Agosto Nº 141 - Biblioteca Virtual El Dorado

Si Fobio se hubiese propuesto estudiar concienzudamente 1:1
situación anterior i la :,ituación actual del I:,tmo, habría halJa(k:
lo. que la bancarrota pública precedió a la erección del 1'~stado,
':0. que siendo los gastos menore:, en la actualidad el délicÜ también
es menor; i 30. que a pesar de esa bancarrota, i que los ernlJloauos
se hallan hOI mui mal recompensados de su:" servicio:,,
.,amas había sido la administración pública en Par.amá tan bueiia
como lo es hoL La organización del Estado ha producido los
beneÚcÌos que el mal gobierno anterior de aquella comarca nunc~i
hubiera nodido producir: orden, seguridad, garantías i concordia.
Pero como estos rebultados no conducían a las consecuencias que
i,-'abio quería establecer, habrá tenido buen cuidado de silenciar"
iOS, si es que los conoce, o de no investigarlos caso contrario.
Es, pues, la falta de recursos pecuníarios lo que hace critiea
la ioÍiuaclón del Estado, i lo qUe la haría siempre cualqUiera que
iueRe su organizaei6n política; i esa falta no solo es eomún a toda
la H.epúbliea, (que aun no se halla organizada federalmente), sino
que ha provemdo de la resolución con que el Poder Ejecutivo, tras~
pasando sus facultades i usando de malísimOb fundamentos, ha
anulado en el hecho una leí del :hstado de Panamá. -1-ero esca no
es cuestión que deba ventiarse aquí. Baste hacer ver, que la
escasez del Tesoro de aquel Ebtado no es efecto de imprevisión de
los que propendieron a crearlo, pues, bien al contrario, ellos di~,pusieron
las cosas de manera que aquella Lejislatura pudiese e.~tablecer
la contribución de toneladas, de que ahora se le priva.
Si el Congre¡;o per.sare de distinto modo que el Ejecutivo, la
contribución se IJevará a efecto i el Estado se salvará; i si no, aplicará
a las rentas del Estado una parte de lo:, productos del Fe,.
rrocarril. i. Por qué? preguntará Fabio, para quien esta proVJ
sición es poco menos que una blasfemia. Voi a deeirselo.
La nación ¡;e ha reservado todas las utilidades provenientes
de las vías interoceánieas, privando al Istmo de las ventajas ql.e
podría obtenei' para sí del ferrocarril actual i de cualesquiera
otros camir~os semejantes; i como todas las otras provincias pue"
den s.acar provecho de sus vías de comunicación, el Istmo sufre
una desigualdad injustificable. Para convencerse de ello, bastaría
hacer esta propuesta: i. Conviene Pabio, a nombre de la Nación,
en que los derechos de la República sobre el ferrocarril
pasen integros al Estado de Panamá, i que este soporte, en la
justa proporción, todas las contribuciones nacionales de que hoi
está ecseLto '! No convendrá probablemente. Pues bien, eso prueba,
de pa:,o, que todas las gracias que, según Fabiu, se han concedido
a manos llenab al territorio del Istmo, i de que nunca Re
sacian sus habitantes, son enteramente imajinarias. Liquídese lo
que la República ha dado, i aquello de que ha privado al Istmo,
i digase después quien sale ganancioso.
LCTCRIA 1'9