Agosto Nº 141 - Biblioteca Virtual El Dorado

eiudad habían dado gran importancia. Yo deseaba que nueRtro
MinLòtro Plenipoteneiario en dicha ~epública Re dirijiese al Go"
bietllO cerca del eual estaba acreditado, con pleno conocimÌCr'
to de lo¡; hechos, para lo cual juzgué conveniente referírselos n"ii.
HUClOEamente de palabra, como lo hice el mIsmo día de mI iiegada
a Nueva York. El digno MiniRtro no perdió tiempo en reè"i~mar
contra la conducta del CónRUI norte-americano, i prontc tuvimos
el gusto de Rabel' que su jestión había producido el mejor
reRultado. Pocos días después recibí aviso oficial de mi elección
para el Senado, i me puse nuevamenle en marcha para Bogotá.
Tal es el viaje miRterioso.
PaRemoR ahora al hecho capital que ha dictado el artículo 40.
de Pabio i a que el historiador, de mui buena fé sin duda, atribuye
una causa que ha estado mui lejos de producirlo. Sin el debido
conocimiento de la verdad de las cosas, dice que Panamp. "C01)siguió
la facultad de darse un cuaderno constiwcional i de lla'
marse Estado soberano e independiente para gastar diez, cuando
antes no podía soportar ni cubrir al presupuesto municipal de
cuatro." Da láRtima que hombres, llamados por su edad, por Rl'
posición social i por su caracter de historiadore:: a imponerse bien
de los a,mntos ;,obre que escriben para esponer hechos en que hê'.n
de fundar luego razonamientos importaiHes, se cuiden tan poi:o (w
investigar la realidad de esO( hechos. El Estado de Panamá ha !'ido
Ol'ganìzado con la misma sencillez que una pequeña provinda de
la Nueva Granada. Las cuatro provinciaR del Istmo han venìdo, POl'
tanto, a reducirRe a una; así, en vez de cuatro Gobernadores, CliHtro
Tribunales i cuatro LejislaturaR, no hai Rino un Gobernador, nn
Tribunal i una Lejblatura. El resultado no podía Rer otro que iin¡~
pmÜtiva economía, i en efecto, el presupuesto del Estado es infe.
rior, en unos 50.000 pesos, a los presupuestaR juntos de las cun.
tro provincias que vinieron a formarlo.
Ahora, pues, basándose todo el artículo que impugno en el
sofisma, tan conoeido como frecuente que da por cau¡;a de un hecho
lo que no 10 es, puede juzgarse del mérito de dicho artículo.
Eri él manifiesta FabÙ¡ sus temores de que, establecido el siste"
ma federal en la República entera, los otros Estados corran la
misma suerte que el de Panamá, i Se vean pobres e incapaces de
sostener el brillo de Estados soberanos e independientes. Desde
ahora me alrevo a predecir que con la lójica de Fabio no dejará
de demostrarse a su tiempo la calamidad que teme. Cuando se E'fitablezca
la federación jeneral, no por eso el Tesoro, que hoi se halla
en ruinas, podrá subvenir a los gastos nacionales, i el hecho,
por más antiguo i por más independiente que sea de las nuevas
im,tituciones, se le hará nacer de ellas. "He aquí, se dirá, la consecuencia
de la federación: el Tesoro nacional se halla exhausto;
porque, en efecto, si las rentas públicas no bastaban para un E~tado,
i. cómo podrán bastar para diez?"
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