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de una botella, y que tan pronto aparece horizontal como<br />
oblicua. No se puede confundir este nido con el de ninguna<br />
otra ave, y por esta circunstancia sabemos con seguridad que<br />
la especie anidó varias veces en Alemania.<br />
No es difícil comprender que una obra de esta naturaleza<br />
debia llamar la atención: los mogoles, según dice Radde,<br />
atribuyen á estos nidos maravillosas propiedades terapéuticas.<br />
«Para curar la fiebre intermitente, dice aquel naturalista,<br />
se hace aspirar el humo desprendido de un pedazo de estos<br />
nidos, que se quema; los reumatismos desaparecen solo con<br />
aplicar en la parte dolorida un nido mojado en agua caliente.<br />
También profesan la creencia de que cuando una de estas<br />
construcciones ofrece dos aberturas es porque el macho y la<br />
hembra no vivían en paz; y que si solo presenta una, es porque<br />
el primero hacia centinela mientras que su compañera<br />
cubría.»<br />
Kig. 70.—EL PARO CARKO.NERO<br />
Baldamus no encontró nunca mas de siete huevos ó hijuelos<br />
en un mismo nido. La cascara es sumamente delgada y<br />
carece de lustre: su color es blanco de nieve, que tira al rojo<br />
pálido mientras no se vacie el contenido del huevo. Según<br />
cierto naturalista, el macho y la hembra cubren alternativamente;<br />
ambos crian á sus pequeños, y les dan de comer in<br />
sectos, orugas, y sobre todo moscas.<br />
CAUTIVIDAD.— «He tenido mucho tiempo, dice Baldamus,<br />
catorce individuos jóvenes, y les daba de comer queso<br />
mezclado con corazones de gallina muy bien picados. Tomaban<br />
este alimento sin repugnancia; eran muy dóciles y<br />
mansos y tenían siempre hambre; salían de su jaula y volaban<br />
hacia mí, apenas me veian entrar en la habitación, después<br />
de una corta ausencia. Algunos murieron, á pesar de todos<br />
mis cuidados; pero es indudable que se pueden conservar<br />
cautivas estas bonitas aves.><br />
Otros observadores confirman la verdad de los precedentes<br />
datos, debiéndose únicamente advertir que estas aves son de<br />
aciuellas que con mas facilidad perecen en el encierro.<br />
LOS PAROS—FARINGE<br />
CARACTERES.—Los paros se diferencian de las especies<br />
de los géneros anteriores por su pico vigoroso, cónico,<br />
comprimido lateralmente y puntiagudo, mas no acerado; las<br />
patas son fuertes; las uñas gruesas y grandes; las alas cortas,<br />
anchas y muy obtusas, con la tercera y cuarta rémiges mas<br />
largas; la cola regular, ligeramente redondeada ó algo escotada;<br />
el plumaje abundante, de colores muy vivos, casi igual<br />
en ambos sexos; el de los pequeños difiere un poco.<br />
Los PAftOS<br />
EL GRAN PARO—PARUS MAJOR<br />
CARACTKRES.—El gran \)2iX0 (Paras fringillago, robustus,<br />
cyanoios é intercedens), representa la mayor de las especies<br />
de esta familia. Tiene el lomo de color verde aceituna;<br />
el vientre amarillo pálido; la parte superior de la cabeza,<br />
la garga'nta, una faja que hay en el centro del vientre,<br />
la cual se estrecha de adelante atrás, y otra circular, que se<br />
extiende desde la garganta al occipucio, son de color negro;<br />
las rémiges y las rectrices de un gris azulado; los lados de la<br />
cabeza, y una línea que hay sobre el ala blancos; el iris pardo<br />
oscuro; el pico negro; las patas de un gris plomo.<br />
Los colores de la hembra son mas oscuros, la línea pectoral<br />
mas corta y estrecha: los pequeños no tienen los colores<br />
tan vivos.<br />
El macho mide 0",i6 de largo por 0",25 de punta á punta<br />
de ala, la cola O",07 y el ala plegada O",08.<br />
DISTRIBUCIÓN GKOGRAFICA.—El gran paro existe<br />
en toda Europa, á partir de los 65° de latitud norte, si bien no<br />
es común en parte alguna. En el mediodía se encuentra en<br />
algunos puntos, pero solo en invierno: se extiende sobre<br />
toda la región central del Asía, el nordeste de África y las islas<br />
Canarias. En Alemania se le encuentra en todas partes y<br />
en todas épwcas del año; es muy numeroso en la primavera<br />
y el otoño, cuando bajan á aquel país los individuos que se<br />
desarrollaron en un clima mas septentrional; sin embargo no<br />
lo es tanto, ni con mucho, como dos siglos atrás, siendo de<br />
todos sus congéneres el que mas ha disminuido en número.<br />
Usos, COSTUMBRES Y RÉGIMEN. —Esta ave es<br />
silvícola: encuéntrasela en todas las arboledas y grandes jardines;<br />
pero como va decreciendo de año en año el número<br />
de sus moradas, acosada por la necesidad, evita ahora la vecindad<br />
de las casas, donde era antes tan común como en el<br />
bosque. Empieza á viajará principios de setiembre y emigra á<br />
principios de octubre: por este tiempo, especialmente en los<br />
días nublados, se ven pasar casi siempre por caminos fijos y<br />
determinados centenares de estas aves, las cuales en unión<br />
con otras sus afines, los trepadores y los reyezuelos moñudos,<br />
van guiadas por un pico. Están de vuelta en el mes de<br />
marzo y en el mes de abril se hallan ya las bandadas divididas<br />
en parejas.<br />
El gran paro ocupa un lugar superior en la familia á que<br />
pertenece, y reúne hasta cierto punto todas las cualidades y<br />
defectos de los paridos. Es vivaz, curioso, activo, valiente y<br />
pendenciero, y jamás permanece un momento tranquilo.<br />
«Raro es, dice Naumann, verle algunos minutos inmóvil ó<br />
de mal humor; siempre alegre y contento, salta y trepa en<br />
medio de las ramas, de las breñas y de los setos: aparece en<br />
la copa de un árbol, y un momento después en la extremidad<br />
de una rama, balanceándose con la cabeza hacia abajo.<br />
Registra el tronco de un árbol hueco; deslizase por todos los<br />
agujeros y grietas, ejecutando todos estos movimientos con<br />
una rapidez y viveza que tienen algunas veces algo de grotesco.<br />
Domínale una curiosidad extraordinaria; examina, ol<br />
fatea y toca, si tal se puede decir, todo aquello que llama su<br />
atención; pero no lo hace aturdidamente, sino que manifiesta<br />
{K>r el contrarío en todos sus actos la mayor prudencia. Sabe<br />
escapar muy bien del cazador; evita el paraje donde hubo<br />
alguna vez peligro, y á pesar de esto no tiene nada de tímido.<br />
Basta verle para reconocer que es juicioso y atrevido;<br />
su mirada tiene una expresión de astucia que no suele observarse<br />
en otra ave.><br />
El gran paro está constantemente en los árboles, y rara<br />
vez baja á tierra. No le gusta franquear volando un gran espacio,<br />
porque su vuelo, aunque mejor que el de otros paridos,<br />
no deja de ser pesado y torpe Su voz consiste en un