PASERINOS—PASSERiN - citaREA

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mismo árbol hasta treinta nidos. Los huevos, muy variables
en cuanto á la forma y tamaño, son mas pequeños que los
de la cigüeña doméstica, pues solo tienen O",oss de largo por
ü°,o4o de grueso; parecen ser de un azul claro antes de vaciarse.
Para el viajero poco entendido en las costumbres de
los indígenas, seria difícil adquirir aquellos, pues tocar á un
ave sagrada es entre los naturales un crimen que pone en
conmoción á todos los habitantes de un pueblecillo. Pero
hay un medio fácil de calmar el ánimo de aquellas gentes, y
engañarlas al mismo tiempo: basta decir que estos huevos son
indispensables para confeccionar medicamentos preciosos; y
como los indígenas creen que únicamente los de un ave sagrada
pueden servir para el objeto, semejante subterfugio da
siempre buen resultado. Gracias á esta circunstancia, el naturalista
puede contar con el concurso y auxilio de toda la población.
En cuanto á sus usos y costumbres, el esfenorinco de Abtim
difiere tan poco de nuestra cigüeña doméstica, que para
describirlos puedo limitarme á pocas palabras. También es
ave viajera; preséntase poco antes de la estación lluviosa,
cubre y abandona el país después con su progenie, que
puede volar en octubre. Su llegada produce general alegría
en los campesinos, mientras que su marcha les entristece.
Durante su estancia en el país se familiariza con el hombre,
le saluda chasqueando el pico, y reconoce muy bien la hospitalidad
que se le dispensa. Su alimento se compone principalmente
de langostas, y según Heuglin, también de otros
insectos, escorpiones, tarántulas, gusanos, caracoles, ranas y
pequeños reptiles; caza mucho en la estepa, y por eso la vi-
.sita con regularidad cuando la incendian. Mientras busca su
alimento y pasea majestuosamente por la verde alfombra de
la estepa, el melitoteres de la Nubía se le posa sobre la ca
beza y las espaldas para coger los insectos ahuyentados por
la cigüeña.
LOS MICTERIAS-MYCTERiA
LOS CICÓNIDOS
En mi viaje por el Nilo Azul llegamos cierta tarde á una
isla arenosa situada en medio del rio, y cubierta de aves
pantanosas de las especies mas diversas. Entre ellas divisamos
también dos zancudas que hasta entonces no habíamos
visto aun y que nos eran desconocidas; diferian completamente
de las otras por sus alas de un blanco de nieve magnífico,
con fajas negras en el centro. Al dia siguiente las volvimos
á ver y entonces reconocí en ellas micterías ó cigüeñas
gigantescas, que son, si no las mas robustas, por lo menos
las mas altas de todas las zancudas.
CARACTERES.—Los micterías ó cigüeñas giganíes son,
si no los mas fuertes, por lo menos los mayores de todos los
herodiones. Tienen el cuerpo prolongado; cuello largo y
delgado; la cabeza bastante grande; pico muy largo, de
mandíbula superior recta, ó poco curva, y la inferior sumamente
encorvada por arriba, cubierto algunas veces por una
cera en forma de silla de montar, y provisto inferiormente de
apéndices cutáneos. Los tarsos son muy altos; los dedos
son cortos; las alas largas y un poco redondeadas, con la
tercera rémige mas prolongada que las otras; la cola, de regular
longitud, se trunca en ángulo recto. Los dos sexos solo
diñeren por la talla; el plumaje de los pequeños no es tan
bonito como el de los adultos.
EL MICTERIA DEL SENEGAL—MTCTERIA
SENKGALENSIS
CARACTERES.—El micteria del Senegal, vulgarmente
llamado cigüeña ensillada, es un ave fornida y hermosa. La
cabeza, el cuello, la parte alta del ala, las espaldillas y la
cola, son de un negro lustroso, de brillo metálico; el resto
del cuerpo, comprendidas las rémiges, de un blanco luciente;
el ojo es amarillo dorado; el pico rojo en la base, negro en
el centro y de un tinte de sangre en la punta; las partes desnudas
de la cara rojizas; el circulo que rodea el ojo, amarillo;
los tarsos de un gris pardo; las articulaciones de estos
y de los dedos de un rojo carmín sucio; la cera que lleva
sobre el pico en forma de silla de montar y que rodea una
estrecha línea de plumas negras, es de un tinte amarillo dorado,
así como los apéndices cutáneos de la parte inferior
del pico. El micteria del Senegal mide i",46 de largo por
2 ",40 de punta á punta de ala; esta tiene t",65 y la cola
^",26. La hembra es mucho mas pequeña.
En los pequeños, todas las partes oscuras del plumaje son
de un gris pardusco, y las blancas de un gris amarillo sucio;
carecen de carúnculas; tienen el ojo pardo, y el pico rojo os
curo, casi negruzco.
DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA. — Esta especie es
propia de África, según lo indica su nombre.
Usos, COSTUMBRES Y RÉGIMEN.—Es preciso haber
observado á un micteria vivo y en libertad, haberle visto
correr, volar y describir círculos sobre el bosque, para comprender
toda su belleza y la impresión que produce en el
naturalista. Anda con el cuerpo recto y majestuosamente;
sus largas piernas le hacen parecer mayor de lo que es en
realidad; y cuando vuela, no se puede imaginar ave mas
magnífica, pues sus blancas rémiges se destacan entonces de
una manera admirable sobre sus negras cobijas alares. Por
desgracia, es tan recelosa y tímida, y tan rara al mismo
tiempo en los países explorados por mí, que no puedo extenderme
mucho al describir las costumbres del ave libre.
Vive en parejas en las márgenes del Nilo Blanco y del
Nilo Azul, siendo su límite norte el 14° de latitud septentrional
Encuéntrase en el oeste y el sudeste de África: habita
las orillas de los rios, los bancos de arenas, los lagos, los estanques
y pantanos: durante la estación de las lluvias, aban
dona algunas veces la inmediación de los rios, otras veces se
le ve en las orillas del mar. Con bastante frecuencia se
reúne con otras aves de los pantanos; pero el macho y la
hembra de la misma pareja permanecen siempre unidos.
Los movimientos del micteria del Senegal tienen algo de
majestuoso: el marabú, que es tan grande como él, no le
cede en inteligencia, por mas que no se le pueda comparar.
Cada movimiento, cada postura del micteria del Senegal
tiene atractivo y gracia, y'está en perfecta armonía con la
belleza del plumaje. Anda á compás sin hacer ruido, llevando
el cuello ligeramente encorvado y el pico inclinado, de
tal modo que la mandíbula inferior descansa casi sobre las
plumas del cuello. Algunas veces se le ve muy erguido, sosteniéndose
en una pierna; á menudo se apoya en los tarsos; y
en ciertas ocasiones también se echa en tierra con las piernas
dos veces dobladas. No se le ve saltar alegremente ó danzar
como las grullas, pero en ciertas ocasiones corre rápidamente
con las alas extendidas. Sabe servirse con singular destreza
de su enorme pico; puede recoger el objeto mas pequeño en
la punta, volverle y revolverle y lanzarlo al aire para devorarle;
también le utiliza para limpiar su plumaje; con él coge
y mata los pequeños parásitos; y en fin, empléale como la cigüeña
para expresar lo que siente.
En cuanto á su alimento, el micteria del Senegal debe diferir
poco de sus congéneres alemanes. £n el estómago de
los que nosotros matamos halláronse peces, reptiles é insectos;
otros observadores reconocieron en el ave una destructora
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