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LOS CURSORINOS<br />
sarse sobre el agua; pero ninguna de ellas retozaba en la su una verdadera hija del desierto. Al paso que los otros animaperficie.<br />
Para volar agitan precipitadamente las alas.» Según les de estas regiones buscan los sitios menos áridos, donde<br />
Lesson, su vuelo es pesado y poco análogo al de las aves de cierta vegetación atenúa un poco la pobreza natural de aque<br />
alta mar. «Sus costumbres son salvajes, dice este último, y llos países, el corredor isabela permanece en los lugares mas<br />
aunque vimos reducidas bandadas, no nos fué posible matar áridos y secos, en medio de las arenas y de las piedras, en<br />
sino dos individuos. ><br />
los parajes en que el terreno produce apenas con qué ali<br />
Forster asegura que la carne del quionis es detestable: los mentarse, presentando solo algunas míseras plantas. No pue<br />
que mataron exhalaban un olor tan insufrible, que no los do decir que esta ave sea común en los puntos que yo re<br />
podian comer, «aunque entonces, añade, no nos disgustaban corrí; cierto que se la encuentra en diversas localidades,<br />
mucho los peores alimentos. > Sin embargo, la mayor parte pero nunca con regularidad. Abunda mas en el noroeste de<br />
de los navegantes, entre los cuales se cuentan Anderson, África: en las Canarias, según Bolle, aparece numerosa en<br />
Quoy y Gaimard y Lesson, afirman que es buena. Roblet y la mitad oriental de dichas islas, siendo seguro hallarla en<br />
el capitán Chanal indican por su parte, que esta ave no tiene ciertas localidades. Busca los lugares pedregosos, cuyo tinte<br />
el menor gusto de pescado ni de pantano, y que es de buen se armoniza mejor con el de su plumaje; pero se la ve tam<br />
comer. «Su carne, dicen, se parece á la de la paloma y tiene bién donde el terreno está cubierto de torrentes de lava fria.<br />
su sabor; algunos de los oficiales que la probaron la compara Tristram cree que el corredor isabela abandona todos los<br />
ban con la del pluvial. ><br />
años el norte del Sahara: á mi no me parece que emprenda<br />
LOS CURSORINOS —CURSORIN.E<br />
emigraciones propiamente dichas; pero sí es cierto que viaja<br />
después de la época del celo y llega á ciertos puntos donde<br />
no se la ve de ordinario. En el trascurso del invierno de 1850,<br />
CARACTÉRKS. — La tercera sub familia comprende observé en Alejandría, en medio de las ruinas de la antigua<br />
los cursorinos clasificados también por algunos naturalistas ciudad, una bandada de unos quince individuos; y mas tarde<br />
entre los glareólidos. Las pocas especies conocidas son aves no hallé uno solo. Antes de la época del celo experimentan<br />
raquíticas, con pico de longitud regular, ligeramente encor los machos mas deseos de correr, y se aventuran entonces<br />
vado, blando en la base, córneo en la punta y muy hendido; bastante lejos, prolongando sus excursiones hasta Europa.<br />
los tarsos son altos; los dedos cortos, provistos de uñas grue No es raro ver á estas aves en la Provenza, siendo probable<br />
sas; las alas puntiagudas; la cola corta y el plumaje suave que lleguen todos los años á España. Encuéntranse con me<br />
y liso.<br />
nos frecuencia en el este, aunque Ehrenberg considera al<br />
corredor isabela como ave de la Arabia Feliz; Tristram mató<br />
LOS CORREDORES-CüRSORius algunas en el valle del Jordaa Nordmann le ha encontrado<br />
también en Rusia. Según Harting, en un período de cien<br />
CARACTERES. — El género cursorius se distingue por años, se le ha cogido diez y seis veces en Inglaterra; en<br />
tener el cuerpo esbelto; alas grandes, con la segunda rémige Francia se cazó cerca de Paris, en Dunkerque, San Omer,<br />
mas larga; cola proporcional mente corta, ancha, redon Calais, Abbeville, Amiens, Dieppe, Fécamp, Montpeller y<br />
deada, compuesta de trece á catorce rectrices; pico bastante Nimes; en Italia, incluso Sicilia y Malta, se le ha observado<br />
largo y encorvado, tarsos muy altos y raquiticos. Están pro bastante á menudo. Varias veces se ha observado la especie<br />
vistos de tres dedos; el plumaje es blando, espeso y suave, en la Europa central: en noviembre de 1807 fué señalada<br />
armonizando perfectamente su matiz con el de la arena. en el Electorado de Hesse-Darmstadt; mas tarde la vio<br />
Bruch en el Alto Rhin, en los parajes arenosos; y última<br />
EL CORREDOR ISABELA—CURSORIUS mente la encontraron en Mecklenburgo.<br />
ISABELLINUS<br />
Desde el mes de febrero al de julio, los corredores isabe<br />
las viven apareados; el viajero que tiene la costumbre de ob<br />
CARACTERES. — El tipo de este género, el corredor servar, los reconoce bien pronto, á despecho de su plumaje,<br />
isabela ó corredor del desierto, como se le ha llamado algunas que se confunde con el tinte de la arena del desierto, porque<br />
veces, tiene todo el plumaje de color isabela, que tira en el hay en esta ave algo de especial por sus movimientos, que<br />
lomo al rojizo y en el vientre al amarillento; el occipucio es permite distinguirla al punto. Se ve al macho y á la hembra<br />
gris azul, limitado por dos lineas, una blanca y otra negra, correr con rapidez increíble, siempre fuera del alcance de la<br />
que parten del ojo y se dirigen hacia la nuca, donde forman escopeta, y separados uno de otro por la distancia de unos<br />
una mancha triangular; las rémiges primarias son de un par quince pasos. Mientras que el ave corre, su cuerpo y sus pado<br />
negro y amarillo rojizo claro en su extremidad; las setas se mueven con una celeridad tal, que no se pueden discundarias<br />
de un tinte isabela oscuro, con una mancha negra tinguir; diríase que es un animal sin patas, movido por una<br />
hacia la punta, que es blanca, y de un negro mate en las fuerza que no se explica ni comprende. De pronto se detie<br />
barbas internas; las rectrices color isabela rojizo, con las dos ne, mira á su alrededor, recoge algo en el suelo y emprende<br />
medias rayadas trasversalmente de negro hacia su extremo. de nuevo la carrera. En los parajes donde no se le caza mu<br />
El ojo es pardo; el pico negruzco; las patas de un amarillo cho es mas fácil aproximarse á ella, aunque jamás á distan<br />
de paja. Esta ave tiene 0",23 de largo por U*,5o de punta á cia suficiente para que la pueda alcanzar el plomo. También<br />
punta de ala, la cola 0°,o7 y el ala 0",i6 (fig. 168). es posible seguirla horas enteras sin que se remonte, parti<br />
El macho no difiere de la hembra: los pollos tienen un cularidad que le ha valido en las Canarias el nombre de en<br />
plumaje isabela claro, con manchas y ondulaciones mas osgaña niños. El muchacho que ve correr á esta ave cree alcuras;<br />
las rémiges primarias presentan un filete amarillo en canzarla fácilmente; pero esta burla toda persecución merced<br />
la punta; la nuca, cruzada por una raya blanca, tiene algu á la rapidez de sus movimientos.<br />
nas plumas negras en los lados.<br />
El corredor isabela sabe igualmente volar bien: si teme al<br />
DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA.—£1 corredor isabela enemigo que se acerca, remóntase como el ave fria, pero con<br />
habita toda el África, desde el mar Rojo hasta las Canarias, mas ligereza aun; gana cierta altura, extiende después tas<br />
y se extravia algunas veces por Europa.<br />
alas, baja oblicuamente hacia el sitio que ha elegido 7 con<br />
USOS, COSTUMBRES T RÉGIMEN.—ESU ave es tinua su carrera.