La figura histórica de Jesús
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LA FIGURA HISTÓRICA DE JESÚS<br />
can a <strong>Jesús</strong> que <strong>de</strong>spida a la mujer; <strong>Jesús</strong> no solamente dijo: "Deja que<br />
primero se sacien los hijos" (como en Marcos), sino también que había<br />
sido "enviado sólo a las ovejas perdidas <strong>de</strong>l pueblo <strong>de</strong> Israel"; y <strong>Jesús</strong><br />
señaló que la fe <strong>de</strong> la mujer era gran<strong>de</strong> cuando finalmente accedió a su<br />
requerimiento (Mt 15,21-28). Mateo advierte la resistencia <strong>de</strong> los discípulos,<br />
y también la <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> mismo, ante los gentiles, y esto intensifica<br />
el efecto <strong>de</strong> la historia: la mujer gentil tenía una fe muy gran<strong>de</strong>. Recordamos,<br />
por lo visto anteriormente, que Mateo contiene la historia <strong>de</strong> un<br />
centurión cuyo siervo fue curado por <strong>Jesús</strong>; en ella aparece esta afirmación:<br />
"Jamás he encontrado en Israel una fe tan gran<strong>de</strong>" (8,10). Mateo<br />
subraya así la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que los gentiles que tienen fe pue<strong>de</strong>n participar en<br />
el Reino proclamado por <strong>Jesús</strong>.<br />
Todos los autores <strong>de</strong> los evangelios eran partidarios <strong>de</strong> la misión a los<br />
gentiles, y seguramente incluyeron todo el material progentil que pudieron.<br />
Mateo <strong>de</strong>seaba especialmente hacer hincapié en que los gentiles<br />
podían tener una fe gran<strong>de</strong>, mayor que la <strong>de</strong> los israelitas. No resulta,<br />
pues, sorpren<strong>de</strong>nte que, según Mateo, <strong>Jesús</strong> dijera: "Vendrán muchos <strong>de</strong><br />
oriente y occi<strong>de</strong>nte y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el banquete<br />
<strong>de</strong>l Reino <strong>de</strong> los Cielos, mientras que los hijos <strong>de</strong>l Reino serán<br />
echados fuera a las tinieblas" (Mt 8,1 ls) 5 . En el contexto en que escribió<br />
Mateo, esto refleja con exactitud el resultado: los judíos habían <strong>de</strong>cidido<br />
en su mayor parte no aceptar a <strong>Jesús</strong>, mientras que la misión entre los<br />
gentiles tenía bastante éxito. Lo que sorpren<strong>de</strong> es que los evangelistas<br />
contaran con tan pocos pasajes que apuntasen al éxito en ganar a los gentiles<br />
para la fe. Sólo pudieron traer a colación unas pocas historias sobre<br />
los contactos <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> con los gentiles, y aun éstas no lo presentan especialmente<br />
cordial con ellos. Observamos que Mateo <strong>de</strong>be convenir en la<br />
limitación observada por <strong>Jesús</strong> mismo, al contar lo que en su intención<br />
es una historia en favor <strong>de</strong> la misión a los gentiles: la misión propia <strong>de</strong><br />
<strong>Jesús</strong> tenía como <strong>de</strong>stinatario a Israel, y especialmente a "las ovejas perdidas"<br />
<strong>de</strong> Israel. No hizo ningún esfuerzo por buscar y ganar a los gentiles.<br />
Debemos sospechar que las afirmaciones más favorables acerca <strong>de</strong><br />
los gentiles (Mt 8,10 y 15,28, sobre la gran<strong>de</strong>za <strong>de</strong> la fe <strong>de</strong> dos <strong>de</strong> ellos)<br />
son creación <strong>de</strong> Mateo. Por consiguiente, no po<strong>de</strong>mos estar absolutamente<br />
seguros <strong>de</strong> cuál era la opinión personal <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> sobre los gentiles.<br />
Apoyándome en razones generales, me inclino a pensar que esperaba que<br />
al menos algunos gentiles se volvieran al Dios <strong>de</strong> Israel y participaran en<br />
el Reino veni<strong>de</strong>ro. <strong>La</strong>s razones generales son éstas: buen número <strong>de</strong><br />
judíos esperaban que ocurriera esto; <strong>Jesús</strong> era un hombre benévolo y<br />
generoso. Es <strong>de</strong>cir, la alternativa a pensar que <strong>Jesús</strong> esperaba con ilusión<br />
5 Cf. Le 13,28s.<br />
EL REINO: ISRAEL, LOS GENTILES Y LOS INDIVIDUOS 215<br />
la conversión <strong>de</strong> los gentiles sería que esperaba su total aniquilación.<br />
Esto resulta improbable.<br />
Este análisis brinda otra oportunidad para seguir haciendo observaciones<br />
sobre la creatividad cristiana. Los escritores evangélicos no inventaron<br />
material a tontas y a locas. Lo <strong>de</strong>sarrollaron, lo mol<strong>de</strong>aron y lo<br />
encauzaron según sus <strong>de</strong>seos. Pero ni siquiera Mateo creó un cuerpo<br />
consi<strong>de</strong>rable <strong>de</strong> material en favor <strong>de</strong> la misión a los gentiles, aunque<br />
parece haber realzado aquel con el que contaba.<br />
<strong>La</strong> esperanza <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> relativa al Reino encaja <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las esperanzas<br />
mantenidas por largo tiempo y en profundidad entre los judíos, que<br />
continuaban esperando que Dios redimiera a su pueblo y constituyera<br />
un Reino nuevo, en el cual Israel estaría seguro y en paz y los gentiles<br />
servirían al Dios <strong>de</strong> Israel.<br />
El pequeño rebaño<br />
<strong>Jesús</strong> albergó i<strong>de</strong>as tradicionales sobre Dios e Israel: Dios había elegido<br />
a todo Israel, y un día redimiría a la nación. Este aspecto <strong>de</strong> la perspectiva<br />
<strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> a menudo se pier<strong>de</strong> <strong>de</strong> vista <strong>de</strong>bido a la fuerza y prepon<strong>de</strong>rancia<br />
<strong>de</strong> la enseñanza que él dirige a los individuos. Una <strong>de</strong> las cosas más sorpren<strong>de</strong>ntes<br />
acerca <strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> es que, pese a su expectativa <strong>de</strong> que el final llegaría<br />
pronto, y al hecho <strong>de</strong> que pensaba en el Reino veni<strong>de</strong>ro a gran escala,<br />
<strong>de</strong>jó atrás, no obstante, un rico cuerpo <strong>de</strong> enseñanza que acentúa la relación<br />
entre los individuos y Dios aquí y ahora. <strong>La</strong> orientación futura pudo<br />
haberle hecho indiferente ante los individuos: los escatologistas a menudo<br />
pensaban en bloques enteros <strong>de</strong> personas que serían salvados o <strong>de</strong>struidos<br />
al final, sin aportar gran cosa en la línea <strong>de</strong>l alimento espiritual para los<br />
diversos individuos que constituían cada bloque.<br />
<strong>Jesús</strong> pudo avisar y amenazar a ciuda<strong>de</strong>s enteras en <strong>de</strong>terminado<br />
momento:<br />
"¡Ay <strong>de</strong> ti, Corozaín! ¡Ay <strong>de</strong> ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se<br />
hubieran hecho los milagros realizados en vosotras, hace tiempo que,<br />
vestidas <strong>de</strong> saco y sentadas sobre ceniza, se habrían convertido. Por eso<br />
os digo que el día <strong>de</strong>l juicio será más lleva<strong>de</strong>ro para Tiro y Sidón que<br />
para vosotras" (Mt 11,20-22).<br />
Éste es un juicio en blanco y negro tradicional, <strong>de</strong> los que cabría<br />
esperar <strong>de</strong> un escatologista. Pero no es esto lo que domina el mensaje<br />
<strong>de</strong> <strong>Jesús</strong> ni su opinión sobre la actitud <strong>de</strong> Dios respecto a los seres humanos.<br />
<strong>Jesús</strong> no consi<strong>de</strong>raba a Dios como un simple juez que aguardaba<br />
para con<strong>de</strong>nar al imperfecto, dispuesto a <strong>de</strong>struir ciuda<strong>de</strong>s enteras,