Agosto Nº 141 - Biblioteca Virtual El Dorado

en mi resuncia, eomo lo hago por vuestro conducto, i os ruego
que, al dar cuenb. con ella a la Asamblea, admitais mi reiteradas
protestas de estimacion i profundo respeto.
Justo Arosemena
Señores Diputados de la Asamblea Constituyente.
Vuestra resolucon del 30 de setiembre negando la renun
cia que os habia dirijido, en 28 del mes anterior, del empleo
de Jefe Superior del Estado, con que me honrásteis en 15 de
iiilin. me impondr!.il, por sí sola, el deber de continuar prE'~\tando
mis servicioR al ERtado en aquel destino, si los motivot'
que me movieron :ei renunciarle, no fuesen de aquellos que,
obrando en el ánimo de una manera decidida, no permiten alterar
la resolucion que elIos producen.
Una renuncia sincera DO puede menos que repetirse, porque,
al hacerla, se han tenidu en cuenta todas las consideraeiones
que pudieran obrar en sentido contrario. Una renuncia
que no es sincera, puede tener por objeto buscar halagos para
la vanidad, que goza con las demostraciones de aprecio, cor:f;¡'TI7i1
o adheRion. 1 estas razones me han persuadido, hac._~
mucho tiempo, de que una renuncia de empleo que no está
(lf,c1prano oneroso, debe siempre admitirse. Si en la Constitu
cion del Estado, o en alguna de sus leyes, Re hubiese consignado
:opmr,i¡inte disposicion, se habrian evitado todas las cuestiones
íi~úti:()'), i no pocas veces desagradables, que en tales ocasiones
se promueven.
Un pscrito de esta naturaleza no puede contener todas la;,
razones que obran en el nspír;.tu para determinarlo a eon';gnar,
en la fuente del poder que se ejerce. las funeIones conferida::
(11- un modo m..s o meno; temporal. Cualquiera comprende que
mil consideraeIones de distinto jénero pueden obligar a callar
una buena parte de aque!IoR motivos; i por eso creo que esta
no es ni debe ser nunca materia de discusion. Baste, en la oei
sion presente, que yo declare. con la injenuidad que os debo
i aue me es jenial, mi íntima conviccion de que ni al país, ni a
mi famIlÜ., ni a mi persona, conviene en difinitiva Que yo sirva
como Jefe Superior proviRorio por el término que la Constítucion
del Estado fija a ese empleo.
Reitero, por lo mismo, la súplica de que admitaIs mi renuncia,
como reitero tambien la espresion de mi eterna gra
titud por la honra, la deferencia i la estimacion que me habei3
prodigado.
Panamá, a 2 de octubre de 1855.
Justo Arosemena
-Gaceta del Estado Nn 13, Panamá, 10 de Octubre de 1855--
LOTERIA 135