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PASERINOS—PASSERiN - citaREA

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LOS TERÓCLIDOS<br />

»En la primavera, llegan los sirraptes regularmente á horas<br />

fijas, para beber en los pozos de agua dulce: aparecen<br />

por todas partes; gritan cuando tocan la orilla del agua y<br />

sus compañeros les contestan; se posan cerca de aquella en<br />

lineas de diez á doce individuos, por lo regular; no se detienen<br />

mucho, y al dejar su abrevadero para ir á comer otra<br />

vez, dirígense á los terrenos blancos donde ha cristalizado la<br />

sal, ó á las pequeñas alturas cubiertas de yerba. No desprecian<br />

los retoños jugosos del hinojo marino, se los comen<br />

como las avutardas: en la primavera he hallado yo en el estómago<br />

de estas aves granos de salsola.<br />

j)En verano les gusta calentarse al sol: á la manera de las<br />

gallinas, forman ligeras depresiones en aquellas eminencias<br />

de color gris blanquizco, impregnadas de sal, que bordean el<br />

Tarai-nor, en las que crecen plantas salinas. Algunas veces<br />

las he observado allí cuando descansaban: comienzan por<br />

correr de un lado á otro buscando alimentos, y una vez hartas<br />

descansan: esto suele ocurrir hacia las once del dia por<br />

lo común. Practican agujeros; se hunden en tierra como las<br />

gallinas; mueven su cuerpo á derecha é izquierda y erizan<br />

las plumas; luego permanecen muy tranquilas, siendo enton<br />

ees difícil divisarlas, pues se confunde admirablemente con<br />

el tinte del suelo, el color de su plumaje gris amarillo man<br />

chado de negro. Si pasa un halcón ¡Kjr encima de los sirrap<br />

tes, cortando los aires con la celeridad de la flecha, levan<br />

tanse y desaparecem bien pronto de las miradas del observador<br />

y de las del ave de rapiña;su grito de angustia despierta<br />

á los demás individuos que les siguen apresuradamente. En<br />

un momento se llena el espacio de innumerables y pequeñas<br />

bandadas de estas singulares aves; por todas partes se oyen<br />

sus gritos; pero están ya lejos antes de poderlas tirar. La<br />

tranquilidad, no obstante, renace tan pronto como se pro<br />

dujo la alarma; bajan á tierra, corren tímidamente y vuelven<br />

á echarse como antes. Solo de vez en cuando consigue el<br />

halcón coger á un individuo, pues su vuelo es mas rápido<br />

que el de las palomas; no suelen franquear grandes trayectos<br />

á pié; corren con ligereza, pero por poco tiempo.<br />

»Durante el verano viajan á través de las estepas nume<br />

rosas bandadas de sirraptes, según he podido ver. En los últimos<br />

dias de mayo quise ir á las islas de Aral, en el Tarainor<br />

; comencé á costear este lago, seco á la sazón, y hacia el<br />

medio dia divisé un sin número de pequeñas bandadas de<br />

sirraptes; pero estas aves eran tan desconfiadas, que no me<br />

permitieron acercar. Después de varias é infructuosas tenta<br />

tivas, suspendí mi cacería hasta mas tarde: al ponerse el sol,<br />

formaron los sirraptes dos grandes bandadas, compuesta<br />

cada una de unos mil individuos á lo menos, los cuales gritaban<br />

con todas sus fuerzas. Creí poder sorprenderlos, pero<br />

mis maniobras fueron inútiles: no pude acercarme á tiro de<br />

fusil, ni á caballo ni rastreando; y después de remontarse y<br />

bajar varias veces, abandonaron por fin las orillas del Tarainor,<br />

dirigiéndose hacia el este, á lo alto de las estepas, donde<br />

se posaron en dos puntos que durante el invierno habían ser<br />

vido de parque para los ganados. Aquel sitio estaba cubierto<br />

de una espesa capa de estiércol, que ninguna planta había<br />

podido atravesar. La oscuridad de la noche me impidió perseguir<br />

á las aves, que continuaban gritando; al dia siguiente<br />

habían desaparecido todas, y en el resto del verano no en<br />

contré un solo individuo en Tarai-nor, ni los pastores nó<br />

madas las vieron tampoco. Para consolarme me dijeron que<br />

esperase al otoño, época en que llegaban mucho mas nume<br />

rosas aun; pero desgraciadamente no fué así. Sorprendióme<br />

en gran manera ver que un ave abandonara tan completamente<br />

el país en verano, después de su segunda puesta;<br />

aquello era un ejemplo curioso de las costumbres errantes y<br />

nómadas de los verdaderos habitantes de las estepas. Hasta<br />

el mes de octubre, época en que habia ido á cazar el antílope<br />

en el sur de aquellas, y cuando las emigraciones otoñales<br />

de las aves habían terminado hacia mucho tiempo, no<br />

volví á ver sirraptes, los cuales encontré mas allá del Argunj.<br />

Volaban en bandadas y se dirigían hacia el norte, en dirección<br />

al territorio ruso; pero no las encontré ya mas en las<br />

estepas.<br />

»Su nido se reduce á una tosca construcción, semejante á<br />

la de las gangas; cubren juntas varias parejas. En los parajes<br />

secos impregnados de la sal del Tarai-nor, practican una depresión<br />

de unas cinco pulgadas de diámetro, cuyos bordes<br />

guarnecen á veces con tallos de yerbas y de salsosa. La hem<br />

bra pone cuatro huevos, parecidos á los de las gangas: son<br />

elípticos, y con frecuencia tienen una extremidad menos<br />

redondeada que la otra, su color varía del gris pardusco sucio,<br />

que es el tinte mas común, al gris verdoso claro, sobre<br />

cuyo fondo se destacan manchitas de un pardo color de<br />

tierra.»<br />

Hé aquí lo que refiere Radde: un año después de la publicación<br />

de su obra, enriqueciéronse nuestros conocimientos<br />

respecto á las costumbres de esta ave, merced á una serie de<br />

felices circunstancias. En 1860, Schlegely Moorc anunciaron<br />

la presencia de algunos sirraptes aislados en la Europa cen<br />

tral: se mataron algunos individuos en los médanos de Holanda<br />

é Inglaterra; y si Collet no fué mal informado, observóse<br />

en 1861 una bandada de catorce á quince sirraptes<br />

cerca de Mandal, en Noruega. Como se creyó que estas aves<br />

se habían extraviado, dióse poca importancia á su aparición:<br />

pero en el otoño del mismo año, reprodujese un hecho análogo,<br />

según Swinhoe, en el norte de la China. No se trataba<br />

allí de individuos aislados, sino de una misma bandada que<br />

se fijó entre Pekin y Tientsin: los chinos cazaron con ardimiento<br />

aquellas aves, á las que conocían con el nombre de<br />

satschi, ó gallinas de las arenas, y refirieron á Swinhoe que<br />

las cogían á menudo con redes ó las mataban con escopetas<br />

de chispa. Después de un gran nevasco.lacaza fué tan abundante,<br />

que el mercado de Tientsin se llenó de sirraptes. Sin<br />

embargo, mostrábanse estas aves muy tímidas cuando estaban<br />

en tierra, y al volar pasaban á menudo á poca distancia<br />

de los cazadores Los chinos sabían cjue los sirraptes son<br />

originarios de las llanuras de Tartaria, mas allá de la gran<br />

muralla.<br />

No pondré en tela de juicio si han venido á Europa, antes<br />

de 1863, otros sirraptes que los observados; el hecho es<br />

probable, y aun diré que no me parece imposible que algunos<br />

de aquellos individuos volvieran á su país é indicaran á sus<br />

compañeros el camino que acababan de descubrir. Lo cierto<br />

es, que se han observado varías veces estas aves en nuestro<br />

continente, antes de su gran emigración de 1863. En el tras<br />

curso de este año apareció en Europa una bandada muy<br />

numerosa de sirraptes, y recorrió todos los países del norte;<br />

se podia determinar casi la ruta que siguió, y si en el sudeste<br />

de Europa se la hubiera observado con tanta atención como<br />

en Francia, Alemania, Holanda é Inglaterra, sería dado trazarla<br />

con toda exactitud. Se han observado los sirraptes<br />

paradójicos desde Brody, en Galitzia, hasta Naran, en la<br />

costa occidental de Irlanda; y desde Biscarola, en el mediodía<br />

de Francia, hasta Torshaw, en las islas de Feroe Estas aves<br />

aparecieron el 6 de mayo en Sokolnitz (Moravia); el 14 en<br />

Tuchel (PrusJa occidenul); el 17 en Polkwitz (Silesia); el 20<br />

en Wcehlau (Ducado de Anhalt); el mismo día en Laaland;<br />

el 2 1 en Helgoland y en la costa de Northumberland; el 22<br />

en Borkum, en el Staffordshire y la costa de Lancashire; y<br />

en los últimos dias de mayo en las islas Feroe. Asi, pues, se<br />

ha podido señalar la dirección del viaje; y las épocas observadas<br />

convienen perfectamente con la facilidad del vuelo de

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