Agosto Nº 141 - Biblioteca Virtual El Dorado

cial- D. Justo, (tescIe 1852 Representante al Congreso, era S"tl
duda la persona llamada a encarar el problema. Y creyó encon
lrur la Holución en el establecimiento de un Estado Soberano,
De ahí el PTuyectu de Acto Reforma.torio de la CmuititncÙ5n que
daría vida a la nueva entidad. Acompañaba ese proyecto un
alegato donde Arosemena explica brilantemente la peculiar relación
del Istmo con la Nueva Granada, destaca su síngularidad,
rewltado de la geografía y de la historia, y plantea la autonomía
loeal como el medio adecuado de enfrentarse a la peripecia pa
nameña sin necesidad de romper un vínculo que, aunque artifi
dal, era deseo nuestro mantener, siempre que se asentara sobre
bases de IiLre acuerdo y simpática comprensión.
"La especialidad de la situación del Istmo induee especialidad
de costumbre, de intereses, de neeesidades, que hoy se sienten
más en proporción a los elemeiitos de anarquía que han ci-m
Jido allí con la inmigración estranjera, i del poeo cuidado que
":e ha tenido con aquellas provinciai:, por motivos que no acierto
a e8plicarme. La revolución mercantil efectuada en estos tres
Ú Itim08 años nos ha redimido de la miseria, pero ha aumentado
nUCHtra8 neeesidades públicas, ha complicado nuestro gobierno,
i demai:dado nuevas leyes i mejores administradores. Nuestra
comparativa riqueza no tiene la virtud de dar buenas leyes, ni
¡ll' reformar las antiguas que han dejado de estar al nivel de la
Ópoea, ni de llenar los vaCÍos de las deficientes. El oro no hace
Gobernadores activos e inteligentes, si el que ha de nombrarlos
no se toma la pena de consultar aquellas cualidades; ni vuelve
esredita la administración de justicia entrabada por práctieas
absurdas autorizadas por la lei, i retardada por muchas instaneIar,
de que la última se surte a más de trescientas leguas". Y
todavía agrega: "Prolijo sería enumerar los males que sentimos
en las provincias del I8tmo por consecuencias de 8U estado poli
tieo respeeto de la Nueva Granada. Sólo viviendo allí, solo ob
servai~do la marcha de los negocios públicos, puede medirse la
esteni:ión de aquellos males, que ni imperfectamente se imaginará
el que 10H eontemple sin interés, desde cualquier provinch
fuera de las que abraza aquella garganta aislada entre mares y
desiertos". '
Restablecido el orden luego de una interrupción de do,,
,;ños, el Proyecto fue reconi;iderado y aprobado con algunas
modifieaciones en 1855. En un nuevo esfuerzo de fundamentadón,
D. J UHtO dió a la publicidad su célebre ensayo El E¡:tado Federal
de Panamá. Al parecer, esa circunstancia estimuló el oi
vid? de su inmediato antecedente, el alegato de 1852, que ahora
traigo a cuento para colocarlo en el sitio que le corresponde. Por
que si bien el último trabajo amplía ciertas perspectivas y com
plemeda la visión total del problema, enfoques peculiares pro-
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