La figura histórica de Jesús
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LA FIGURA HISTÓRICA DE JESÚS<br />
<strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> y no una, fue ejecutado el 14 <strong>de</strong> nisán y no el 15 <strong>de</strong> nisán, y<br />
durante su ministerio tenía cuarenta y tantos años ("aún no tienes cincuenta<br />
años", Jn 8,57) y no treinta y tantos, como dice Lucas. Tras haber<br />
rechazado la cronología <strong>de</strong> Mateo, Marcos y Lucas, algunos especialistas se<br />
fijan en el relato mateano <strong>de</strong> la estrella situada sobre el lugar <strong>de</strong>l nacimiento<br />
<strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> e intentan ponerla en relación con la aparición <strong>de</strong> un<br />
cometa -sin darse cuenta, al parecer, <strong>de</strong> que esa estrella particular, según la<br />
única <strong>de</strong>scripción que poseemos <strong>de</strong> ella, no brilló a través <strong>de</strong>l firmamento,<br />
sino que más bien "se paró encima <strong>de</strong> don<strong>de</strong> estaba el niño" (Mt 2,9). ¿Por<br />
qué tomar la estrella <strong>de</strong>l relato <strong>de</strong> Mateo como un acontecimiento astral<br />
real y hacer caso omiso <strong>de</strong> lo que el autor dice sobre ella? Y <strong>de</strong> todas formas,<br />
¿por qué prestar atención a la estrella <strong>de</strong> Mateo, dado que éste se<br />
equivocó sobre la fecha <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> (en la cual Juan acertó plenamente)?<br />
Esos estudiosos son exactamente los mismos que <strong>de</strong>ci<strong>de</strong>n que algunos<br />
párrafos <strong>de</strong> Josefo son la verdad literal y completa, y que en ellos contó las<br />
cosas exactamente como fueron, sin cambiar una palabra, pero que otros<br />
párrafos no cuentan: como Josefo sitúa su mención <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> en una sección<br />
<strong>de</strong> Antig. 18 anterior a su mención <strong>de</strong> Juan, una <strong>de</strong> dichas menciones es<br />
correcta con precisión, y la otra se <strong>de</strong>be trasladar (<strong>de</strong> hecho, estas secciones<br />
<strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> Josefo no están en or<strong>de</strong>n cronológico: véase apéndice I).<br />
<strong>La</strong> historia antigua es difícil. Requiere sobre todo sentido común y un<br />
tacto fino para las fuentes. Nuestras fuentes contienen información sobre<br />
<strong>Jesús</strong>, pero no po<strong>de</strong>mos llegar a ella <strong>de</strong>cidiendo dogmáticamente que unas<br />
frases son enteramente exactas y otras son ficción. <strong>La</strong> verdad se situará por<br />
lo general en algún punto intermedio entre esos dos extremos. Como ya<br />
he dicho más <strong>de</strong> una vez (y pue<strong>de</strong> que repita otras cuantas más), poseemos<br />
un conocimiento muy bueno <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> a nivel general. En lo tocante a la<br />
cronología, sabemos que su actividad tuvo lugar en algún momento <strong>de</strong>l<br />
período 26-36 EC. Es una equivocación fruto <strong>de</strong> la obstinación intentar<br />
convertir los evangelios —y, si a eso vamos, a Josefo— en artículos mo<strong>de</strong>rnos<br />
<strong>de</strong> enciclopedia, o suponer que una frase es <strong>de</strong>l todo cierta y otras<br />
completamente erróneas.<br />
Esto nos introduce en el capítulo siguiente, los problemas concretos<br />
<strong>de</strong>l estudio <strong>de</strong> nuestras fuentes principales: los evangelios. ¿Qué clase <strong>de</strong><br />
obras son? ¿Cuál es el mejor modo posible <strong>de</strong> utilizarlos?<br />
6<br />
Los problemas <strong>de</strong> las fuentes primarias<br />
Pasamos ahora a ocuparnos <strong>de</strong> una <strong>de</strong> nuestras tareas más difíciles:<br />
analizar la naturaleza <strong>de</strong> nuestro material evangélico. Vamos a examinar<br />
algunas <strong>de</strong> las cuestiones que los mismos evangelios plantean a los lectores<br />
cuidadosos. Aunque mi opinión sobre las fuentes es en conjunto positiva,<br />
muchos <strong>de</strong> los datos <strong>de</strong> este capítulo serán negativos; el más general <strong>de</strong> ellos<br />
es que no po<strong>de</strong>mos rellenar el breve esbozo <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> (capítulo 2,<br />
suprd) simplemente combinando toda la información contenida en los cuatro<br />
evangelios. En un libro anterior, Margaret Davies y yo informamos <strong>de</strong><br />
manera bastante completa sobre el modo <strong>de</strong> estudiar los primeros tres evangelios.<br />
1 Hasta la p. 301 <strong>de</strong> esa obra no empezamos a explicar cómo se obtienen<br />
<strong>de</strong> esas fuentes conocimientos sobre el <strong>Jesús</strong> histórico. <strong>La</strong> presente <strong>de</strong>scripción<br />
va a ser mucho más breve, sobre todo porque voy a omitir muchos<br />
temas. En este capítulo, mi <strong>de</strong>seo se centra en ilustrar algunos <strong>de</strong> los problemas<br />
que entraña la utilización <strong>de</strong> los evangelios, más que en guiar paso a<br />
paso al lector a través <strong>de</strong> las soluciones y <strong>de</strong> vuelta al <strong>Jesús</strong> histórico. Únicamente<br />
voy a incluir los temas necesarios para establecer las siguientes i<strong>de</strong>as:<br />
1. Los primeros cristianos no escribieron una narración <strong>de</strong> la vida<br />
<strong>de</strong> <strong>Jesús</strong>, sino que más bien hicieron uso <strong>de</strong> unida<strong>de</strong>s individuales<br />
-pasajes cortos sobre sus palabras y obras—, y <strong>de</strong> ese<br />
modo las conservaron. Estas unida<strong>de</strong>s fueron más tar<strong>de</strong> cambiadas<br />
<strong>de</strong> sitio y organizadas por editores y autores. Esto significa<br />
que nunca po<strong>de</strong>mos estar seguros <strong>de</strong>l contexto inmediato<br />
<strong>de</strong> los dichos y hechos <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong>.<br />
2. Los primeros cristianos revisaron algunos materiales y crearon<br />
otros.<br />
1 E. P. San<strong>de</strong>rs y Margaret Davies, Studying the Synoptic Gospels (en lo sucesivo,<br />
SSG), 1989.