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La figura histórica de Jesús

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LA FIGURA HISTÓRICA DE JESÜS<br />

oliendo en su propia obra, lo cual lleva a la conclusión <strong>de</strong> que realmente<br />

era "el que tenía que venir". ¿Por qué ofrece los milagros como "señales" a<br />

Juan el Bautista, pero no a los <strong>de</strong>más? Quizás esperaba que Juan viera sus<br />

curaciones <strong>de</strong>l modo que él mismo, y algunos <strong>de</strong> sus seguidores, las veían:<br />

como pruebas <strong>de</strong> que era el representante <strong>de</strong>l Espíritu <strong>de</strong> Dios. Según eso,<br />

la diversidad <strong>de</strong> sus respuestas ante los requerimientos <strong>de</strong> señales tal vez<br />

obe<strong>de</strong>zca a la diversidad <strong>de</strong> auditorio: a sus enemigos no les ofrecía señales,<br />

pero los que tenían ojos para ver se daban cuenta <strong>de</strong> que Dios actuaba<br />

en su ministerio.<br />

Afinando más, probablemente <strong>Jesús</strong> vio sus milagros como indicaciones<br />

<strong>de</strong> que la nueva era estaba próxima. Compartió la opinión <strong>de</strong> los evangelistas<br />

<strong>de</strong> que él realizaba las esperanzas <strong>de</strong> los profetas -o al menos la <strong>de</strong> que<br />

dichas esperanzas estaban a punto <strong>de</strong> realizarse-. Llegaba un tiempo nuevo<br />

en el cual el dolor, el sufrimiento y la muerte serían vencidos, y los<br />

milagros apuntaban a él. Ante la acusación <strong>de</strong> que expulsaba <strong>de</strong>monios<br />

usando el nombre <strong>de</strong> Belzebú, contestó: "Si yo expulso los <strong>de</strong>monios con<br />

el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l Espíritu <strong>de</strong> Dios, es que ha llegado a vosotros el Reino <strong>de</strong> Dios"<br />

(Mt 12,28). Conviene notar tanto la proclamación como el "si". Encontramos<br />

aquí el reconocimiento <strong>de</strong> que los milagros como tales no establecían<br />

la presencia ni la llegada inminente <strong>de</strong>l Reino; sólo lo hacían si <strong>Jesús</strong><br />

actuaba con el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l Espíritu. No hay duda <strong>de</strong> que él creía que así era.<br />

Hay un pasaje más don<strong>de</strong> se indica que <strong>Jesús</strong> veía su ministerio bajo<br />

esta luz; Lucas lo introduce en su relato <strong>de</strong> la misión <strong>de</strong> los setenta.<br />

Cuando estos discípulos volvieron, contaron a <strong>Jesús</strong> que "hasta los <strong>de</strong>monios<br />

se nos someten en tu nombre". El contestó: "He visto a Satanás<br />

cayendo <strong>de</strong>l cielo como un rayo" (Le 10,17s). Parece que <strong>Jesús</strong> estuvo parcialmente<br />

<strong>de</strong> acuerdo con la opinión <strong>de</strong> los autores <strong>de</strong> los evangelios: sus<br />

milagros eran signos <strong>de</strong>l comienzo <strong>de</strong> la victoria <strong>de</strong>finitiva <strong>de</strong> Dios sobre<br />

el mal. Hemos atribuido esa opinión a los evangelios y a los discípulos, y<br />

ahora po<strong>de</strong>mos atribuirla a su fuente: <strong>Jesús</strong>.<br />

<strong>Jesús</strong> no trató <strong>de</strong> probar esto <strong>de</strong> forma grandiosa y llamativa, y probablemente<br />

las multitu<strong>de</strong>s que acudían a él en tropel ignoraban, o al menos<br />

no entendían plenamente, el contexto escatológico en el cual él veía su<br />

obra. Los milagros como tales no expresaban la esperanza escatológica.<br />

Solamente comunicaban esa esperanza para los que entendían —que estaban<br />

lo bastante próximos a él para situar sus milagros <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l contexto<br />

<strong>de</strong> su enseñanza—, y hasta ellos siguieron sin estar seguros respecto al significado<br />

<strong>de</strong> los hechos <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong>.<br />

f<br />

11<br />

<strong>La</strong> llegada <strong>de</strong>l Reino<br />

<strong>Jesús</strong> se propuso proclamar el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> Dios con su palabra no menos<br />

que con sus hechos. Se refería a él como "el Reino <strong>de</strong> Dios" (Marcos y<br />

Lucas) o "el Reino <strong>de</strong> los Cielos" (Mateo). 1 Marcos resume el mensaje <strong>de</strong><br />

<strong>Jesús</strong> así: "El plazo se ha cumplido. El Reino <strong>de</strong> Dios está llegando. Convertios<br />

y creed en el evangelio" (Me 1,15).<br />

"Reino <strong>de</strong> Dios" es claro y preciso en algunos aspectos, pero ambiguo<br />

en otros. Lo más claro es su connotación negativa: apunta al reinado <strong>de</strong><br />

Dios como distinto <strong>de</strong>l humano y, por tanto, a la reorientación radical <strong>de</strong><br />

los valores y el po<strong>de</strong>r. Dios, casi todos los judíos estaban <strong>de</strong> acuerdo, no<br />

gobernaba su Reino <strong>de</strong>signando a Tiberio, Antipas, Pilato y Caifas, ni<br />

tenía como consi<strong>de</strong>ración fundamental la seguridad <strong>de</strong>l imperio romano.<br />

"El Reino <strong>de</strong> Dios", en la Palestina <strong>de</strong>l siglo I, <strong>de</strong>finitivamente no era el<br />

reino presente.<br />

Más difícil es <strong>de</strong>cir en positivo lo que <strong>Jesús</strong> quería <strong>de</strong>cir con "Reino <strong>de</strong><br />

Dios". Los intensos esfuerzos realizados a lo largo <strong>de</strong> los últimos cien años<br />

para <strong>de</strong>finir esa expresión han oscurecido el tema, en vez <strong>de</strong> aclararlo. Dos<br />

significados, sin embargo, <strong>de</strong>bían <strong>de</strong> ser más o menos evi<strong>de</strong>ntes, dadas las<br />

i<strong>de</strong>as judías corrientes. Una es que Dios reina en el cielo; el "Reino <strong>de</strong><br />

Dios" o el "Reino <strong>de</strong> los Cielos" existe allí eternamente. En ocasiones, Dios<br />

actúa en la historia, pero sólo gobierna completa y constantemente el<br />

cielo. El segundo es que, en el futuro, Dios gobernará la tierra. Ha <strong>de</strong>cidido<br />

permitir que la historia humana transcurra interviniendo relativa-<br />

1 <strong>La</strong> expresión <strong>de</strong> Mateo es literalmente "Reino <strong>de</strong> los Cielos". "Cielos" es un<br />

circuloquio judío para <strong>de</strong>notar "Dios" (se podría comparar con la expresión<br />

inglesa "Merciful heavens! [¡Cielos misericordiosos!]"), y la expresión mateana tal<br />

vez esté más próxima a la utilizada por <strong>Jesús</strong>. En el presente estudio, sin embargo,<br />

voy a usar la expresión más directa "Reino <strong>de</strong> Dios".

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