>Jesús</strong> le dijo: "Deja que los (espiritualmente) muertos<br />

entierren a los (físicamente) muertos". Si es así, <strong>Jesús</strong> pensaba que seguirle<br />

a él <strong>de</strong>bía <strong>de</strong>jar en segundo plano todo lo <strong>de</strong>más.<br />

Tenemos aquí un caso <strong>de</strong> alguna manera análogo al <strong>de</strong>l joven rico que<br />

<strong>de</strong>seaba ser "perfecto" y al que se le dijo que lo vendiera todo para seguir<br />

a <strong>Jesús</strong>. <strong>Jesús</strong> no impuso este tipo <strong>de</strong> exigencia a todos, pero <strong>de</strong> algunos sí<br />

que exigió una abnegación completa. <strong>La</strong> diferencia en el caso <strong>de</strong>l hombre<br />

cuyo padre había muerto es que la abnegación entrañaba una infracción<br />

<strong>de</strong>l mandamiento <strong>de</strong> honrar a los padres propios. <strong>Jesús</strong> manda en esta ocasión<br />

una excepción a la norma, excepción que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista legal<br />

probablemente se <strong>de</strong>bía ver como una apelación a una circunstancia<br />

^Antígona, la obra <strong>de</strong> Sófocles, gira en torno a los esfuerzos <strong>de</strong>sesperados <strong>de</strong><br />

la heroína por dar sepultura a su hermano difunto, pese a que Creonte había<br />

prohibido enterrarlo. Para las i<strong>de</strong>as judías y gentiles sobre el enterramiento <strong>de</strong> los<br />

muertos, véase Martin Hengel, The Charismatic Lea<strong>de</strong>r and His Followers, traducción<br />

inglesa 1981 [trad. esp.: Seguimiento y carisma. <strong>La</strong> radicalidad <strong>de</strong> la llamada<br />

<strong>de</strong> <strong>Jesús</strong>, Santan<strong>de</strong>r 1981],

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!