La figura histórica de Jesús
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LA FIGURA HISTÓRICA DE JESÚS<br />
no voy a ofrecer una <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> ellos. Quienes estén interesados<br />
comprobarán que la literatura esenia es en la actualidad relativamente fácil<br />
<strong>de</strong> estudiar, gracias a las buenas traducciones y a la existencia <strong>de</strong> un cuerpo<br />
fiable <strong>de</strong> material introductorio. 17<br />
Lo que sí <strong>de</strong>seo, sin embargo, es emplear a los esenios para establecer<br />
una i<strong>de</strong>a acerca <strong>de</strong> los fariseos. <strong>La</strong> literatura esenia revela un estudio<br />
intenso <strong>de</strong> la Biblia hebrea y gran riqueza <strong>de</strong> reglas comunitarias añadidas<br />
a las <strong>de</strong> la ley mosaica. Los esenios eran mucho más estrictos que los<br />
fariseos en casi todos los modos concebibles. Si los fariseos eran consi<strong>de</strong>rados<br />
los observadores "más estrictos" <strong>de</strong> la ley (como dice Josefo), la<br />
palabra "estricto" tiene la connotación <strong>de</strong> "muy exacto", más que la <strong>de</strong><br />
"muy extremo". 18<br />
Los saduceos eran el tercer partido <strong>de</strong>l que tenemos nombre. Sabemos<br />
poco sobre ellos, salvo que la mayoría <strong>de</strong> los saduceos eran aristócratas, no<br />
creían en ninguna forma <strong>de</strong> vida <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la muerte y no aceptaban las<br />
tradiciones especiales <strong>de</strong> los fariseos. <strong>La</strong> mayoría <strong>de</strong> los estudiosos suponen<br />
que muchos <strong>de</strong> los sumos sacerdotes <strong>de</strong>l período romano eran saduceos,<br />
pero sólo <strong>de</strong> uno tenemos información directa <strong>de</strong> Josefo: Anán, que era<br />
sumo sacerdote en el 62 EC (cuando había hecho ejecutar ilegalmente a<br />
Santiago, el hermano <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong>) y uno <strong>de</strong> los cabecillas <strong>de</strong> la rebelión contra<br />
Roma, era saduceo. 19 El lector <strong>de</strong>l Nuevo Testamento no se encuentra<br />
a los saduceos más que unas pocas veces; en ellas se confirma su estrecha<br />
asociación con el sacerdocio aristocrático y con el hecho <strong>de</strong> que no creían<br />
en la resurrección. 20<br />
17 Geza Vermes, The Dead Sea Scrolls: Qumran in Perspective, 1977; TheDeadSea<br />
Scrolls in English, tr. Geza Vermes, 3 1987; Michael Knibb, The Qumran Community,<br />
1987; Philip R. Davies, Behind the Essenes: History and I<strong>de</strong>ology in the Dead Sea Scrolls,<br />
1987. Mi trabajo más reciente sobre los esenios es P&B, caps. 16 y 17 [Dos obras<br />
importantes en español: Florentino García Martínez, Textos <strong>de</strong> Qumran, Madrid<br />
1992; <strong>de</strong>l mismo autor, "Textos <strong>de</strong> Qumran", en G. Aranda Pérez, F. García Martínez<br />
y M. Pérez Fernán<strong>de</strong>z, Literatura judía intertestamentaria, Introducción al estudio <strong>de</strong> la<br />
Biblia, vol. 9, Estella 1996, pp. 15-241].<br />
22,3.<br />
18 Josefo, Guerra 2,162; Vida 191 y en otros lugares. Así también Hch 26,5; cf.<br />
"Antig. 20,199.<br />
20 Se mencionan sin <strong>de</strong>scripción alguna en Mt 3,7 y 16,1-12. El pasaje sobre la<br />
resurrección se encuentra en Mt 22,23-33 // Me 12,18-27 // Le 20,27-40. Para la<br />
misma i<strong>de</strong>a; véase también Hch 23,6-8. Hch 5,17 conecta estrechamente al sumo<br />
sacerdote con los saduceos, y su responsabilidad pública en lo tocante al mantenimiento<br />
<strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n público está implícita en Hch 4,1.<br />
EL JUDAÍSMO COMO RELIGIÓN<br />
Hemos visto que, en tiempos <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong>, eran comunes en el judaismo<br />
ciertas creencias y prácticas. <strong>La</strong> fuerza motriz era la fe en Dios y la <strong>de</strong>voción<br />
al modo <strong>de</strong> vida que él estableció para el pueblo judío por boca <strong>de</strong><br />
sus portavoces: Moisés y, posteriormente, los profetas y sacerdotes. <strong>La</strong><br />
mayoría <strong>de</strong> los pueblos <strong>de</strong>l mundo antiguo eran religiosos, pero, aun así,<br />
<strong>de</strong>stacaban la piedad y <strong>de</strong>dicación <strong>de</strong>l pueblo judío. A<strong>de</strong>más, estaba entregado<br />
a una religión noble, que inculcaba una vida recta, el amor, la oración<br />
y el arrepentimiento.<br />
También hemos visto que, en opinión <strong>de</strong> muchos, al sacerdocio hereditario<br />
le correspondía el li<strong>de</strong>razgo natural <strong>de</strong> la nación. No obstante, el<br />
carácter básico <strong>de</strong>l judaismo suponía que los laicos podían impugnar el<br />
sacerdocio y reivindicar ser los mejores intérpretes <strong>de</strong> la ley (la ley estaba<br />
escrita, regía todas las dimensiones <strong>de</strong> la vida, cualquiera podía estudiarla<br />
y todos escuchaban su análisis e interpretación en las sinagogas los sábados).<br />
Surgieron grupos especiales con sus propias interpretaciones y pretensiones<br />
<strong>de</strong> ser los verda<strong>de</strong>ros portavoces <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> Dios. Una rama <strong>de</strong>l<br />
partido <strong>de</strong> los esenios era separatista; los miembros <strong>de</strong> este grupo creían<br />
que solamente ellos poseían la única alianza verda<strong>de</strong>ra. Por lo <strong>de</strong>más, los<br />
miembros <strong>de</strong> los partidos participaban <strong>de</strong>l judaismo común. Compartían<br />
las creencias y prácticas que hemos enumerado en la parte primera <strong>de</strong> este<br />
capítulo, aunque diferían en algunos <strong>de</strong>talles. Lo más importante es que<br />
todos daban culto en el mismo Templo y aceptaban que sus celebraciones<br />
mediaban entre ellos y Dios -aun cuando no les gustase el sumo sacerdote<br />
y no estuviesen <strong>de</strong> acuerdo con la forma concreta en que los sacerdotes<br />
cumplían algunas <strong>de</strong> sus obligaciones-. Incluso la rama separatista <strong>de</strong> los<br />
esenios participaba <strong>de</strong>l judaismo común <strong>de</strong> manera bastante importante:<br />
creían en el único Dios, en la elección divina, en la entrega <strong>de</strong> la ley, en el<br />
arrepentimiento y en el perdón. También observaban todos los mandamientos<br />
bíblicos. Eran separatistas <strong>de</strong>bido a sus <strong>de</strong>terminaciones radicales:<br />
sólo ellos estaban verda<strong>de</strong>ramente en la alianza, sólo ellos poseían la interpretación<br />
correcta <strong>de</strong> la ley, sólo sus sacerdotes eran aceptables, y así sucesivamente.<br />
Los tres partidos principales no constituían el judaismo: la mayoría <strong>de</strong><br />
los judíos no eran miembros <strong>de</strong> ningún partido. Los partidos nos sirven,<br />
más bien, <strong>de</strong> ejemplos: el judaismo no estaba enteramente en manos <strong>de</strong> los<br />
sacerdotes principales <strong>de</strong> Jerusalén; los laicos podían formarse sus propias<br />
opiniones. Todos los judíos, como los fariseos, se creían en el <strong>de</strong>ber <strong>de</strong><br />
enten<strong>de</strong>r la ley divina y obe<strong>de</strong>cerla. Sólo hemos <strong>de</strong> añadir que <strong>de</strong> vez en<br />
cuando aparecían individuos que pretendían ser los representantes más<br />
genuinos <strong>de</strong> Dios. En términos generales, es aquí don<strong>de</strong> encaja <strong>Jesús</strong>. Fue<br />
una persona convencida <strong>de</strong> que conocía la voluntad <strong>de</strong> Dios.<br />
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