Agosto Nº 141 - Biblioteca Virtual El Dorado

D. Justo ter.drÍa ocasion de ocuparse nuevamente de la eni
presa del Canal cuando, concedido el privilegio a los francesed,
la opinión pública norteamericana reaccionó airada estimando lA.
concesión un agravio a los intere&es de los Estados Unidos dfò
América. Nombrado allí Ministro de Colombia en oclubre de
1879, realizó una eficaz tarea encaminada a desvariecer equÍvocos
y a defender el derecho de Colombia a negociar. Apeló a los re
cursos de la prensa, enviando al New York Herald y el New YorL
Tribune artículos dirigidos a informar objetivamente a la opinión
desorientada, y publicó en lengua inglesa un folleto intitulado The
Panamá Canal in the Light ol American Intere8t8, con documenta
ción oficial que eliminaba malentendidos y ponía las cosas en eu
punto. * *
Ensayemos, ahora, algunas conclusiones. A través de su copiosa
obra escrita D. Justo se pre3enta como la mayor inteligencia
sistemática de nuestro siglo xix. Hombre naturalmente in'
clinado al quehacer reflexivo, logni la más coherente y lucida
exégesis sobre su país. Sin embargo, no inventa de la nada, ni e,
tampoco quien primero formula ura teoría de Panamá. Si el de;conocimiento
de nuestra historia políti:3a e intele(~tual ha permitido
que así pudiera creerse, la verdad es otra, y nada resta a su
\'2.101'. Porque desde el instante en que la imprenta faciltó b
difusión de nuec;tro pensamiento, con claridad y persistencia ejemplares
fué manifestándose una autovisión del Istmo deterrni
nada por imperativos prácticos inmediatos. Km autovisión, no
expresada por pretensiones teóricas, sirvió de apoyo a la nítida
y elaborada versióri de Arosemena,
D. Justo da por &entado nuestro derecho a la independencia,
al gobierno propio, legítima aspiración de un pueblo singui..rizado
por la geografía y por la historia. Aunque reconoció las dificul
tades para hacnJo valer, consideradas nuestra insuficiencia económica
y Po~iucdad demográfica, y el interés de las grandes
potencias en la ruta de tránsito. De ahí el que acepte prolongar
el vínculo con Co18mbia, garantía de la ::mpervivencia de nuestras
tradiciones hispánkas, siempre que esa relación permitiera
el gobierno autÓnomo local, Es 10 que, en última instancia,
dicen sus escritos sobre el tema.
Pero con ser tan grande el magisterio intelectual de D. Justo
es su conducta moral 10 que mejor 10 define. Su vida toda es de
una ejemplaridad sin ¡;ombras, y la cabal confirmación de su pl'é
(ÌÎca. Aun en los casos en que su conducta nos parece inconse
cuente, la explicación que la aclara es siempre honorable. Nur.e::
rehuyó la plena responsabildad de sus aetos, ni se ßometiÓ a in
tereses bastardos. En la aceptación de sus deberes fué de una
intransigencia heróica.
Panamá, agosto de 1967.
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LOTERIA