Agosto Nº 141 - Biblioteca Virtual El Dorado

el valor de las tierras en el Istmo de Panamá'?, ¿cuál será en adelante'?
Las Únicas tierras que hoy podrían venderse all son las
ya apropiadas a particulares, y las comunes de las provincias.
previa adjudicaciÓn a sus vecinos. De las primeras, pocas enajenaciones
se hacen, aunque se anuncian a menudo por el mismo
valor que tenían diez años atrás. De las segundas, cualquiera puede
pedir que se le adjudiquen gratuitamente, en propiedad, las que
ouiera, con sólo avecindarse en la respectiva provincia. Sin embargo,
hay tan poca disposición a apropiarse esas tierras, que SOlO
la Legislatura de Veraguas ha dictado reglas para su repartimiento
en virtud de las leyes antes citadas, porque las otras
provincias no lo desean; y aun allí no hay sino dos ejemphres
de adjudicaciones hechas a los poseedores, según se ve por
el informe del Gobernador presentado a la última Legislatura,
Hoy no tienen aquellas tierras que sostener en el mercado la competencia
de las del Gobierno, porque éste se halla en incapacidad
legal de enajenar las del continente, mientras no escoja las suyas
la Compafiía del ferrocarril; ni las 100.000 fanega
das de las provincias,
que por la misma razón del bajo precio no han pedido su
adjudicación; ni en fin, las de la Compañia del ferrocarril, cuya
indiferencia hasta ahora por adquirirlas, prueba que no las estima
en mucho.
¿ Cuál será el valor de las tierras en el Istmo. cuando todas
esas grandes porciones se hallen adjudicadas y entren en circulación'?
Fácil es concebido, como también lo es, que ninguna
causa visible puede dar mayor valor a las tierras en el Istmo de
Panamá, que el que tengan en la misma época las de igual cali-dad,
situadas entre los trópicos, a orilas del mar o de un río navegable.
Porque, ¿de dónde podría venir el gran valor que se supone,
sino de la facildad para exportar los productos de las tierras'?
Todo nuestro litoral del Atlántico y del Pacífico, todas las
orilas del bajo Magdalena y del Atrato, poseen tierras tan buenas
y tan ventajosamente situadas como las del Istmo: ¿por gu(valdrían
éstas más'? no lo comprendo. Véase por tanto a qué se
reduce el sacrificio que hará la Nación cediendo al Estado de Panamá
las tierras baldías comprendidas en su territorio.
Por último. si la N ación se reserva la propiedad de las tierras
baldías del Estado de Panamá, puede haber colisión entre las
leyes mineras de las dos entidades. Supóngase, en efecto, que el
Estado expide su legislación bajo el principio, hoy reconocido en
la Nueva Granada, de que la mina es del denunciante; y que la
República dispone luego que las que se hallen en sus tierras per.
tenecen al dueño de éstas. Hay un positivo conflicto entre las do~,
legislaciones. con respecto a las minas que se descubran en las
tierras baldías del Istmo. No sucede eso en los Estados Unidos,
porque all está generalmente admitido el principio inglés, de que
el dueño de la tierra lo es de su contenido, y la legislación de los
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