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PASERINOS—PASSERiN - citaREA

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LOS AIX<br />

Un trabajador refirió á Wilson que el aix de la Carolina<br />

trasladaba á sus hijuelos á tierra con el pico, relato que no<br />

tuvo dificultad en creer aquel naturalista: Audubon no le<br />

contradijo en este punto, pero añadió terminantemente,<br />

que cuando el nido está situado sobre el agua ó una espesa<br />

capa de césped, los hijuelos saltan por sí solos. Yo creo que<br />

asi es como abandonan siempre el agujero donde nacen:<br />

pasan su primera juventud como los jóvenes ánades silves<br />

tres de nuestros países, solo que deben temer además á los<br />

reptiles de gran tamaño, particularmente á los aguiluchos y á<br />

las grandes tortugas. A fines de octubre mudan, y se reúnen<br />

con el macho, que acaba de revestir su plumaje de gala.<br />

CAZA.—La carne del aix, según se dice, es verdadera<br />

mente deliciosa desde setiembre hasta la entrada del invier<br />

no, y por lo mismo, no podemos admirarnos de que se<br />

persiga por todas partes al ave; de modo que en invierno se<br />

ven miles de individuos en los mercados.<br />

CAUTIVIDAD.—Parece que en América no se ha pensado<br />

aun en domesticar por completo al aix de la Carolina,<br />

pero no cabe duda que poco á poco se puede conseguir.<br />

Como ave de parque merece la preferencia entre todos sus<br />

congéneres exóticos, no solo porque les aventaja á todos en<br />

belleza, sino también porque se reproduce con mas facilidad.<br />

EL AIX MANDARÍN —AIX GALKRICULATA<br />

El aix de la Carolina está representado en el antiguo continente<br />

por el ánade mandarín: el macho, además del moño,<br />

ostenta un collar lateral, que simula una crin, y presenta en<br />

el lomo dos especies de abanicos formados por las rémiges<br />

del brazo, ensanchadas y dispuestas verticalmente. Por esta<br />

circunstancia se ha querido formar con él un género aparte,<br />

dáiidole el nombre de Cosmonessa; pero las diferencias que<br />

existen entre la especie de que hablamos y la precedente no<br />

son inarcadas sino cuando una y otra revisten su plumaje de<br />

g««¡ En cuanto á lo demás, las dos aves se asemejan de tal<br />

TlT^rl'' P"**^*° '"*"'^ separación semejante.<br />

CARACTKRKS.-E1 mandarín macho tiene el moño<br />

verde y azul púrpura por delante, pardo y verde por detrás y<br />

á los ados; desde el ojo al occipucio corre una ancha faja<br />

amarillo pardusca en su parte anterior y blanco amarillenta<br />

en la posterior la cual se prolonga hasta el moño por una<br />

estrecha hnea; las plumas largas y puntiagudas de la crin son<br />

de un rojo cereza; la parte anterior del cuello y los lados de<br />

la parte alta del pecho, de un rojo pardo; las plumas del<br />

lomo de un pardo claro; las que forman el abanico de un<br />

azul de acero en las barbas externai y amarillo pardusco en<br />

las internas, con filete blanco y negro; á los lados del pecho<br />

se notan cuatro rayas trasversales, dos negras y dos blancas-<br />

Ios costados presentan ondulaciones de un tinte oscuro sobre<br />

fondo amarillento; la cara inferior del cuerpo es blanca; las<br />

rémiges de un gris pardusco, orilladas de blanco por fuera; el<br />

ojo rojizo amarillento; el pico rojo, blanquizco en la punta;<br />

los tarsos de un amarillo rojo (fig. 223).<br />

La hembra se parece de tal modo á la del aix de la Carolina,<br />

que se debe tener práctica para distinguirla á primera<br />

vista: tiene un tinte mas pálido; un amarillento leonado mas<br />

intenso; y el círculo circum-ocular, «sí como la línea que ra<br />

del ojo al occipucio, se marcan menos: yo no he podido<br />

distinguir otras diferencias.<br />

A fines de mayo, 6 á mas tardar á principios de junio, el<br />

macho reviste su plumaje de verano, siendo á la sazón dificil<br />

diferenciarle de la hembra: paréceme que este plumaje se<br />

cambia en el de gala menos por una verdadera muda que<br />

por un cambio de coloración de las plumas ya existentes,<br />

con presencia de las de ornamento.<br />

487<br />

DISTRIBUCIÓN GKOGRAFICA.—El aix mandañn<br />

habita el norte de la China, el valle del Amor y el Japón,<br />

desde donde emigra todos los inviernos al sur de aquel<br />

país.<br />

USOS, COSTUMBRES T RÉGIMEN.—Entre los chinos<br />

es considerada esta ave como símbolo de la fidelidad<br />

conyugal; por eso figura en los cortejos nupciales; puesta en<br />

una jaula muy vistosa y adornada la ofrecen á los esposos<br />

cual un presente del mas alto precio. El mandarín es por lo<br />

tanto muy apreciado entre los habitantes del Celeste Imperio,<br />

y á ello se debe sin duda que ofrezca tantas dificultades<br />

adquirirle. Un amigo de Bennett, contestando á cierta persona<br />

que le hacia un pedido, escribió que sería mas fácil<br />

enviar á Sidney dos parejas de mandarines que dos de las<br />

aves que llevan el nombre de estos funcionarios: la Sociedad<br />

zoológica de Londres hubo de pagar por los dos primeros<br />

pares que recibió el fabuloso precio de setenta mil libras<br />

esterlinas. Gracias á esta compra vemos actualmente tan<br />

magnífica ave en todas las colecciones, donde se multiplica<br />

todos los años. No se ha conseguido aun que se reproduzca<br />

la especie en Alemania, pero en Holanda se crian anualmente<br />

de cincuenta á cien individuos, habiendo bajado su precio<br />

á unos noventa francos la pareja; de año en año se hace mas<br />

asequible su adquisición.<br />

Schrenk nos ha dado á conocer en los siguientes términos<br />

las costumbres del aix mandarín libre: f Esta ave, que se<br />

creyó que solo existia en la China y el Japón, la hemos visto<br />

nosotros en el valle del Amor, bastante alejada en la dirección<br />

del norte. Llega hasta la embocadura del rio de aquel<br />

nombre, aunque no es conocida de los Giljakes del pueblo<br />

de Kalghe, lo cual prueba sencillamente que es rara su apa­<br />

rición en la localidad; acaso no avanzan hacia el polo mas<br />

que algunas parejas. No obstante, remontando el rio se observa<br />

que abunda mas el ave, encontrándosela muy á menudo<br />

en el confluente del Usurri, en las orillas de este y en<br />

las de la corriente superior del Amor. A la parte baja de la<br />

cuenca no llega hasta fines de abril ó principios de mayo,<br />

permaneciendo allí hasta fines de agosto. En dicha época, ó<br />

aun antes, vive en bandadas mas ó menos numerosas: entonces<br />

parece muy desconfiada, y casi nunca deja que el cazador<br />

se ponga á tira Cuando las bandadas se remontan, forman<br />

de frente líneas muy compactas, mientras que detrás<br />

están los individuos mas aislados; si una de aquellas cruza<br />

por los aires á poca altura, produce un rumor análogo al del<br />

viento. Varias veces he visto aix mandarines posados en los<br />

árboles, particularidad que se observa igualmente en el aix<br />

de la Carolina. ><br />

QAUTIVIDAD.—Las costumbres de esta ave en tal estado<br />

son mejor conocidas, difiriendo poco de las de la especie<br />

descrita anteriormente. £1 mandarín, no obstante, parece<br />

menos gracioso que el aix de la Carolina, aunque tenga el<br />

aspecto mas arrogante; entre las dos aves se puede hacer la<br />

comparación que se haría entre el mancebo de una tienda<br />

que ha logrado enriquecerse y un hombre verdaderamente<br />

distinguido. Por su andar, sus movimientos y su voz se asemeja<br />

al aix de la Carolina; pero el conjunto es mas pesado y<br />

tosco; el macho, particularmente en el período del celo, parece<br />

mas singular que gracioso; la especie anterior tiene un<br />

bello plumaje; la de que hablamos está sobrecargada de<br />

adornos, aunque no puede negarse que sea bonita. Agrada á<br />

muchas personas, sobre todo cuando al mover la cabeza,<br />

levanta el mofio, extiende la crin y hace la rueda á su hembra.<br />

Este aix entra en celo después que el de la Carolina;<br />

peio en dicho periodo se conduce lo mismo que él, pudiéndose<br />

reconocer que cuando está libre no debe anidar sino en<br />

los troncos huecos de In árboles. Los huevos de ambas es-

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