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PASERINOS—PASSERiN - citaREA

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354<br />

LOS CURSORINOS<br />

sarse sobre el agua; pero ninguna de ellas retozaba en la su­ una verdadera hija del desierto. Al paso que los otros animaperficie.<br />

Para volar agitan precipitadamente las alas.» Según les de estas regiones buscan los sitios menos áridos, donde<br />

Lesson, su vuelo es pesado y poco análogo al de las aves de cierta vegetación atenúa un poco la pobreza natural de aque­<br />

alta mar. «Sus costumbres son salvajes, dice este último, y llos países, el corredor isabela permanece en los lugares mas<br />

aunque vimos reducidas bandadas, no nos fué posible matar áridos y secos, en medio de las arenas y de las piedras, en<br />

sino dos individuos. ><br />

los parajes en que el terreno produce apenas con qué ali­<br />

Forster asegura que la carne del quionis es detestable: los mentarse, presentando solo algunas míseras plantas. No pue­<br />

que mataron exhalaban un olor tan insufrible, que no los do decir que esta ave sea común en los puntos que yo re­<br />

podian comer, «aunque entonces, añade, no nos disgustaban corrí; cierto que se la encuentra en diversas localidades,<br />

mucho los peores alimentos. > Sin embargo, la mayor parte pero nunca con regularidad. Abunda mas en el noroeste de<br />

de los navegantes, entre los cuales se cuentan Anderson, África: en las Canarias, según Bolle, aparece numerosa en<br />

Quoy y Gaimard y Lesson, afirman que es buena. Roblet y la mitad oriental de dichas islas, siendo seguro hallarla en<br />

el capitán Chanal indican por su parte, que esta ave no tiene ciertas localidades. Busca los lugares pedregosos, cuyo tinte<br />

el menor gusto de pescado ni de pantano, y que es de buen se armoniza mejor con el de su plumaje; pero se la ve tam­<br />

comer. «Su carne, dicen, se parece á la de la paloma y tiene bién donde el terreno está cubierto de torrentes de lava fria.<br />

su sabor; algunos de los oficiales que la probaron la compara­ Tristram cree que el corredor isabela abandona todos los<br />

ban con la del pluvial. ><br />

años el norte del Sahara: á mi no me parece que emprenda<br />

LOS CURSORINOS —CURSORIN.E<br />

emigraciones propiamente dichas; pero sí es cierto que viaja<br />

después de la época del celo y llega á ciertos puntos donde<br />

no se la ve de ordinario. En el trascurso del invierno de 1850,<br />

CARACTÉRKS. — La tercera sub familia comprende observé en Alejandría, en medio de las ruinas de la antigua<br />

los cursorinos clasificados también por algunos naturalistas ciudad, una bandada de unos quince individuos; y mas tarde<br />

entre los glareólidos. Las pocas especies conocidas son aves no hallé uno solo. Antes de la época del celo experimentan<br />

raquíticas, con pico de longitud regular, ligeramente encor­ los machos mas deseos de correr, y se aventuran entonces<br />

vado, blando en la base, córneo en la punta y muy hendido; bastante lejos, prolongando sus excursiones hasta Europa.<br />

los tarsos son altos; los dedos cortos, provistos de uñas grue­ No es raro ver á estas aves en la Provenza, siendo probable<br />

sas; las alas puntiagudas; la cola corta y el plumaje suave que lleguen todos los años á España. Encuéntranse con me­<br />

y liso.<br />

nos frecuencia en el este, aunque Ehrenberg considera al<br />

corredor isabela como ave de la Arabia Feliz; Tristram mató<br />

LOS CORREDORES-CüRSORius algunas en el valle del Jordaa Nordmann le ha encontrado<br />

también en Rusia. Según Harting, en un período de cien<br />

CARACTERES. — El género cursorius se distingue por años, se le ha cogido diez y seis veces en Inglaterra; en<br />

tener el cuerpo esbelto; alas grandes, con la segunda rémige Francia se cazó cerca de Paris, en Dunkerque, San Omer,<br />

mas larga; cola proporcional mente corta, ancha, redon­ Calais, Abbeville, Amiens, Dieppe, Fécamp, Montpeller y<br />

deada, compuesta de trece á catorce rectrices; pico bastante Nimes; en Italia, incluso Sicilia y Malta, se le ha observado<br />

largo y encorvado, tarsos muy altos y raquiticos. Están pro­ bastante á menudo. Varias veces se ha observado la especie<br />

vistos de tres dedos; el plumaje es blando, espeso y suave, en la Europa central: en noviembre de 1807 fué señalada<br />

armonizando perfectamente su matiz con el de la arena. en el Electorado de Hesse-Darmstadt; mas tarde la vio<br />

Bruch en el Alto Rhin, en los parajes arenosos; y última­<br />

EL CORREDOR ISABELA—CURSORIUS mente la encontraron en Mecklenburgo.<br />

ISABELLINUS<br />

Desde el mes de febrero al de julio, los corredores isabe<br />

las viven apareados; el viajero que tiene la costumbre de ob­<br />

CARACTERES. — El tipo de este género, el corredor servar, los reconoce bien pronto, á despecho de su plumaje,<br />

isabela ó corredor del desierto, como se le ha llamado algunas que se confunde con el tinte de la arena del desierto, porque<br />

veces, tiene todo el plumaje de color isabela, que tira en el hay en esta ave algo de especial por sus movimientos, que<br />

lomo al rojizo y en el vientre al amarillento; el occipucio es permite distinguirla al punto. Se ve al macho y á la hembra<br />

gris azul, limitado por dos lineas, una blanca y otra negra, correr con rapidez increíble, siempre fuera del alcance de la<br />

que parten del ojo y se dirigen hacia la nuca, donde forman escopeta, y separados uno de otro por la distancia de unos<br />

una mancha triangular; las rémiges primarias son de un par­ quince pasos. Mientras que el ave corre, su cuerpo y sus pado<br />

negro y amarillo rojizo claro en su extremidad; las setas se mueven con una celeridad tal, que no se pueden discundarias<br />

de un tinte isabela oscuro, con una mancha negra tinguir; diríase que es un animal sin patas, movido por una<br />

hacia la punta, que es blanca, y de un negro mate en las fuerza que no se explica ni comprende. De pronto se detie­<br />

barbas internas; las rectrices color isabela rojizo, con las dos ne, mira á su alrededor, recoge algo en el suelo y emprende<br />

medias rayadas trasversalmente de negro hacia su extremo. de nuevo la carrera. En los parajes donde no se le caza mu­<br />

El ojo es pardo; el pico negruzco; las patas de un amarillo cho es mas fácil aproximarse á ella, aunque jamás á distan­<br />

de paja. Esta ave tiene 0",23 de largo por U*,5o de punta á cia suficiente para que la pueda alcanzar el plomo. También<br />

punta de ala, la cola 0°,o7 y el ala 0",i6 (fig. 168). es posible seguirla horas enteras sin que se remonte, parti­<br />

El macho no difiere de la hembra: los pollos tienen un cularidad que le ha valido en las Canarias el nombre de en­<br />

plumaje isabela claro, con manchas y ondulaciones mas osgaña niños. El muchacho que ve correr á esta ave cree alcuras;<br />

las rémiges primarias presentan un filete amarillo en canzarla fácilmente; pero esta burla toda persecución merced<br />

la punta; la nuca, cruzada por una raya blanca, tiene algu­ á la rapidez de sus movimientos.<br />

nas plumas negras en los lados.<br />

El corredor isabela sabe igualmente volar bien: si teme al<br />

DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA.—£1 corredor isabela enemigo que se acerca, remóntase como el ave fria, pero con<br />

habita toda el África, desde el mar Rojo hasta las Canarias, mas ligereza aun; gana cierta altura, extiende después tas<br />

y se extravia algunas veces por Europa.<br />

alas, baja oblicuamente hacia el sitio que ha elegido 7 con­<br />

USOS, COSTUMBRES T RÉGIMEN.—ESU ave es tinua su carrera.

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